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Joaquín Trincado

Posesión Portillo; Noviembre 12 de 1911

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 30 sept 2023
  • 2 Min. de lectura

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Duele el alma, y no digo corazón, porque corazón, no tengo.

Mas duelen las sensaciones, y negar la vida al alma es negar la luz astral... ¡Qué principio y qué fin! ¡Oh, belleza! ¿Por qué tanta variedad? Cuando el alma se exhibía y adquirió luz sideral, recorriendo un solo día el mundo de vida real, el flujo le lleva a un mundo, el reflujo a un litoral y el centro se delimita a donde debe mandar sus impresiones, sus cuitas y lo que puede cantar.

Porque dentro de la ley nada extraño debe estar, porque lo extraño es contrario a la gran ley sideral; y sólo el odio es extraño, con más todo su arsenal; y el amor es gran maestro que el alma encuentra aquí y allá, por el que, del liquen, hasta el hombre ha de llegar.

El hombre es el poderoso del terrón naturaleza, y en sí asume lo adiposo de la aún impura materia, pero el neutro está en el liquen y sigue al hombre en su endecha, en su caos y fulgencia y el camino le señala hacia su divina herencia.

Todo es grande, todo es bello, aún en la mínima tierra hay grandezas que os indican lo grande del firmamento; los mares en su bravura, las brisas en sus conciertos, la nieve con su blancura y las flores y el desierto y las fieras y las aves, y el reptil con sus venenos, todo en la tierra os indica lo grande del firmamento.

A obrar el hombre de acuerdo, dentro de la creación, como creado él está, le lleva a la fuerza al neutro; y cuando él ve la verdad, hace a la naturaleza grande, bella e ideal; y todo ello le remonta a la grande majestad del creador insondable, el que habita inmutable la gran Sion sideral.

¡La Gran Sión sideral!... Inmensa ciudad de Dios, que en todas partes se encuentra y en ninguna parte está, para el alma que, en tinieblas, camina por su maldad; pero el alma progresiva la divisa, mas, alcanzar, no la alcanza; está “Siempre más allá”. Camina... le dicen unos. Camina... otros le dirán... Camina infinitamente y camina sin cesar... Cada vez estás más cerca; mas, alcanzarla... Ja... ja..., es infinita, es eterna, a su fin no llegarás.

Sigo camino.

Un viajero del espacio.

¡Eh, viajero del espacio!...

Ve despacio, ve despacio...

Que si aprietas las correas

un lío haces y no creas

Que se desenreda fácil.

La devanadera es frágil,

es frágil, ¡frágil materia!

Ve despacio, ve despacio...

Si vas aprisa tropiezas,

Despacio, llegarás fácil.


Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo I

Autor: Joaquín Trincado

 
 
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