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Joaquín Trincado

Posesión M. Portillo; Julio 16 de 1911

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 21 sept 2023
  • 3 Min. de lectura

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Paz entre vosotros.


Reposad en la paz y el amor; pero pensad y analizad en ellos que es obra de vivos; y nosotros, no queremos muertos.


En vosotros reside la clave, el florón que cubre la llave de la ciencia; en las doctrinas que defendéis está la verdad; y cuántas causas originan la vida, las encontraréis, si las buscáis, en la ley de los afines; ésta atrae y repele, y de ahí la formación de las moléculas y los mundos.


Registrad el firmamento y los espacios interplanetarios y todo os dirá que la ley de los afines es la que rige el universo y se llama amor.


Los hombres rígidos, los “serios”, los “animi-monistas”, no pueden, por su soberbia, por su estupidez, ver ni resolver el sencillo problema de la vida de amor. Pobres hombres... animi-monistas, serios y rígidos... de tan serios hacen reír...


Es preciso salirse de la atmósfera terrestre y buscar la ley de los afines y veréis cómo se ensancha el alma en la grandeza de la ley de amor. Vosotros los espiritistas la habéis de proclamar como es: universal, no parcial; única como el Dios de Amor.


Acertados habéis estado en las conclusiones de vuestra discusión. Os referís a los hombres criminales y bajos; tenéis razón en vuestra conclusión y nos ha llenado de alegría que lo afirméis y yo os lo confirmo en nombre de la sabiduría divina.


Los espíritus enfermos, como decís, han venido de mundos más bajos que el vuestro, a aprender y luego llevar vuestro progreso a sus mundos respectivos, porque son espíritus de misión, como sucedió con vuestro Orden Bíblico, que fueron espíritus venidos de mundos superiores a traer a la tierra el adelanto de sus mundos.


Más estos espíritus bajos han hecho sus buenos propósitos antes de venir; pero como el espíritu, aún sin gran fuerza de voluntad e inclinado a las pasiones del mundo en que vivieron, caen en el vicio por eso acontece que conocéis vicios y refinamientos que antes no conocíais. Pero esos espíritus tienen que reencarnar en la tierra, hasta aprender lo que se han propuesto y su vida errante la pasan en el espacio del mundo a que corresponden; y aún algunos obtienen sus encarnaciones alternadas en la tierra y el mundo de su naturaleza. Estos son misioneros y mesías que se perfeccionan y siembran el progreso en su mundo respectivo. Pero el crimen no está en la ley de amor; es la antítesis de esta ley; es el bruto apetito de la materia; es, en fin, la no conformidad de la materia a ser esclava del espíritu y de aquí la titánica lucha del espíritu.


Vosotros sois los encargados; los hijos obedientes de la ley de amor que estáis juramentados ante el Dios de Amor, a sostener y llevar adelante estas doctrinas; nosotros nos complacemos en ayudaros, porque comulgáis con nosotros que entendemos la ley.


Está encomendado el trabajo en la tierra. Preparado el capital de inteligencia y poder necesarios. Y aunque domine la carne, el espíritu ha tomado gusto a la verdad y por eso veis que la guerra amaina. Pero ahora el enemigo hará la más grande irrupción, presionado por vuestra fuerza.


El espíritu se adelanta y trata de llegar al Omega por la ley de los afines. Ese es el camino. Continuad y triunfaremos. Adelante siempre.


Por los Consejos, el secretario.

Hermano Doroteo.


Que trae y repele la “Afinidad”

por eso yo dicho había

que es fuerza omnipotente

y madre de todo lo creado,

mi amada, “Electricidad”.

Y esto lo escribí un día

que aún no era Espiritista.

Digo... Digo... no digo verdad,

porque es Espiritista

el que estudia, el que sabe razonar.

Que niegue el racionalista,

si estudia es Espiritista,

pero el espiritualista

Es un... anti-espiritista

No lo veréis... razonar.


Volvió a posesionarse y dijo:


Gustoso vengo a saludaros sólo y a darte las gracias, hermano, porque me cumples la promesa de conservar a mi guiado.


Seguir, que vais bien; ser dóciles a la inspiración; seguid, que el camino es largo. Animad a mi guiado, que aquí se encuentra bien; él no busca honores, busca el progreso y me ha costado trabajo organizar su cerebro; tú no lo despreciarás y os lo agradezco porque así descansará vuestro y fírmame aún.

Hermano Manuel.


Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo I

Autor: Joaquín Trincado


 
 
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