Posesión M.P. Noviembre 3 de 1911
- EMEDELACU

- 30 sept 2023
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Bienvenidos, hermanos.
¡Qué sufrimientos tan grandes!... ¡Cuánto he andado estos días!... Vengo a pedir un poco de ayuda y consuelo para mi espíritu.
Padezco porque odio a mis amos que tanto me maltrataron; tanto padecí que no miento en afirmar que padecí más que Nuestro Señor, sí, más que Jesucristo.
Era una hospiciana, pequeña, de 8 años, y me sacaron al servicio de estos amos. Patrones me dicen que diga, porque todos no entienden amos.
Estos patrones hacían conmigo herejías. Una vez la señora mayor, la madre de la esposa de mi amo, porque no aprendía como ella quería, me pinchaba y clavaba alfileres entre las uñas; a causa de mis muchos sufrimientos vine casi ciega y al fin me hicieron pasar por lo que no era y me llevaron a una casa de locos. A Leganés me llevaron, donde viendo tantas injusticias como conmigo se habían hecho, vine loca de verdad y allí acabé mi existencia. ¡Cuánto sufrió mi espíritu, al ver que no había remedio a mis males!
Cuando desencarné, mi espíritu odiaba a aquellos que tanto mal me causaron y mi espíritu buscó todos los malos espíritus y trabajamos sobre ellos; les quité dos hijos, ocasioné la muerte del patrón, para que así padecieran, porque viviendo él no padecerían lo que yo quería que padecieran; y para colmar mi obra y padeciera más la señora, ya viuda, acabé por llevar todos los malos espíritus que me ayudaron y tiramos a la vieja que me había clavado los alfileres entre las uñas, que aún me duelen las manzanillas de los dedos y la tiramos por el balcón de un cuarto piso y murió. Así me vengué de los malos tratos; yo creí que obraba en justicia, pero ¡qué horribles padecimientos he tenido por mis hechos, en espíritu!
Hoy, por fin, Dios se apiada de mí y me manda entre vosotros, por consejo y por luz y yo os digo, hermanos míos, que no odiéis, que améis a vuestros enemigos, que os lo dice quien ha sufrido mucho.
Los niños a quienes les corté su existencia se llamaban María del Socorro y Alejo; el patrón..., la vieja...Yo
M. de la Iglesia.
De injusticia en injusticia
han andado estos hermanos,
Pero el Amor, que es justicia,
llegaron y serán salvos.
Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo I
Autor: Joaquín Trincado
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