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Joaquín Trincado

Posesión L.L. Septiembre 1 de 1911

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 26 sept 2023
  • 1 Min. de lectura

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Mucho sufro. ¿Por qué sufre mi espíritu? ¿Por qué padezco? Esto es injusto. ¿Dónde estoy? Quiero sentir dónde estoy, quiero saber lo que será de mí.


Le exhorté al reconocimiento de la justicia de los sufrimientos; se obstinó en que era injusto el que lo hacía padecer y dijo que no le convencería y que no creía en Dios.


Vista su obstinación, lo despedí.


Se posesionó otro espíritu y dijo:


Ya he llegado; grande es mi sufrimiento. ¿Por qué me tienen tan castigado? ¿Quién será el culpable de mis sufrimientos?


Hermano, mírate en la conciencia y verás el culpable. ¿Acaso no eres tú mismo? –Es cierto... Pobre de mí... que teniendo dentro de mí mismo la causa de tanto padecer, no he sabido buscarme el alivio; pero, mira, hermano, que me persiguen y me acusan y me amenazan. ¿Dónde me esconderé?


–Hermano: en el mundo en que vivís no hay escondrijos, si te persiguen, es porque has ofendido y tu deber es pedir perdón. ¿Qué has hecho?


–Los maté para robarles y no lo aproveché; fui prendido y sufrí una condena, pero morí de pena en la cárcel de Rosario; yo era de Rosario, y me llamé Pedro P.


Arrepentido, obtuvo el perdón de sus víctimas y recibieron la luz.


Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo I

Autor: Joaquín Trincado


 
 
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