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Joaquín Trincado

Posesión de M.P. Agosto 25 de 1911

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 26 sept 2023
  • 2 Min. de lectura

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A visitaros vengo... Gracias al Padre de todos...


Sí, hermanos míos; luchar todos debemos, hasta conseguir la unión de hermanos; vosotros con la ayuda de los hermanos espirituales, nosotros con la de nuestros hermanos materiales; esta es la ley de las afinidades.


Ya es hora de que vosotros descubráis el cutis vergonzoso y levantéis el velo que cubre ese cutis. ¿Sabéis a qué llamo cutis vergonzoso? Vuestro pasado; las faltas cometidas en existencias anteriores y que habéis venido a pagar ahora.


Escuchadme bien lo que os digo; lo que os dice un hermano espiritual que gozoso está en vuestra presencia y que en la tierra ha vivido muchas existencias como vosotros; un hermano de luz, aunque no con tanta como la que para vosotros deseo, pero con muchas ganas de ayudaros y deciros la verdad.


Vosotros no sabéis de otras existencias, ni vuestro espíritu recuerda a vuestra materia lo que pidió al venir a una nueva prueba, porque no siempre conviene saber lo que fuisteis, porque aún no estáis preparados; que a los que lo están, se lo advierten sus hermanos espirituales; hay materias tan imperfectas, que el espíritu se ve engañado en la que eligió para sus luchas, y no pudiendo desarrollarse, la tortura y la desequilibra; éste es el caso frecuente de lo que llamáis locura. ¡Pobre ciencia!... Qué pequeña es, porque el egoísmo de sus cultivadores es grande.


Veis sufrir a esos seres, y la ciencia, cuando no dice locura, dice ser una gran debilidad al cerebro; busca las causas en la materia, porque no quiere doblegarse, porque teme encontrarse que en la ciencia material no puede encontrar remedio y no lo encuentra. Curar el espíritu al propio tiempo que purifiquéis la materia en lo posible y habréis encontrado la causa de la enfermedad y la curaréis; todo es preparado por el espíritu, que no encontrando posibilidad en la materia para el cumplimiento de su misión, lo que trata es de recobrar su libertad para buscar nuevas fuerzas en otra materia; y vosotros podéis, en muchos casos, evitar estos retrasos a esos seres, si os doblegáis sin prejuicios a las enseñanzas de los espíritus.


Hermanos míos: Yo he luchado varias existencias y he sido de todo en la tierra: lo más alto y lo más bajo. Lo más bajo, cuando me llamé sabio y fui juez de causas; lo más alto, cuando era un obrero sufrido y supe cumplir con mi deber y sufrir por amor humano, ayudando a la humanidad, en la que supe mirar como hermanos a todos los hombres, porque mi espíritu sabía que todos somos hermanos en Dios nuestro Padre. Esta es la verdadera grandeza y os lo dicen en todo momento los espíritus protectores: oídles.


Me he explicado con sencillez, para que todos me comprendáis; aceptar la ayuda de este vuestro hermano; yo seré con vosotros en la lucha, porque os serviré de guía: Acordaos de este que en su última existencia fue un simple herrador en los montes de Fuente Sauco y se llamó.

Gabino Galarza.


Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo I

Autor: Joaquín Trincado


 
 
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