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Joaquín Trincado

Posesión de M.P. Agosto 18 de 1911

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 25 sept 2023
  • 3 Min. de lectura

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Bienvenidos seáis, hermanos queridísimos.


Estamos con vosotros; digo estamos, porque no estoy solo y por vosotros pedimos en todos los momentos, que bien lo precisáis, para que vayáis progresando; pues no es grande el progreso de todos vosotros y queremos conseguir todo el progreso posible en la tierra.


Hace mucho tiempo que venimos luchando por vosotros con mucho amor, y vosotros tenéis que darnos el amor que os prestamos.


Muchos espíritus, hermanos míos, me ayudan para ayudaros, pues necesito hacer lo que no hice por ignorancia y por debilidad y porque aún en mí había algunos prejuicios de lo mismo que combatía y porque más fue mi protesta por despecho que por fe; y, sobre todo, por amor a la mujer que me sirvió de excusa.


Ya es hora que os despejéis de las pasiones que retienen la elevación del espíritu; es cierto que la materia es débil y muy imperfecta y se inclina con facilidad del lado de las pasiones de la materia; pero trabajad para dominarlas, os decimos, los que hemos sufrido sus consecuencias.


Vosotros decís, soy espiritista, y no tenéis el valor de confesarlo en alta voz delante de los que no son espiritistas; es delante de éstos que debéis manifestaros; eso es valor.


Nosotros hemos pasado por el planeta tierra y hemos luchado con menos ventajas de las que vosotros tenéis; y es necesario desarrollar y exponer las ideas; que se conozcan y entren en discusión, porque ellas son saludables y convencen; si las tenéis encerradas, sólo vosotros las podéis aprovechar, y esto no es el plan trazado por espíritus de luz.


Mucho sentimos que, cuanto más oís, menos comprendéis todo lo que os queremos decir, porque vuestras materias temen y aún os dominan en algunos puntos los prejuicios: desnudaros de ellos y entonces las teorías se convertirán en prácticas y os asombrará la relativa facilidad con que serán aceptadas, porque el mundo, en su mayoría, está preparado.


Muchos espíritus toman materia en misión de venir a ayudaros y hacer lo que vosotros no podéis hacer; aquellos adelantarán mucho, porque deben encontrar los caminos señalados.


Yo, por hoy, me despido, pues hay un hermano que de vosotros necesita, y soy vuestro hermano.

Hermano Lutero.

El hermano Lutero aquí confirma

que toda religión o cisma

es siempre hija de la pasión.

Cuando ya la razón prima,

el hombre rompe el sofisma

y acepta el credo de la Razón.


Se volvió a posesionar la médium y dijo:


Disculpa, vengo a pediros, hermanos, porque varias veces he sido enviado y no he querido obedecer. Soy un espíritu viejo y de poco progreso, por mis ideas destructoras y no haberme dejado dirigir de mis hermanos.


Errantes son mis pasos en el espacio, porque errantes fueron en la tierra por el odio a los hombres y a las instituciones; yo fui uno de los que han sostenido las ideas anarquistas y no lo supe ser, como no saben serlo aún mis compañeros de hoy, y quiero que me enseñéis a ser anarquista.


–Pues oye, hermano. La anarquía es casi el grado de perfección suma; pues se compendia todo en estas palabras. Derechos iguales en escala y justicia, por la justicia misma. Pero los anarquistas han bebido en malas fuentes y sólo tienden a la destrucción.


–Así lo entendí yo; así lo entienden mis compañeros de hoy y el odio renace en todo corazón del que se llama anarquista: la inmutable equivocación del espíritu, dominado por la materia.


Soy un espíritu viejo y de mucha maldad; pero hoy me rodea un ambiente que me llena de esperanzas; pero estoy tan torturado por los sufrimientos, que os imploro caridad, para ver la luz y enmendar mis yerros.


En mi existencia anterior, yo fui el jefe del anarquismo madrileño; y en una salida con algunos compañeros a Valencia, a cometer uno de los hechos que hoy me callo por dolor, pero que lo diré con toda mi historia, para vuestra instrucción otra vez. Fui herido aquí, en esta mano, que aún no se ha curado, con la misma arma homicida.


Estoy muy agobiado, hermano; me llamo Vicente Gordi.


Vi su dolor y pedimos la luz, y satisfecho se retiró, prometiendo volver.


Y cesa la Anarquía de la materia

pasándose al campo Espiritismo,

confesando esta verdad el mismo

anarquista de la materia.

Celebramos que el material anarquista

desengañado, confiese nuestra doctrina;

pero es cosa terrible y poco digna

que veamos espiriteros Anarquistas.

Claro es que espiritualistas

son, y de la religión esclavos,

pero que son, más que clavos,

baldón de los Espiritistas.


Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo I

Autor: Joaquín Trincado


 
 
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