Posesión de M.P. Agosto 1 de 1911
- EMEDELACU

- 25 sept 2023
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Con tierno amor yo os saludo, hermanos queridos.
Grande es nuestro placer cuando nos encontramos entre nuestros hermanos que luchan: porque en el planeta tierra, la vida es de lucha y tienen sus habitantes que expiar culpas pasadas y aún presentes; nosotros también padecimos y pasamos el mismo camino de luchas que vosotros pasáis, cada uno en el grado de las misiones que trae a la tierra y ¡Ay! si no cumplen. Pero vuestra lucha es mayor, porque habéis elegido una materia imperfecta; pero esto mismo, si en la lucha vencéis, os dará mayor elevación.
No sois vosotros solos los que lucháis; si miráis, veréis a vuestros hermanos, cada uno en su puesto, en su profesión o estado, todos luchan por el progreso; vosotros queréis la perfección posible y relativa en la tierra, pero necesitáis vencer a las pasiones y despojaros de ellas.
Tú has venido (se dirigía a una hermana enferma) con una misión que has elegido. ¿Por qué reniegas de Dios? Has de conformarte con tu suerte y tener resignación, porque yo que te protejo, he pagado por lo mío y sufro por ti. ¿Cómo creéis, hermanos míos, que de otra manera se han de elevar vuestros espíritus, sino en la resignación por los sufrimientos morales y materiales? Hay otro grado de elevación mayor que el de los padecimientos, y es el amor de hermanos. Sí, todos somos hermanos; pero, a este grado de amor, sólo se llega después de haber aprendido a sufrir resignados.
Si vosotros vierais, hermanos, lo que luchamos por ayudaros, en el planeta tierra. No descansamos cuando tenemos protegidos con materias tan imperfectas y nuestra aflicción es grande, cuanto grande son vuestra imperfección y vuestros padecimientos.
Yo vendré otro día, para que sepas quién te ayuda. Entretanto, hermano, ayúdala en su materia y espíritu y os bendigo, y llamadme por ahora.
El Hermano Afligido.
Y la gloria ¿dónde está?
Hay un hermano de luz
que sufre porque otro sufre
bajo su negro capuz.
Y aunque con su luz le alumbre,
en el purgatorio está
del dolor, no de la lumbre.
Pero, ¿es la Gloria el Amor?
Otra no hay, aunque el dolor
del hermano nos apure.
A continuación, se posesionó otro espíritu, exclamando:
Me han traído a sufrir; me persiguen los compañeros de bandolerismo. Pero... ¡Ay!... Sacarme estas cañas, por caridad. (Se mordía las uñas, como para sacarse algo de ellas).
Le pregunté por qué era perseguido, y dijo:
Me largué en el caudal y maté a 5, dos de mis compañeros y los otros tres dueños del capital. De los tres, dos eran hermanos y un cuñado.
Yo estaba en unos hornos de ladrillos; hicimos el propósito de matar a unos usureros, porque nos daban dinero prestado a muy alto precio, y después de hecho, robarlos. Yo me marché con el caudal, pero fui perseguido; maté a dos, pero los otros compañeros me sujetaron y me metían cañas rajadas por las uñas... Qué terrible es esto...
Mis compañeros muertos uno se llamaba José (el Chiquito), el otro se le conocía por el Grande. De los otros, sólo conocía a Agapito (el usurero). Yo me llamaba R. P., partido de Santa Rosa.
Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo I
Autor: Joaquín Trincado
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