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Joaquín Trincado

Marzo 5 de 1912. (Portillo)

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 22 nov 2024
  • 7 Min. de lectura


Sollis, Sollis, Segas, Dolifet, Eg Eg, Marte, Diolis...  Tierra.


Sí, todos llegan a la tierra. Paz.


¿Por qué y por qué bajar a un lugar donde la justicia está en acción y los hombres se destrozan?


Todos los que veo sucumben; unos en el polvo, otros en el líquido; pero todos guiados por la ambición, llenos de ignorancia, pero son los que deben caer para sanear la tierra como se sanea el espacio. (1)


  1. En ese tiempo, estaba la guerra Balcánica y en Turquía y por esos días, fue la reconquista de Garpolis; a eso alude la hermana Juilis.


No en vano llegó hasta nosotros la voz de justicia; y la justicia llega a tiempo, para limpiar esta casa solariega del Padre.


Se arrastran los hombres en el polvo y el polvo debe cubrirlos, borrando la huella de su acción; pero la luz, con toda su potencia se descubre para el que tenga fuerza la vea y la siga, o huya de ella si no la puede resistir, porque pone al descubierto tu tizne y desnudez.


Esto sucede, con los espíritus, hermanos ofuscados por las supremacías y dominados por la concupiscencia y hago un llamado a los espíritus juzgados, para que extiendan su acción entre los que aún no han sido juzgados y se esconden al llamado de justicia y tienen que ser traídos  como a remolque, porque no quieren, ni tienen fuerza para ver la luz; pero quieren seguir en su obra de aniquilamiento de la paz que los espíritus de amor  vienen a traer a la tierra, porque es la hora de unirla a la cadena de los mundos de luz y progreso.


Pero si llega la luz con raudos potentes, es porque es el principio de la verdad descubierta y no la pueden empañar ni obscurecer, ni las manchas de sangre que en estos momentos cubre pedazos de vuestro planeta.

    

Estudiad hermanos, en esos mundos de amor que por el amor son felices, de los cuales os llegan visitas que os animan.


Estudiad también en esos mundos de vuestro igual y menores; y de consecuencia en consecuencia, elevaos al trono del Padre de donde todos procedemos y de donde para todos sale la luz con el mismo amor.


Ved cómo se agitan en los mundos de perfección vuestros hermanos y oíd cómo elevan sus preces en demanda de misericordia para los hermanos y mundos menores que huyen amedrentados, porque han oído la trompeta que les llama a Juicio.

Pero venimos nosotros y oídnos porque os advertimos que el Juicio, solo es de amor; no quiere el Padre, por su voluntad, desterraros del mundo tierra. Sólo vuestra voluntad os desterrará; pero la hora de la verdad sonó para este planeta y para vivir en él, es necesario acatar y reconocer la ley de amor.


Veis que venimos los espíritus en son de paz y con la luz al descubierto; veis que el Juez camina en espíritu y materia con la luz en la mano y no quiere separaros de donde tenéis afecciones que podéis sanear; pero la maldad que os ciega y vuestro deseo de carne, le obliga a remitiros a mundos de carne y maldad.


Ved y oíd a los hombres que cumplen su misión, que llevan la luz en la mano y el corazón destrozado por vuestra ceguera e iniquidades y sólo les anima el amor y la satisfacción de veros pedir luz y sabiduría, antes de separaros de vuestras afecciones creadas en la tierra; pero caminan con paso firme y decidido y nada ni por nadie será esquivada la justicia y no hieren vuestro sentimiento, porque su código es amor.


Luchan sí, luchan, porque los hombres se resisten; pero están en el secreto de que, aunque aparecen individuales en sí, son solidarios con los espíritus de luz que estamos en acción; y por ésta acción, experimentáis lo que entre vosotros se llama progreso, que no detalláis en sus formas, pero que os ha puesto en el alba de la luz de un confín a otro, que en pocos minutos vais de las pampas a las ciudades; que arrancáis a la naturaleza sus secretos que os dan vida y a la atmósfera, la luz para vuestras noches.


Todo este movimiento de progreso, os proviene de mundos perfectos y aún perceptibles que os hemos traído los espíritus de aquellos mundos y todo, para vida vegetativa que es el principio en todos los mundos; pero que, llegado el grado que habéis desarrollado, es de justicia responder a las obligaciones contraídas y reconocer de dónde viene ese progreso; y al ver que solo amor pudo daros y no gratuito el progreso de la materia y que ésta no puede salir de la atmósfera en que se mueve el planeta, no puede haberse dado para un solo fin material, puesto que tenéis un algo que traspasa esa atmósfera y llega a regiones que no habéis querido estudiar por un prejuicio. Pero de esas regiones venimos nosotros, que con amor os hablamos.


La naturaleza cumple su ley; y el progreso a que se os ha hecho llegar, arrancáis no solo lo necesario, sino que ella es pródiga por el amor de Madre y de todo veis que tenéis superávit.


Si lloráis necesidades es por las supremacías que se quieren sostener, pero estudiad; iluminaros en espíritu y veréis que, en todo el Universo, nada es ajeno a nadie, ni en ninguna región es extranjero nadie; pero cada uno llega a donde puede su progreso y así se os ha dicho en todo tiempo.


¿Por qué pues esta llamada, esta voz de Juicio? ¿Por qué los hijos de la carne que han gustado del néctar de la carne, que en su medida de luz y vida; pero que rebosando la medida embota el sentimiento y anubla la luz? Han usado de él sin medida en prejuicio de los demás y, a la falta de sentimientos, han sucedido las supremacías, las ambiciones, las guerras y el desequilibrio.


Por esto son llamados a Juicio de reciprocidad; al examen minucioso del empleo de los dones tomados del tesoro común, donde nada es limitado; todos pueden tomar cuanto quieren. Pero a mucho se obliga quien mucho toma y responderá del mal uso.


Pero el abuso y la desmedida, trae el escarmiento: éste, un deseo nunca satisfecho y sigue la aberración, el despotismo y por fin, la ceguera, que es un anestesio que bien podríamos llamar muerte por asfixia: para cuyo resurgimiento, es necesario un revulsivo activo y éste, no puede ser otro, ni de otro modo, que el Juicio a que son llamados; es el punto final. No hay más solución intermediaria. La luz, busca la luz; las tinieblas, no pueden estar en la luz; la carne, no puede aniquilar al espíritu, aunque logre anestesiarlo; él es inmortal y aunque va pasando por el crisol, éste, al fin, será vuelto a la luz, porque es hijo de la luz.


Para los que aún no se han saciado de la carne, están los mundos embrionarios; para los que la supremacía no les ha satisfecho, están los mundos de lucha por la fuerza bruta; para los que la inacción los ha dominado, están los mundos de lágrimas o expiación, como fue hasta ahora la tierra, que se convierte en ameno jardín; en el Edén prometido; donde han de trabajar los que abren sus ojos a la luz, hasta que el progreso les lleve en triunfante emigración al mundo de su grado: siempre hacia el centro de la luz.


Hacia este centro caminamos todos y hacia él han de encaminarse los que quedan señalados en la frente como rebeldes, pero después de largos siglos y no sin haberse hecho por su esfuerzo, misioneros de amor y de luz.


Pero hay un Juicio que el Padre misericordioso os concede y os pedimos en amor que acatéis la ley y adelantaréis el camino y caminaréis unidos con vuestros amigos y conocidos afines; yo no os diré las conclusiones del Juicio; pero sí diré, que, de él, nadie se exime y que el ojo del Padre a todas partes llega. Mas, ¡ay de aquél que no se agarre del ancla salvadora del Espíritu de Verdad en estos días del Juicio!... Porque, pasarán muchos siglos antes de que otra vez les sea tenida.


Es tiempo que debéis de aprovechar los que aún no habéis sido juzgados y oír el clarín que ya suena, no para el abandono del espíritu, porque el Padre, a nadie deshereda: no para la muerte de la carne, porque la muerte no existe; pero sí para separar el trigo de la cizaña y poner cada cosa en el lugar que le pertenece, conforme a la justicia de la ley. En vosotros está, escoged.


Es este el momento, donde el espíritu arrostra todas las pruebas y luchar debe denodadamente, porque el espíritu busca la ley del Cosmos y lo retiene la carne que busca la ley de la materia; pero ved la cadena luminosa que une los mundos de amor; hablo a los espíritus en su erraticidad y hablo a los hombres de la tierra. Sí, mirad, espíritus, la unidad que rige esos mundos. Sí, mirad, hombres, los que podéis, la armonía de esos mundos; y los que aún de la tierra no podéis elevar el vuelo… Mirad la planta como estira su tallo en busca de la luz solar que la vivifica y no seáis más insensatos que estos inanimados, porque en vosotros está el germen de la luz.


Nosotros venimos a vosotros, cruzando atmósferas, nebulosas y constelaciones, hendiendo las tinieblas de muchos espíritus con nuestros rayos de luz y los preparamos para recibir la luz. Llegamos a vosotros y os iluminamos con la palabra y os decimos, que escribáis vuestras leyes con la tinta recogida en el éter del Cosmos y tendréis sólida base, porque veréis el origen de donde venís y estaréis prevenidos, porque el plazo es breve.


Solo un esfuerzo necesitáis; ved cómo germinan las semillas que en la tierra sembráis y rompen la tierra en busca del sol y por solo ese conocimiento os someteréis a la justicia que todo lo vence.


Seréis obreros de última hora; pero el Padre, a todos por igual recibe; a todos por igual paga; pero el que antes llega, antes recibe su pago.


El Espíritu de Verdad ha descendido a vosotros y él lleva el amor y la justicia del Padre para todos los mundos y él os ha dicho y señalado el camino de la verdad. “El Espiritismo” os ha dicho, es la Iglesia Universal en la que militan todos los espíritus del Padre. “El Espiritualismo”, es la amalgama de los hijos de la carne que quieren oscurecer la luz.


Pero el espíritu que ve la luz, se encuentra estrecho en moradas donde el valladar de los dogmas embaraza el pensamiento; y como no puede dejar esa morada donde el trabajo tiene empezado, estudia, trabaja y lucha, hasta dejarlo terminado.


Estos son los misioneros que estudian la Cosmogonía y que vienen a terminar la obra; a proclamar la verdad y poner a los habitantes del planeta bajo una sola familia; bajo un solo credo; bajo una sola ley; el Amor.


Amor, solidaridad, unidad os desea.

Juilis Juilis del Gof Duf.


Le hice una observación sobre un fenómeno que se nos presenta y dijo: Justicia y Justicia sólo veo. Adiós.


Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo II

Autor: Joaquín Trincado

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