Marzo 3 de 1912. Hora 21. (Portillo)
- EMEDELACU

- 22 nov 2024
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Saludó el comunicante, con el idioma de su mundo.
Eg, Eg. Sojos. Solus, Solus. Eloí, Eloí.
¿Por qué Padre y Padre Universal éste clamoreo, ésta agitación en todo el Universo? Clamoreo y agitación, que no solo es sobre el mundo tierra ni solo por la acción voluntaria, sino por la ley inflexible que se aplica a los retrógrados, a los morosos, porque la tierra se niega a sostenerlos por más tiempo, porque no quiere verse ultrajada en su ley; porque esos rezagados se apoderan de los frutos que para común usufructo produce en cumplimiento de la ley; porque esos morosos gozan de los bienes de la tierra sin pagar a la ley lo que es de la ley; porque esos extraviados, no han querido seguir el camino del progreso, que mil y mil veces se les mostró.
He aquí por qué, el clamoreo llega hasta remotos mundos de dónde venimos; he aquí el porqué de la agitación que repercute en nuestras moradas; porque un grano de arena que en el Universo se mueva, repercute en toda la Cosmogonía.
A nosotros llegó la voz de Juicio y el fulgor de las llamas del mundo a donde emigran los que no quieren pagar los talentos que recibieron para devolverlos acrecentados y esa morosidad destruye la armonía; por lo que, la ley, viene a juntar los lobos con los lobos y los corderos con los corderos alrededor del buen pastor.
Juicio… Juicio… Juicio… Esta palabra ha repercutido de mundo en mundo y repercutiendo irá eternamente, porque ha de oírse en toda la Cosmogonía y ésta es infinita y la llevan los hijos amados del Padre; los Mesías de cada mundo; y es un pedido de amor y al Padre pedimos misericordia y llegamos al Juez que en la tierra cumple la voluntad del Padre de Amor.
El mundo tierra, grano de arena, no perdido en la universalidad del infinito, pero que, como todos los otros granos de arena, tiene su página en el índice del Creador, se ha convertido a la voz de Justicia y los hermanos de todos los mundos, imploran al Padre común y el Padre dice: Mi ley es amor y la justicia es amor. Nosotros, venimos rompiendo los espacios y os decimos: una es la ley de amor, amor, amor.
Al cruzar los espacios de la tierra, espíritus de amor me guiaron y llegué a vosotros que tenéis el código del Padre y la balanza de la justicia: llegan con mí, Jesús y el Espíritu de Verdad y me señala el tribunal al que saludo y en él deposito mi grano de amor, para contrabalancear en favor de los que acatan la ley.
Benditos vosotros, benditas vosotras hermanas amadas, y benditos todos los que me oyen la palabra del Espíritu de Verdad, que es la palabra de amor.
Benditos vosotros los que estáis en la brecha con pecho franco y aguantando las iras de los retrógrados y sentís el valor para no retroceder y no retrocederéis ante las avalanchas de los retrógrados.
Sentís que los retrógrados os detienen, es cierto; pero
venimos nosotros, os alentamos y os entregamos nuestro grano de amor que os fortalezca y lo opongáis a la fiebre exorbitante que demuestran los secuaces de las menguadas religiones que se sienten morir por el abandono del rebaño que escandalizado huye, porque los sacerdotes no los supo librar del lobo, porque ellos, los sacerdotes, vestidos de cordero, tienen fauces y entrañas de lobo.
Pero al oír sus bramidos; al ver que se aprestan a una lucha para reconquistar la supremacía perdida por la prevaricación, se ha elevado en pedido de justicia y se promulgó en Sión en cumplimiento de las profecías y en Sión son confirmados los Mesías salvadores que anunciarán a la faz de la tierra el día de la justicia y la venida del Espíritu de Verdad, el cual llamaría a Juicio; lo que sucedió y venimos a confirmarlo.
En aquel consejo, son señalados los pregoneros, los Mesías de amor que el último fue Jesús, el más humilde de los Mesías, precedido por el Solitario; la voz fuerte de los Consejos del Padre, espíritu fogoso y potente que arremete con fortaleza y gallardía a los reyes, a los grandes, a los pontífices y magnates y ellos, hoy, en la lucha están entre vosotros y paralizan la acción de los febrífugos de las religiones ya desquiciadas, que sólo esperan para derrumbarse, al empuje de vuestra acción.
Al ver su impotencia; al presenciar la morada que se han ganado; al ver el traje que se han tejido de luz radiante los humildes, claman, piden favor y el Padre les señala un mediador que oiga sus quejas y recoja sus juramentos y los juzga en amor, sin menoscabo de la justicia; nosotros elevamos nuestra plegaria al Padre, para que crezcan las flores de aroma en la tierra; y el Juez, que recibe la inspiración del Espíritu de Verdad, es el mediador que les exhorte, les muestra las moradas de luz y las de sufrimientos y entienden que la tierra es un Edén y que pueden, trabajando, tejerse el traje de luz y lavarse la tizna en las aguas puras del amor, cuya ley se implanta y arrepentidos, acatan la ley.
Más, quedan muchos rezagados, perturbadores de los encarnados y de los errantes y a éstos se les somete con más rigor y ocupan algunos ya, las moradas horribles donde se purifican con los siglos y se destierran bajo el impulso de la ley ellos mismos y se eliminan de la atmósfera esos perturbadores de los laboriosos, de los que quieren cumplir la ley de trabajo y van a donde su afección les llama, hasta que sepan ser redentores ya que ellos no han querido ser redimidos. Entonces, después de haber sido Mesías, volverán a donde no quisieron recibir la luz.
Entonces, aún verán a Jesús, aún oirán al Espíritu de Verdad, porque siempre están prestos al llamado de amor; y a pesar de que habrán pasado largos siglos, los verán en el presente, que es siempre la hora del espíritu.
La fuerza de la ley es tan abrumadora y la sabiduría del Padre es tan grande, que la primera se cumple inexorablemente y la segunda hace del caído un héroe; del ignorante un Mesías y del irreductible un redentor, de todos los que extravió.
Por esta sabiduría, la creación es eterna y continuada; por esa justicia, el yermo se convierte en ameno jardín y la tierra, yerma por las impurezas de sus malversores, va a florecer como hermoso jardín, bañado por el rocío de la inspiración y la luz no será ya en ella empañada por las nieblas de la ignorancia.
He aquí porque, la alegría de los espíritus del Padre. He aquí porque, se viste de gala toda la Cosmogonía; he aquí porque, los espíritus, sílfides de luz y Mesías de los mundos, llegamos y saludamos a Jesús, felicitamos al Juez y su tribunal y cantamos el Hosanna al Padre, con el Espíritu de Verdad.
En el Juez, refluyen las ondas potentes y benéficas de los mundos; de él salen las corrientes que a vosotros llegan para que seáis dínamos que generéis corrientes en la ley de amor y os den fuerzas para la lucha y para remontaros hasta nuestros mundos, donde escudriñéis y os saturéis de su espíritu, atrayéndoos la mirada de sus habitantes y, en reciprocidad, venimos, recorremos vuestros espacios y animamos y llevamos a los retrógrados y tendemos nuestro manto fluídico, sobre los que arrepentidos se avergüenzan de verse desnudos e ignorantes.
¿Cómo no ser día de alegría, si intrépidos surcáis los espacios y posáis en mundos perfectos, pero aún perfectibles y leemos vuestro archivo y vemos que esa fuerza la habéis conquistado con vuestro trabajo? ¿Cómo no complacernos al ver al hombre de la tierra nuestro hermano, llegar hasta nosotros depurado de las impurezas, medrosos y seguros, e imploran a sus Maestros su valimento y mediación para los pobres obcecados que aún manchan el cendal del Padre?
¡Pobres hermanos víctimas de la supremacía de la carne! ¡Sois ignorantes, teniendo entre vosotros maestros que tienen la sabiduría del Padre!... ¡Estáis tiznados de negro hollín, teniendo entre vosotros la piscina santa del amor!... Oídnos, ser agradecidos a los huéspedes que os vienen de tan remotos mundos; oíd, reconocer al Juez de Amor, por cuyas excursiones por la Cosmogonía, entonan en aquellos mundos el Hosanna.
Los hombres del vicio, no pueden vivir más en la tierra y de ahí sus odios, tristeza y melancolía. Los hombres de virtud, son llevados a los mundos de luz y amor; de ahí su alegría, de ahí su poder, de ahí su amor y de ahí su sabiduría, para unir todas las ideas y hacerlas una sola ley, señalándola en un solo ser; en el Dios de Amor que, en su gran ley de justicia, marca el progreso para cada era que inflexiblemente se cumple.
Ya estáis en la nueva era. Era de luz y verdad, en la que se marcan los derroteros en jalones luminosos y en esos derroteros no encontrarán espinas que os desgarren los pies. Estas serán las primeras consecuencias de vuestro trabajo abnegado.
Sobre los mundos de amor y luz, resplandece su brillo y la armonía la disfrutan todos por igual todos los seres que los habitan, porque en sus tiempos, tuvieron sus Mesías, jardineros que seleccionaron las flores de aroma, e injertaron las bellas e inodoras que no opusieron resistencia. Más ésta labor, la que estáis ahora ejecutando bajo los auspicios del Espíritu de Verdad, cuya venida confirmo; y he aquí porqué sois los jardineros del Padres, que desempeñáis los planos de la trasplantación.
Es por eso, que nosotros experimentamos alegría, al ver que la ciudad del Padre es enriquecida con un jardín más, lleno de fuerza y vigor y los Mesías de todos los mundos llegan a vosotros y os decimos en verdad de verdad. Gracias, en nombre del mundo que representamos. Gracias en nombre de la Cosmogonía. Gracias en nombre de los Consejos de Sión del que formamos parte y es regido por el Espíritu de Verdad. Gracias en nombre del Padre que tiene sus brazos abiertos para recibir los hijos pródigos y gracias por mí, que siento la mayor alegría que en mi espíritu se sintió.
Valor hermanos míos; con vosotros están todos los espíritus de luz; a vosotros llegan los efluvios del gran dínamo y de vosotros refluyen al centro, según la ley, por lo que, todo su amor os deposita vuestro hermano.
Sholis Sholis del mundo Eg Eg.
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Con tres satélites y dos luminares, con forma ovo-esferoidal que, aunque parezca contrario, en la ley que poco conocéis, luego, en la astronomía comprobaréis que está dentro de la ley.
“Hermano Sholis, pues que tan amable eres, ¿me das algún punto que te quiero preguntar?”
Con todo amor.
“¿A qué distancia se encuentra de nosotros, Eg Eg? ¿Pertenece a la vía láctea o a la nebulosa donde se encuentra Gof Duf? ¿Tenéis vida idéntica a la nuestra aparte de la perfección?
__ Hermano mío. No basta al ingeniero, el estudio teórico; necesita el estudio práctico y pisar los terrenos sobre los que traza los planos. Tampoco el práctico puede trazar el plano sin el principio teórico; y pues ya estás en las dos fases, solo te resta la confirmación de un profesor; sépalo yo y escribe.
Su forma, ya te la expliqué ovo-esferoidal; su distancia es de: 10,400.000 miríadas más allá y en línea recta del Gof Duf sobre el que has estudiado y calculado, con próxima exactitud en su distancia de Sion. 33 billones ochocientos millones de leguas de Sion y 33 billones ochocientos millones de leguas de Sion a la Tierra.
La luz de Eg Eg no baña a la tierra, pero os llega su efluvio y su amor y desde hoy más en que vuestro perfume nos pone en comunicación.
En cuanto a la vida una es la ley para todos los mundos; sólo que, la vida se sublima por la posesión del amor y por la mayor sabiduría; como el amor sólo reina allí, no existe el mal, pero sí la variedad.
En nuestro mundo, la vida es larga, pero no existe la longevidad y senectud achacosa de los mundos de pasión. El vigor y lozanía no desaparecen del ser humano, pero está limitada la procreación, porque hay el período de espera durante el cual nos preparamos con ansia a la transformación al más; por lo que, entre goces muy naturales, pasamos de un estado a otro y os pondré un ejemplo, para que bien me entendáis. Ver un estudiante aplicado, en el ansia que siente para llegar al examen; cómo se afana, cómo estudia y verlo después del examen correr gozoso a la universidad, tomar su título o diploma y con él en la mano aún, conversa alegre y ufano con los doctores y la satisfacción le circunda todo su ser; pues así os podéis explicar nuestra transformación y el nuevo graduado, solo celebra el triunfo del aprendizaje, para tener facultad de estudiar. Lo mismo pasa al espíritu en todos sus grados.
Ahora bien; una explicación merece un pensamiento que te embarga en tus estudios. En mundos como al que pertenezco, andan confundidos los espíritus y los encarnados; los unos para ganar un escalón, los otros sirviéndoles de guía y en espera de órdenes para desempeñar.
En el Eg Eg, me aman a mí y soy su Mesías. En la tierra fue Jesús, amarlo: y para la Cosmogonía es el Espíritu de Verdad, amémosle.
Sholis Sholis.
Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo II
Autor: Joaquín Trincado
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