Marzo 17 de 1912. (Portillo)
- EMEDELACU
- 22 nov 2024
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Había hecho una llamada a los jefes de las religiones que firmaron la Alianza de que nació la Iglesia Católica y se posesionó un espíritu lleno de extrañeza y haciendo muchas gesticulaciones despreciativas y dijo:
¿Por qué se me obliga? ¿Por qué se me quiere desterrar de la tierra que es mía, que me pertenece por mi rango? ¿Por qué vienen seres extraños a la tierra en defensa del que nos quiere arrojar con nuestra voluntad?
Como hombre, viví y dominé y como espíritu, vivo en la tierra y soy jefe de la grey que me sigue en los espacios. No es justa la ley que me quiere arrebatar lo que hemos conquistado.
Nosotros hemos enseñado a nuestra grey un credo, por el que nos han sido sumisos; y solo cuando han empezado a venir a la tierra libertarios… Como Jesús y, los espíritus de los que, nosotros los separamos de sus cuerpos librándolos de una vida de padecimientos, porque, como locos se oponían a nuestra voluntad y a nuestro credo y en derecho propio y en bien de nuestra grey y de los intereses por nosotros ganados, hicimos justicia. Y estos han sido tan desagradecidos, que no han tenido en cuenta, que, por nosotros, al librarlos de la vida miserable que llevaban y equivocados en sus doctrinas libertarias, los mandamos al espacio donde vemos que se han iluminado. Han vuelto ahora a la tierra y nos quieren arrebatar lo que en justicia nos pertenece. ¿Es esto agradecimiento? ¿Es esto justo?
Y no basta que en la tierra se nos usurpa lo que hemos ganado con nuestra sabiduría y por los medios legales que nosotros hemos creado en bien de nuestra grey, sino que se me arroja del espacio y es ésta una injusticia de la que protestamos ante nuestro Dios.
__ Basta, blasfemo. No te permito seguir por ese camino, ni se os llamó para un Juicio, sino para responder a puntos de interés, que el Juez sabe; pero que quiere obtener la confirmación de sus actores y así, por amor, preparaos al Juicio Universal que en día cercano habéis de comparecer y no quisiera desterraros.
Pero, cómo tú sigues blasfemando, como tú al crimen lo llamas virtud; como a la injusticia la llamas justicia y te revelas contra la verdadera justicia; yo, que represento la justicia del Padre, no te consiento a seguir blasfemando.
Más te digo; que la justicia decretada del Juicio Universal ha llegado y a ella tendréis que someteros; así que yo te invito en amor a acatar la justicia, la que no os destierra, sino que os destierran vuestras mismas obras.
Esto es una imposición de la justicia por la fuerza, por los libertarios. Nosotros tenemos derecho a disfrutar la tierra que bajo leyes sabias hemos hecho y hemos conquistado. Es cierto que hemos dividido la tierra en franjas y bajo el régimen de varias religiones; pero para eso habíamos trabajado y conquistado el poder. Si ocupábamos palacios con jardines; si teníamos derecho a vidas y haciendas, era inherente a nuestro poder; a lo que ahora se nos obliga, es una injusticia que sólo aceptamos por la imposición y …
__ Basta ya, repito. Ni pensar podía, que tanto descoco pudiera existir en un espíritu. ¿Cómo es justicia, ¡faltar!... apoderarse de riquezas y poderes por el engaño, por el cohecho y por el crimen? La ley natural, permite lo necesario, sin prejuicio de un segundo ni un tercero y vosotros habéis causado daño a toda la humanidad. ¿Con qué derecho ocupáis palacios que no heredaste ni ganaste? ¿Con qué derecho derrochabas en orgías y bacanales, el sudor de miles de trabajadores que perecían de necesidad y dormían a la intemperie, trabajando? ¿Este es el amor que habéis tenido a vuestra grey? ¿A esto lo consagras justicia?...
Pero es que la causa…
__ Callar te he mandado.
Yo soy la dignidad suprema en la tierra y de mi grey en el espacio y no conozco superioridad: sólo Dios, nuestro Dios, es mayor que yo y éste se complace en nosotros. ¿Quién, pues me manda callar…?
__ Blasfemo… Si tú representas un Dios que se complace en vuestros actos, es porque vosotros lo habéis creado. Pero ese Dios, ni tiene ni os da más poder que el de la tiranía que habéis desplegado, porque ese es el Dios a quien sirves; es tu misma concupiscencia y no puede ser otra cosa; pero el que te manda callar… Es él…que tanto habéis temido. Es el Anticristo según lo habéis enseñado para terror de esa pobre grey, pero que es el Juez del Dios Amor, único y verdadero que ha creado a todos los mundos y en prueba de ello, mirad… Y ved… esas moradas de terror… Que a la vista se os presentan y son las que os pertenecen.
Nosotros no queremos salir de la tierra, porque para eso hemos trabajado y sólo la imposición nos podría arrojar; pero acataremos la ley por la fuerza.
__ No admite el Juez el acatamiento por la fuerza; sólo por la voluntad decidida se os admitirá de nuevo al trabajo; pero como vosotros queréis carne… como vosotros queréis la tierra… Y la tierra entra en la luz y vosotros estáis en horribles tinieblas en la tierra no podéis quedar; hay que separar en justicia los que escriben leyes del polvo de la tierra y los que escriben del éter. ¿Queréis carne? Pues moradas de carne tiene el Padre. ¿Queréis seguir en la supremacía? Pues también tiene moradas en las que podéis por vuestro instinto y afecciones la supremacía; pero por la lucha.
Esto es una injusticia; sólo por la fuerza podemos acatar.
__ Nada por la fuerza; sólo por voluntad debe acatarse la ley… Pero aún no os destierro; faltan breves días para el Juicio Final y es de justicia que lo presenciéis para que deis testimonio de la ley cumplida conforme a la profecía.
__ Retírate… Instantáneamente marchó.
Pio V. Papa.
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N.B. __ El vidente, me advirtió de las burlas del comunicante y de la mofa de sus muchos acompañantes. Yo lo había visto; pero era mi deber oírlo, por ver si por alguna palabra podría abrir los ojos de esos desgraciados.
Mi consideración les ufanó más y hube de adoptar un temperamento de poder, para librarnos de sus dañadas intenciones y sujetar al comunicante. Entonces se presentaron en luz entre ellos, Bismarck y Napoleón de la mano; y, ni esto que representa la concordia de dos seres que habían luchado les hizo mella. Su actitud era amenazadora, pero llegaron espíritus de justicia, acometiendo contra todos ellos y huyeron despavoridos en el momento que yo despedía a Pío V. Acto continuo tomó posesión el médium, viendo nosotros que era Bismarck.
Buenas tardes, vengo, obedezco, porque la obediencia es de nobles y es muy prudente oír el Juicio de los hombres que Dios designa para oír las defensas de sus hijos.
Aborrecí y aborrezco la tiranía, aunque como tirano soy llamado, porque así se me ha denominado en la tierra donde hice mis hechos.
Pero yo luché, solo con leyes y derechos sancionados por el pueblo, mas eso, no me exime de responsabilidad, aunque el hombre es efecto de las causas: yo, fui efecto de las causas ley.
Y yo, como canciller de una nación poderosa, pero no tan poderosa como yo la hubiera querido, porque su poder era cifrado más en lo material y yo sabía que la grandeza consiste, en hermanar el progreso material con el espiritual.
Pero… El dolor me embarga, querido hermano, (que bien te conozco) al tener que confesar, que la influencia de las religiones mata los sentimientos de los cancilleres y de las testas coronadas. Yo no había venido a la tierra a derramar sangre; pero como canciller, tuve que firmar la guerra; de lo que hago responsable al impostor de ella y de la sangre derramada el 70… a Pio IX…
__ Hermano mío, no cargues más tristezas y oprobio, sobre ese pobre espíritu, que apenas su conciencia puede resistir más. Vedlo como no puede más que lo que sufre y sólo es aliviado por los momentos que por amor lo atraemos y él está arrepentido de su obra.
Gracias hermano y Juez; yo no lo odio; lo compadecí y lo compadezco. Pero es de justicia también que yo me justifique en nombre de la ley del Padre, por mí y por todos los cancilleres que represento y aquí estamos justificándonos, pero notablemente, sin odio y procurando herir lo menos posible susceptibilidades, pero no podemos dejar de acusar en justicia.
Yo firmé aquella guerra y no buscaba en ella el flagelo de Francia; pero la imposición de Pío IX, llevó las cosas por los hilos que, en mí, ni en el Emperador estaban; y como a mí, sucede a todos los cancilleres y todos a una decimos que: el mal del mundo todo está en las religiones, pero en especial en la católica, cuya tiara está por encima de los sentimientos, por encima de las testas coronadas y del pueblo supersticioso y prejuiciado, únicamente por la religión.
Pero, vemos ya el momento feliz de su Juicio, de su desmoronamiento, por eso vivo en espíritu en el espacio y entre los hombres de la tierra que buscan al Padre y han de dar fin a la gran historia de las religiones y con esos hombres luchamos en su causa.
He aquí por qué vivo; porque apeló a la justicia; porque mi yo pensante trabajó sin descanso ayudando a los espíritus de amor, animando a las masas para que recobren sus derechos y encuentren el bien y el camino de la justicia del Padre.
Influimos y los hombres se hacen luz y piden justicia y piden libertad y piden fraternidad y piden y pedimos… Amor; amor del Padre, amor fraterno; paz; verdad; comuna.
Pero estos… Impostores, supremáticos y prevaricadores, han opuesto la tiranía y el descreimiento y se muestran las religiones frente a frente con los jefes de las naciones y prejuician su grey y entablan las batallas de las pasiones cuerpo a cuerpo y envenenan los espíritus.
Nosotros, hemos dado lugar y pretendido el restablecimiento de los derechos comunales. Vosotros, proclamando un derecho irracional, habéis opuesto un valladar con el “Non posumus”.
Nosotros os hemos dado cabida y lugar preferente en nuestros palacios de leyes y habéis abusado del príncipe, de la princesa y del pueblo y a los cancilleres, ha costado grandes trabajos encubrir la maldad y la tiranía de las religiones, aun guardando cubiertas vuestras imposiciones para no derramar más sangre del pueblo trabajador… Preciosa sangre… Que vosotros pisoteáis sin conciencia.
Pero ha rebosado la medida; ha llegado la amargura al corazón del hombre y ha clamado: ¡Justicia! Y, el Padre de amor oye las voces de los hombres y los espíritus y manda su Juez y habla el Espíritu de Verdad y llama a Juicio y en Juicio estamos.
Yo aplaudo la Justicia y me someto al Juicio del hombre que representa al Padre y le presento la justificación de todos los cancilleres.
Pero vosotros… Miserables en vida y más miserables en espíritu que pretendíais representar a Dios y cantabais su justicia para el terror de la grey, no acatáis, no acudís y aún os ponéis frente al Juez; pero la justicia se cumplirá, porque el Padre la prometió por Jesús, a quien crucificasteis.
Juez, al que reconocemos: nos hemos justificado; nos inspiramos en el amor, pero nos venció la imposición de las religiones. Acatamos la ley y deseamos cooperar a la obra salvadora que en Sion se te encomendó. Lo que afirmamos y firmamos.
Bismarck.
Espera un momento, hermano mío. Yo te amaba y más te amo. Óyeme, ¿conocías la legislación de Che Auffer?
__ ¡Oh!... Te comprendo hermano mío… En ella me inspiré y con esto te digo, todo lo que me quieres preguntar. Con ti estamos.
Adiós.
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Sin perder posesión el médium dijo:
Heme aquí ¡Justicia, Justicia, Justicia! Es inevitable; por todas partes resuena; de todas las bocas sale la palabra; Justicia. Ya es la hora y sea hecha la justicia en nombre de la ley.
Adelante, adelante, adelante. No prevalezca la maldad. Es llegada la hora del reinado del amor y para esto se impone la justicia de la ley de amor, soy, en nombre de la Ley del Padre.
La Acción de la Justicia, en acción.
Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo II
Autor: Joaquín Trincado