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Joaquín Trincado

Comunicación Francisco Xavier; Agosto 18 de 1911

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 25 sept 2023
  • 3 Min. de lectura

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Amado hermano:


Bendito sea el Padre... Y qué horas tan crueles paso; sólo por el amor se puede sufrir.


En otra comunicación te dije que parece que todo se confabula para hacerte sufrir; pero nada importa. Ya nada importa el sufrimiento cuando es por el amor, y la humanidad está por medio.


Yo dije que se gloriarían de verte desgraciado; y en el plan siniestro trazado por ese desagradecido, trata de envolverte. Pero, es muy poco avisado, y todo será en su contra; nada temas, porque yo estoy por medio; y los ruegos del protector del hermano perseguido, óyelos y ayúdale cuanto puedas, porque es muy lamentable que a sus años se deshonre o acabe, como no está escrito, su existencia. Pero, más desgraciado es el degenerado engendrador del hecho criminal, fraguado a la sombra de la envidia y de la vagancia.


Si tú no estuvieras protegido como lo estás y guardado por todas mis huestes (como de esto tienes pruebas). Ya hace tiempo que te hubiera hundido en el baldón, pues hasta tu firma ha pretendido usar, pero no ha sido atendido, porque no es fácil falsificarte la letra.


No expongas más en este asunto tu tranquilidad, por lloriqueos; has dado consejos de prudencia; obsérvelos si quieres, porque no necesita el sueldo para sus necesidades, y es hora que se deje de acumular. ¿No le han dado tiempo y medios para crearse una situación desahogada en los últimos días de su existencia? Pues para los demás, que trabajen, que hombres y jóvenes son; lo que hay, es que la pusilanimidad lo agobia y no se atreve a afrontar la situación; por lo demás, hermano querido, has cumplido y nada más está obligado a exponerte. Si te consulta, dale consejo y nada más; porque todo sería en vano y aún podría ser que, a pesar de mis avisos, seas molestado por ligerezas de su familia; pero, ya sabes cómo te las habrías con todos ellos.


De todos modos, hermano mío, creo que, por su imprudencia, nada se ha conseguido, y sólo podemos evitar los grandes trastornos que traería el hecho que nos ocupa. Trataremos de salvarlo por camino distinto, haciendo que por enfermedad sea substituido; más, esto tendría que ser en breve, pues muchas horas no pasarían sin que hubieran consumado sus perseguidores los hechos fraguados; y si, por una circunstancia que preparo, lograse evitarlo, que lo veo muy difícil, otros hay que tienen fraguado algo más o menos de lo que tratamos de evitar; y recuerda que lo has visto andrajoso y solo, llevándole pan un niño; y esto le llegaría, si de ésta se librara, porque, quien no ha sido prudente ni ha sabido crearse amor por su modo de ser y apocamiento, no puede esperar lo que él no ha dado.


Sigue tus trabajos espirituales en la forma que los llevas, y no padezcas por lo demás; que el día de dar empuje ya está destinado; y, para entonces, no necesitarás tanto del trabajo material; que si mucho ves ahora en perspectiva, no es nada para el que te preparamos, y recoge el trabajo que en poder de otros tienes y archívalo tú; que no será difícil que lo consigas.


Ahora ya tienes más tiempo y más tranquilidad para dedicarme algunas horas por semana; pero no dejes retrasar la transcripción de las notas que recoges, pues son para toda la humanidad.


Te espera una gran sorpresa y pondrás el remedio cuando llegue el momento.


Recibe y da mi bendición, y hasta el domingo, que debemos pasarlo alegres.

.

Isidro, Xavier e Ignacio,

que son tres grandes potencias,

no vencieron la impotencia

de ese espíritu reacio,

débil que con su imprudencia

nos llevaba hasta el cansancio,

pero saque la experiencia

de que es en vano el trabajo

pues por camino de atajo,

el perverso va a la inercia.


Libro: Filosofía Enciclopédica Universal Tomo I

Autor: Joaquín Trincado



 
 
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