La leyes de las mayorías
- EMEDELACU

- 2 ago
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Cuando las religiones eran el emperador de las conciencias; cuando por eso, la ignorancia era el sello de las virtudes, siendo esclavo el hombre del sacerdote impostor, la mayoría perversa impuso sus leyes bárbaras. Cuando el hombre empezó a hacer razón, aunque en minoría, la mayoría perversa sacerdotal ideó al guerrero, creándolo del mismo pueblo esclavo, para que aun fuera mayor descorazonado verdugo al verse con mando sobre la vida indefensa del Sudra, del sin derecho, del sin valor, salvo la contribución de hijas bellas para solaz del sacerdote y después servir de comercio del guerrero: lo que vemos confirmado en los hechos de Shet, que anula esas bárbaras leyes, hace ya cerca de 58 siglos. Luego había ya mayoría de progresados; pero no había fondos en la sociedad; no había progreso material que diera aliciente y vida a la vida de fraternidad y había que hacer ese progreso que hoy tenemos, hasta tirar las palabras al aire yrecogerlas y enterarse el hombre del pensamiento del hombre en cualquier parte de nuestro mundo, que marcaría el penúltimo progreso etéreo-material y humano espiritual; pero que no podía llegar sin el antepenúltimo progreso, que fue el Juicio de Mayoría celebrado el 5 de Abril de 1912 (aunque los perversos no queráis) en cuyo acto y sentencia se anuncia el último progreso humano-fraternal de la "La Comuna de Amor y Ley", con el regalo máximo en premio de todos los progresos, que Eloí, Padre Universal, obsequia a sus hijos vencedores de sí mismos: "El Electro-Magno": que por no ser moneda cotizable en bolsa, no lo disfrutará el hombre, mientras haya cotización por dinero. Y cerca está que no la habrá.
Acaso vamos demasiado lejos, para muchos, en estas declaraciones; pero han terminado las treguas grande y pequeña y cumplo mi deber con anunciarlo en esta "Circular Práctica" del 21 aniversario de la "Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal" que no es política ni religiosa sino Filosófica; autora de leyes nuevas en nuestro mundo, pero viejas en el Universo, con el que está ya solidarizado y por ello, se le exige el cumplimiento del pacto que dice:
El Universo Solidarizado
El Mundo Tierra, Comunizado
La Ley es Una; La Substancia Una
Uno es el principio; uno es el fin
Todo es magnetismo espiritual.
Que nuestra Escuela dio como PROCLAMA insuperable para nuestro mundo; pero no máxima, puesto que el universo es infinito y el progreso indefinido, por lo que nos pusimos el inacabable emblema: "Siempre más allá" que destruye todo lo finito, hasta la muerte, desde que la vida, está probado que es eterna y continuada. Que asusta, que saca de quicio a esa mermada e insignificante minoría de aberrados, errados y herrados, prevaricadores, intrigantes, politiqueros, buitres del capitolio, viciosos, vagos, inmorales, resaca del progreso, leprosos (vulgos calumniadores), lo sabemos, manifestado por ellos mismos. ¿Pero qué culpa tenemos nosotros? ... ¿Acaso podemos hacernos cómplices con esa ínfima minoría y habíamos de faltar a nuestro pacto y sagrada promesa y juramento hecho a la infinita mayoría del "Universo Solidarizado”, ¿firmada ante el Creador de nuestro mundo y de todos los mundos?... No, hermanos y, hermanitos por fuerza perversos, que aun así no os negamos nuestra fraternidad; pero que estamos obligados a exponeros, sin imponeros, la ley de la mayoría. Y, mirad como se confirma la acción de la justicia. En estos momentos que escribo este capítulo, el más terrible que os habíamos de dar, por amor que es justicia, allí, en España, por el querer de la mayoría, no expatrian y sí retiran a los que por traiciones estorban y soliviantan a la mayoría y los confinan a vivir con sus iguales; con los negros de Annobon, entre los que tendrán que luchar y civilizarse ellos por el escarmiento. Igual hace la suprema Justicia del Gobierno del Espiritismo, que es de todo el Universo. Retira a los enemigos y traidores del pueblo; de la mayoría, que es los trabajadores productivos manuales e intelectuales, a los mundos de negra bruma y pesada atmósfera, donde reinan las pasiones vuestras. No podéis negar este parangón que la ley pone en este momento para justificar mis declaraciones y la acción de la Escuela Magnético-Espiritual de la Comuna Universal, por su Gobierno "El Espiritismo Luz y Verdad", que es en la tierra, una Comisión; un Ministerio, si queréis, del Gobierno del Universo, que sólo es en todo él, el Espiritismo, o la unidad de todos los Espíritus nacidos del Padre, único Espíritu Universal, que confía su régimen y gobierno a sus hijos más progresados y por elevación y categoría de mundos, ciudades de su infinito imperio.
¿Y queréis oponer vuestra insignificancia, a esta infinita mayoría y poder?... (¡Pobres... hermanitos!... Sois libres; pero en el tiempo eterno, aquí o allí, ahora o más tarde, cumpliréis la ley de la mayoría y viviréis "La Comuna da Amor y Ley"; o si mejor lo entendéis, la vida fraternal en la que, "sólo el trabajo productivo regenera y; da derecho al consumo", que es sentencia inapelable del Gobierno del Universo: yo, cumplo con mi deber al declararlo. No importa que sea yo lo que vosotros queráis. Ya prevenimos que: "Nadie piensa de otro sino lo que él es". Pero nuestra Escuela y su Fundador, somos fieles cumplidores de las leyes del Universo y de las constituciones de las Naciones, porque representan el querer de la mayoría. Por esto, nuestra Escuela, no puede ser desconocida por ningún gobierno bien constituido, y así lo es, como luego expondremos. Aquí, queda sentado, que la Ley es de las mayorías: y que el Espiritismo Luz y Verdad y nuestra Escuela que lo presentó y sostiene, están con la mayoría del "Universo solidarizado" y de "El Mundo todo comunizado". Y como "La ley es una y la substancia una" que consagra que "Uno es el principio y uno es el fin", basado, indefectiblemente, en el poder omnímodo representativo para cada mundo y para el nuestro igualmente en "Todo es Magnetismo Espiritual" que es la fuerza que todo lo mueve, lo ordena y lo lleva a su fin, nadie podrá dudar de que esa fuerza invencible nos pertenece y con ella marchamos a fraternizar la familia humana y la justicia nos asiste.
¿Lo probaremos?
Libro: Circulares y Acta 46
Autor: Joaquín Trincado
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