Prehistoria y Tiempos primitivos; Amorfismo y Antropomorfismo
- EMEDELACU
- 10 may 2023
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Actualizado: 20 nov 2023

Hasta que se marcó la línea real la especie humana de su existir racional, ha pasado por todas las etapas de su gestación, nacimiento, infancia y pubertad: en cuyo larguísimo período de decenas de millones de siglos no hizo Dios con formas delineadas o figuras que lo imaginizasen. Es que, la causa de la vida racional, estaba encerrado en su huevo (1) hasta que tuvo la fuerza necesaria de la experiencia, y entonces, abrió el huevo en dos mitades y él salió alumbrando todas las cosas con su propia luz.
Aquí empieza el amorfismo por necesidad de expansión del sentimiento. ¿Cuál es su prehistoria? Un tanto lejos nos ha llevado ya la geología, haciendo tabla rasa de la creación Bíblica: es, sin embargo, aquel génesis simbólico, un índice precioso porque, cada símbolo, envuelve una epopeya que en diferentes términos se lee también en el Sánscrito, en la Vedanta, y más esencialmente en las fórmulas astrológicas, que hoy, está mucho aclarado en las ciencias todas y más que en ninguna en la naciente astronomía, auxiliada por la mecánica, la física y la química, en sus manifestaciones de afinidad de las cosas.
Pero la prehistoria del hombre, que es el desiderátum de cada uno, no la puede percibir, mientras no es trino y conociendo en verdad, las funciones y componentes de sus tres entidades de Cuerpo, Alma y Espíritu.
El Creador, no niega nada; la naturaleza, no quiere tener secretos; el espíritu es luz y la luz todo lo descubre: lo que quiere decir que, nada hay secreto ni oculto, más que para la ignorancia.
Aquí no podemos decir de prehistoria más que las cifras del conjunto: en un libro que aparecerá (cuando los hombres quieran) lo verán atomizado y comprobado y será el día en que todos los hombres serán trinos: y para prepararlos, se les dan estos Cursos Austeros.
El filósofo no puede negar nada; porque lo primero que debe saber es, que los grados de su inteligencia son infinitos y que, todo lo que pensar puede el hombre, puede ser luego una realidad.
Fijemos, pues, que Adán, es el primer hombre, que así pueda llamarse porque era trino; conocía sus tres entidades de Cuerpo, Alma y Espíritu y en él empieza la cultura, la ciencia, el progreso y así la historia.
La Prehistoria de Adán, se alarga a 44.250.058 siglos, que el mundo estaba habitado por hombres antropomorfos, que no conocen más que la concupiscencia por ley.
Mas sin aquellas concupiscencias, que agotaron el mayor caudal de gérmenes morbosos de la materia, no podría un día llegar a la purificación de ésta; y no sería capaz nadie, en materia impura, imprimir el progreso y la belleza.
Fue, pues, necesario aquel antropomorfismo, que hizo el politeísmo, en cuyo gran número de dioses, casi tantos como hombres, la materia se hartaría, se saciaría y los dejaría sin miedo, cuando encontrara el hombre otro mejor Ídolo que hacia Dios, llegando así, a tener hombres-dioses, que es el máximum de la ley de la materia.
¿Qué han hecho aquellos niños barbudos, en todos esos millones de siglos? No hizo sólo el crimen de cazar a la hembra, fecundándola y abandonándola: comerse a sus hijos, devorarse unos a otros y hacer el derecho del más fuerte. Hizo el lenguaje, dominó a la fiera, se vistió e hizo la casa y adoró y... al fin temió... ¿A qué adoró? ¿A que temió? No lo sabía: él no era filósofo; no era hombre, era niño; estaba el espíritu encerrado en su huevo; en su alma rudimentaria, espesa, pesada, opaca; pero progresaba por la necesidad y por el escarmiento que sus pasiones le daban por lo que, aunque mal interpretado, se ha cantado: “¡Oh feliz culpa!”
No nos extraña ver a un niño, hacer un muñeco de barro y atribuirle las calidades activas del hombre, lo que hace la metáfora del arte, como en el lenguaje decimos: el frío me corta la carne, el tiempo pasa; siendo así que, somos nosotros los que pasamos y el frío no es cuchillo: pero entendemos el sentido.
De aquel estado inconsciente de los hechos que realiza el hombre primitivo y antropomorfo, hemos indicado la gran ciencia Antropológica, que representa al hombre estudiando, aunque Dúo; pero que ya, el caparazón de su alma, está resquebrajado por el sentimiento y que con la Antropomo-fisiología y hoy por el estudio del espíritu, deshacemos el antropismo que está desmentido en que un mundo sin hombres, no es un mundo sino el embrión de un mundo.
Es, pues, el secreto de la creación de los mundos, la creación de los hombres; el que, sí, quiere anteponerse y contraponerse a la naturaleza; pero que no lo consigue jamás y en vez, y en cada tentativa de resistir a su destino, embellece a la naturaleza y da un empujón al progreso; abrió el huevo, salió el espíritu de su encierro y se hace luz, dando camino a la Metafísica.
1 Leyes de Manú, Libros primero, Creación Versículos 8 al 14. Traducción de Aleman y directamente al español del texto primitivo, en la misma India. "El Sánscrito" fue escrito por Shet, hijo primero de Adán y Eva, pues Caín y Abel son un símbolo.
Libro: Filosofía Austera Racional (1ra. parte).
Autor: Joaquín Trincado