Prefacio; Ley de Mediumnidades en general
- EMEDELACU
- 31 oct 2023
- 19 Min. de lectura

Lástima y pena causa ver el uso que se hace de las facultades medianímicas: lástima, porque demuestran el desconocimiento absoluto de lo que representan las facultades y el estado de la sociedad; pena, porque demuestran los médiums, el desconocimiento de su misión, de dónde proceden sus facultades y sus demostraciones; y aún más pena, porque los mismos médiums se vituperan entre ellos mismos; pero la culpa es de las sociedades o centros espiritistas, que no han sabido cultivar esas preciosas plantas que el Padre concede a la humanidad, por el progreso espiritual y se han dogmatizado esas sociedades y centros, amalgamando las doctrinas espiritistas con las religiosas y admitiendo el nombre de espiritualismo, lo que es el antítesis del espiritismo; por lo que es un cisma, apoyado por las religiones. Voy a estudiar un momento estos puntos, bendiciendo a ELOI, que ya muere el espiritualismo, recién nacido, con sus padrinos, las caducas religiones.
El espiritismo no es religión; y el espiritualismo es todas las religiones, amalgamadas y unidas, para desnaturalizar el espiritismo y retardar todo lo más posible la caída de las religiones. El espiritismo es Jesús y el espiritualismo Jesucristo. He ahí la mejor figura que se puede hacer, pero como Jesús no es Cristo, y como Jesús es persona real como hombre y como espíritu; y el Cristo, sobre ser una piedra, es figura de peligro y baldón, he aquí que la religión infamó y vilipendió a Jesús, agregándole el Cristo; y los malos espiritistas han vilipendiado al espiritismo, creando el espiritualismo.
¿A qué obedece esto embrollo? A lo mismo que obedeció Manuel I, Papa, para hacer el « Jesucristo «: a obscurecer la verdad. Pero ahora los tiempos van más rápidos; pasan con la celeridad de la luz; y como en lucha los espíritus se han conquistado la libertad y las facultades medianímicas, con las que todo lo pueden saber, viéndolo todo en su realidad, en la tierra, dentro de la tierra y fuera de ella, muy lejos, hasta donde su fuerza y su progreso puede llegar, resulta que ya nada hay oculto; y hasta hemos copiado (o leído) algún documento importante, dentro de una caja de hierro, en Europa, desde aquí América. ¿Cómo no hemos de ver los pensamientos, que corren por las ondas etéreas de la atmósfera en todas las direcciones?
Pues bien; la causa de haber tan malos médiums es porque los centros donde se educan son dogmáticos, hijos predilectos de la religión y cuyos maestros sonobispos disfrazados, y en todo caso, están prejuiciados y han tenido miedo de descubrir los reptiles que llevan encerrados en sus pechos, que dominan a su espíritu; no; a su alma, porque el espíritu aún no se ha descubierto en ellos, porque lo envuelven de la mentira, la farsa, la conveniencia y la cobardía. Son, en general, fenomenistas, que es lo mismo que decir comediantes o saltimbanquis, y el fenómeno no se provoca. El fenómeno se estudia cuando se presenta y se analiza, pero en amor al progreso y no por la curiosidad, que es lo que se ha hecho; con lo que han ridiculizado al espiritismo (que es lo que se propuso la serpiente religión), y de ello son culpables los fenomenistas, con los centros de cobardes; y no tanto los adeptos, sino los directores de ese juego de iniquidad y profanación.
Al ver tanta ignorancia, tan poco respeto y admitir el espiritualismo (retrato fiel y compendio de todos los errores religiosos y hasta políticos), se ha mercantilizado y profanado el nombre santo del espiritismo, tan santo como ELOI, porque es como El, eterno, porque es El mismo. Lo mismo han hecho las religiones con sus dioses; pero éstas no fueron tan descaradas como los espiritualistas, porque aquéllos fraguaron nombres, que para el vulgo, ignorante de su grey, era Dios; pero para los sacerdotes, no lo es.
Causa por la que el espiritualismo y los espiritualistas fueron juzgados con más severidad aún que las mismas religiones.
La generalidad no se atreven a levantar ni la punta del velo; para casi todos, es Jesús el límite máximo de la perfección; con lo que anonadan a Jesús y empequeñecen al Padre; y ellos se absuelven de sus fechorías y embrollos, porque dicen que no pueden llegar a él, en perfección; y no hacen más que los sacerdotes de las religiones, que se amparan en el mismo estribillo.
No, hermanos míos: Jesús es uno de los jalones, pero no el último jalón y sí sólo el primero de los jalones; y subiendo por él, se engrandece a Jesús, y el mismo os lo dijo: «Yo soy el camino».
Ya veis que no dijo yo soy el fin; y si alguien, en la teología dogmática, o cualquier otro principio, le atribuye otras palabras, son invención de la malicia. Jesús tenía convencimiento de la causa que traía y no dijo «yo soy el fin», sino el principio, que equivale a decir, el camino; y el camino conduce a alguna parte más allá de donde empieza. Jesús es uno de los maestros y no el mayor de los maestros, ni el único de los maestros; el más significado sí, porque en sus obras cifró el amor: como Juan cifró la fortaleza; como Abrahán cifró la fe; como Moisés cifró el arrojo; y como Jacob cifró la previsión; porque unos y otros y todos, los antes y después hasta hoy, traen el mismo conocimiento de la verdad.
Se proclama por muchos que «Jesús es el espíritu más grande que ha venido a la tierra »; y yo os pregunto: ¿Por qué se le profetizó a Juan que era el mayor de los nacidos? Si fuera, ¿sería Jesús por eso menor que lo qué es? No, mis hermanos; Juan era grande; Jesús era grande; Abrahán era grande, ¿Y eran por eso menores los otros profetas, el viejo Joaquín, el padre de Jesús, gran patriarca por ser padre de 12 hijos y fuerte artesano? ¿Y María? ¿Se atreverían Jesús, Juan, José, Joaquín, Moisés, Jacob, ni Abrahán, a justificarse mayores? ¡Con qué respeto, hermanos míos, evocan su nombre!
Sabedlo, hermanos míos: no ofendáis a Jesús, poniéndolo en el pináculo, donde no se le puede alcanzar; porque él es el camino, el jalón que nos señala el camino; tenedlo, sí, por el maestro abnegado en pro de la libertad (hasta afrontar la afrenta mayor que hombre afrontó), pero no para empequeñecerlo, no poniendo en obra sus palabras, porque es condenarlo en sus doctrinas, al decir que es inimitable.
Otros, aparentando querer a Jesús, no se quitan de la boca «El divino Maestro», «El divino Jesús». ¿Sabéis lo que lo habéis hecho padecer con esos epítetos? No menos que la religión, con el sacramento de la impiedad, llamado de la Eucaristía, que es lo que le ha cargado de baldón y de odio; lo que ha hecho a su espíritu llorar más que todos sus otros tormentos, y a María más que a él todavía, porque esos epítetos de divino y el sacramento nefando, ha. puesto en peligro toda la obra desde Adán hasta el Anticristo, y ha sido necesario (para salvar a la humanidad) la venida a la tierra tres veces en las tres edades terribles, la de hierro, la Media y en la de la bárbara de la Inquisición, al Espíritu de Verdad; y el investigador, muchas más ( hasta catorce veces en veinte siglos), y todo por los epítetos divinos y sacramento impío, hasta que, por fin, hemos podido derribar la cruz y el Cristo y aligerar su carga, dándoles descanso a Jesús y María, justificándolos el Espíritu de Verdad, que en el día de la sentencia tomó la tierra a su cargo, para que ellos descansen y para que nadie más pronuncie los epítetos referidos y sólo a ELOI se lo digáis, porque El sólo es divino.
Ya lo sabéis: Jesús es el primer jalón y el camino; es el hermano mayor para nuestras tareas, y por él y con la mediación de María y los que siempre les acompañaron y hoy nos acompañan, llegaremos al Espíritu de Verdad, fin de la jornada en la tierra: y es el segundo jalón. Pues cuando a él podamos llegar sin que nos ciegue su luz, saldremos en triunfante peregrinación, para presentarnos al Padre, que nos enseñó Jesús, por su mandato; pero que sólo él, el Espíritu de Verdad, nos puede presentar a ELOI, y ha de ser con Jesús, María, Juan, José, Joaquín, Jacob y todos los que han cumplido las palabras de Jesús, contenidas en el testamento de Abrahán.
No aleguéis entonces que a Jesús lo creíais inimitable, porque seréis acusados de farsantes y prevaricadores, y veréis claro que habéishumillado a Jesús,queriendo ensalzarlo, y lo sacabais de la ley general, que es la que hace grandes a los seres; y ni Jesús, ni María, que es indudablemente tan grande como Jesús, son inimitables, porque entonces el progreso sería limitado y no valdría la pena tanto sacrificio.
He recalcado este punto, porque sé que es la tangente por donde escapan los espiritistas indolentes y los prevaricadores espiritualistas, que en pocos años han hecho más daño a la causa de ELOI, que todas las religiones juntas desde la aparición de éstas, porque ellas forjaron dioses a su imagen y conveniencia, en tanto que la amalgama espiritualista, con todo descaro, ha querido cubrir la luz, no de Jesús, que es relativa, aunque pueda su espíritu alumbrar la tierra sino la del Espíritu de Verdad, que es relativa también, pero que ilumina 7 y media nebulosas, que la más pequeña es la Vía láctea; pero que, aunque relativa, la luz del Espíritu de Verdad es infinita, porque representa la luz y sabiduría del Padre, del que guarda sus secretos.
Ved la diferencia que hay entre el pecado de lasreligionesy el delespiritualismo y pensad si habréis sido juzgados con rigor, porque recibisteis la luz directa y la anublasteis, con la más refinada malicia y la más infame cobardía.
Ahora ya, aclarado el espiritualismo, que tomó los centros llamados espiritistas, donde se regatean las representaciones y siempre se preparan a la eterna discusión de ¿ quién será el primero ? y dónde se ponen trabas a las mediumnidades, donde no se saben estudiar los efectos medianímicos, porque no han querido saber de dónde proceden y por qué proceden y por qué las poseen los que tienen facultades y hubieran sabido que sólo el progreso del espíritu las puede conquistar; pero que no se regalan, ni se provocan, y que es enteramente contrario a la Ley Suprema el comercio con las facultades, bajo ningún concepto.
Todo esto no lo ignoran, porque Kardec reglamentó las mediumnidades según se lo mandaron; y los espiritualistas le han desobedecido y aun han llegado a más: han falsificado su obra, que era el prólogo de la obra que ahora seda depuro espiritismo; Kardec dijo espiritismo y espiritismo escribió; y los cobardes, en vez de espiritismo, han dicho espiritualismo; por lo que, hasta este apóstol, hubo de justificarse, para la sentencia del juicio final, como se encontrará en la filosofía universal. (Hoy ya impresas sus palabras en nuestro libro «El Espiritismo en su Asiento»). Los directores de estos centros se han hecho supremáticos y obcecados, por lo que han caído en la más desgraciada obsesión y han perdido las mediumnidades, porque no han sabido ser maestros, desde que no fueron buenos discípulos del apóstol Kardec y menos de Jesús.
Los médiums son unos instrumentos muy delicados y necesitan un ambiente de bondad; se parecen a los gusanos de seda, que en tiempo de tormenta es necesario distraerlos con otros ruidos que los del trueno; así, el médium no puede estar donde no hay ambiente propicio de bondad, y yo he visto tratar a algunos médiums (muy buenos) por los directores de los centros espiritualistas, peor que a un esclavo; a otros, se les ha dicho que «estaban camino del manicomio » y a todos en general, se les ha prejuiciado con prácticas equivocadas; los médiums, mal educados y prejuiciados, han comerciado con lo que gratis les daban.
¿Son responsables los médiums que tal han hecho? Sí: porque debían oír a su guía espiritual y comprender si estaban bajo buen árbol, por el fruto que recogían; el fruto fue malo, ¿Puede decirse que el árbol (guía) era malo? En muchos casos sí; no importa conocer al guía con el nombre de santo para ser un mal guía, pues que las santidades las ha repartido la iglesia Católica a su capricho y conveniencia; pero que eso no ha prohibido a la Justicia Divina para que muchos, cuyas imágenes están recibiendo incienso en los altares, hayan sido expulsados al mundo primitivo, por su obcecación y maldades; otros se encuentran encarnados, cometiendo mil fechorías en la actualidad, como la que llaman santa Elena, y miles más, como expuse en el libro «Buscando a Dios» y el anunciado mismo, que fue Jacob, Santiago Apóstol de España y hoy obscuro obrero manual, que aunque como espíritu sea algo, como hombre está sujeto a las imperfecciones de la materia; y aunque esté en continuo desdoblamiento, ¿quién puede negar que la materia requiere, en ciertos momentos, el calor y la compañía de su Espíritu? Pues sus guiados (que son millones en todo el mundo), en esos momentos, que las necesidades de la vida del cuerpo necesita a su espíritu, sus guiados, cuyo nombre llaman, no pueden ser en esos momentos por él atendidos; ahí tenéis el secreto de que muchos no encuentren al guía, que en general es un espíritu de su nombre, porque éste, o está encarnado, o puede ser un espíritu ciego y malo, pero hipócrita, y con capa de santidad, los han habido a millones y han conducido a sus guiados por el camino que ellos marchaban. He aquí una de las causas de las malas mediumnidades también.
Hoy, desde el día del juicio, en que millones de nombres de santos y beatos (según los cánones católicos y de otras religiones) han sido desterrados al mundo de sus afinidades, se encuentran esos millones de hombres y mujeres, que llaman a san fulano, sin que le puedan contestar, si fueron desterrados; o les contesta si se encuentra encarnado, y a lo mejor es un delincuente en espíritu y materia. ¿Qué consejo le puede dar?
El médium tiene facultades para saberlo; pero como lo educaron mal, se encuentra identificado con su consejero y guía y no es raro que sea alguno de esos del centro espiritualista; y ya tenéis otro secreto de las malas mediumnidades.
Son los médiums responsables por no emplear sus facultados, primero, en curarse asimismo», comprendiendo que su guía era malo y sus maestros peores y que quizás son los mismos; pero son mucho más responsables los maestros de los médiums, en los centros, porque hicieron un dogma par» sujetar al error teórico y rutinario a los adeptos y los médiums.
Los maestros de los centros están obligados a saber sacar bien del mal. Y el mal, en general, ha sido los fenómenos provocados y aun los espontáneos, pero que sólo sacaron mal, porque ni en uno ni en otro caso, los han estudiado para explicarlos; y si algunas veces los han comprendido, no han tenido la fuerza de confesarlos, por el prejuicio y conveniencia.
Mas los fenómenos físicos (de cualquier clase) no son realizados por grandes espíritus generalmente, salvo algunos de aporte, que los han hecho para no negar nada a los hombres que quisieran comprender que el espíritu tiene acción; pero este es un medio no propio de los espíritus de progreso, como lo ha dicho el mismo espíritu de Jesús y el de Verdad por todos.
En general, los fenómenos físicos han sido producidos por espíritus bajos y aun malignos; pero más especialmente por espíritus encarnados de la grey cristiana, para mantener el nombro de milagro, por la ignorancia y obsesión de los maestros de los centros espiritualistas, que no estudiando el fenómeno más que por leyes materiales (y con éstas no se pueden explicar todos), han dado autoridad a la iglesia católica, para mantener el milagro que aun estos mismos días proclama: Siendo esto (anular el milagro) lo primero que los centros espiritistas debieron hacer en favor de la verdad y de Jesús, a quien alardean de querer, porque saben que Jesús, como ningún otro ser, no puede hacer milagros, porque son contra la ley.
Ya he expuesto, en síntesis, el por qué de las malas mediumnidades, que es la ignorancia, por malicia de los directores de los centros, que se prejuiciaron y no emprendieron la batalla que se les mandaba, y esto quiere decir cobardía; por lo que están relevados ante el Espíritu de Verdad, todos los que no han cumplido con sus deberes; y están sentenciados con el mayor rigor de la Justicia del Padre y conforme a las palabras de Jesús: “No se puede servir a dos señores a la vez”. Y las otras, que son la más grave sentencia: «El que no está conmigo, está contra mí». Y como fuisteis de los llamados y no habéis querido ser de los elegidos, el Juez pidió para vosotros todo el peso de su sentencia de: «Juicio sin misericordia será hecho al que no usó de misericordia» y vosotros no la habéis tenido ni de vosotros mismos.
Ya sé que vuestra imprecación va a ser contra el Juez. Pero es porque sois hijos predilectos de las religiones y no piqueta demoledora de las religiones, como son los espíritus de ELOI; pero está curado de vuestra imprecación, por en cuanto fuisteis sentenciados, al igual que las religiones dogmáticas, cuyo resumen es el espiritualismo.
Y yo cumplo mi deber con descubriros la llaga, para que la curéis en el tiempo de la transición, que para cada uno es, de esta existencia, en las tres generaciones, que pasan con el siglo de la verdad, en el que corremos.
Por si aún tenéis valor y amor a vosotros mismos y queréis curaros, voy a decir algunas palabras de cómo ha quedado la humanidad después del Juicio; y las mediumnidades que llegan, que no podrán ser prejuiciadas y servirán de base a la ley de mediumnidades.
Para los que «Tienen ojos y no ven, y orejas y no oyen», el juicio pasó desapercibido, y después de él yo sé que los Espíritus del Padre han dicho lo bastante en todos los centros: que si no fueran sus directores ciegos de voluntad, hubieran comprendido lo que había; y sigue la humanidad lo mismo, impasible; pero la Justicia sigue su acción y nada la puede detener, ni otro juicio habrá.
La previsora ley de los afines, con su ejecutor la de Justicia, con tiempo suficiente, hizo reencarnar a todos los espíritus que tenían sus afines en la tierra, o deudas y acreedores con quienes saldar cuentas, para que en la transición las pudiesen liquidar, presenciando en espíritu la majestad del juicio y la sentencia y así no alegar ignorancia.
Todos los espíritus (y los encarnados en desdoblamiento y transporte) han visto la majestad del Espíritu de Verdad; las grandezas de la cosmogonía y lo horrible de las moradas primitivas, donde irán, los disconformes.
Muchos espíritus encarnados les han dado parte a sus materias y lo recuerdan aunque lo tienen por un sueño o pesadilla; pero otros, más obcecados por la concupiscencia, no han dado recuerdo a su materia, para no privarse de los goces impuros y fuera de ley de la materia.
Nunca fue más heterogénea la humanidad en la tierra, que en estas tres generaciones que la pueblan; y así, todos los individuos de una familia, son enemigos de antes, que la Justicia les impuso la unión de cuerpos, para darles ocasión mejor de pagarse mutuamente las deudas y llegar a curarse; y aunque en muchos se ha conseguido que se perdonen y se amen, no es en todos; por lo que hay en la actualidad disensiones, odios y venganzas entre los individuos obcecados, aun dentro del mismo hogar, de pueblo a pueblo y de nación a nación, probándolo la horrorosa conflagración y descontento mundial que nos aflige y aún no hemos llegado al desenlace final.
Los espíritus desencarnados de la supremacía, antes del día del Juicio y en las horas de reposo, acudían a los suyos, en el espacio de tinieblas, donde estaban los de sus greyes; con ellos celebraban pactos y juntos en la tierra, mixtificaron hasta al Espíritu de Verdad; el Padre no coarta la libertad, pero impone una ley y sus moradas, y el espíritu es libre de acatar la ley o no acatarla, y así fue el Juicio; quien acató la ley, quedó en la luz para trabajar en la tierra; el que no la acató, fue expulsado en el momento de firmar la sentencia: y los encarnados quedaron sentenciados, pero en la transición de su presente existencia.
Como los encamados obcecados ahora no pueden ir al espacio, porque en él no hay tinieblas y no pueden ver la luz, en sus desdoblamientos, acuden a los centros, donde hacen de las suyas: y cualquier vidente puede seguir el hilo fluídico del espíritu y verá que lo lleva a un cuerpo humano, que a lo mejor (como nos ha sucedido muchas veces en nuestras observaciones) lo encontrará entregado al vicio y maquinando contra los mismos donde está hablando su espíritu, tendiendo un lazo de engaño.
Hoy ningún espíritu de Luz os puede hablar de caridad; y el que miente tal palabra, es un mixtificador, pero encarnado, porque del espacio no puede venir ninguno que hable de caridad, ni del nombre cristiano, ni de religión, sino es para condenarlo; hoy solo pueden hablaros los espíritus del Padre, de amor, libertad, justicia y, en una palabra, de La Comuna Universal.
He ahí el programa de la Nueva Era y por lo que conoceréis el árbol que os ofrece frutos; pero es tratándose de una posesión; porque con los médiums de hoy, el 80 % no toman posesión y son conscientes; y de los otros, la mitad son prejuiciados por los centros; y de esos 10 que quedan, 5 son pusilánimes, u orgullosos, o envidiosos; y sólo tenemos así el 5 % de los médium, verdaderos instrumentos. Estos no pueden estar sino con grandes sacrificios en los centros, por él pésimo ambiente que reina entre ello».
He ahí el estado verdadero de las mediumnidades y son responsables los directores de los centros; porque un médium es cera blanda, donde se puede imprimir cualquier molde; pero tiene el diamante por armadura y los maestros deben aprovechar las dos materias: la una, para imprimir; y la otra, para que nada lo pueda quebrar; pero hay un tercer estado: el dinámico, que es de gran necesidad, que los médiums sepan desarrollarlo, para recibir o repeler a voluntad las influencias extrañas; y con cuyas fuerzas, puestas en acoplamiento con las fuerzas del Éter, el espíritu del médium sepa defenderse aun entre corrientes contrarias.
¡Qué lejos han estado los educadores de los médiums, de estos conocimientos! Por esto hay tantos malos médiums y tan pocos buenos: y de esta ignorancia se han aprovechado los detractores, que han jugado feo, porque les faltaba el amor y hablaban de caridad.
Por fin diré que, del compuesto de las tres entidades, materia impresionable (cera), constitución facultativa (diamante), fuente productora a voluntad (dinamismo), nace la palabra "mediumnidad", y con palabras técnicas, "Poder Psíquico".
Este es otro vocablo que no puedo pasar sin decir algo, por la gran variedad que encierra y por la gran discusión de que ha sido y es objeto la " Psiquis”. Pero como no escribo para un tiempo de tinieblas y a lo más, para el tiempo de transición, sólo haré una definición codificativa, a fin de que puedan mis hermanos aprovechar y salir de dudas.
La Psiquisse pretende estudiarla en la materia, separadamente del alma, porlos materialistas y la ciencia médica; para lo cual esta ciencia «e ha dogmatizado, pero la Psiquis es propiedad exclusiva del alma, cuando el Espíritu la ha dominado y le puede comunicar sus facultades y potencia; por lo que, toda mediumnidad, indica progreso del espíritu, aunque sea en el mal; pues no quita a un espíritu ser malo, para ser sabio en conocimientos; pero éstos están obstinados por falta de amor y por consiguiente, odian el principio del bien y es porque saben que no serán destruidos o aniquilados; y como están muy materializados por la concupiscencia y aman la supremacía, porque son orgullosos de su sabiduría, es por esto que obran todo lo que les viene en gana, porque saben, como dije, que no serán destruidos.
Pero así fueron los desterrados que echó la Justicia a la tierra y arrastraron algunos millones de la grey que les seguía en Neptuno; muy sabios, pero supremáticos, y conocían el secreto de la unidad; pero en la supremacía eran grandes materialmente y no acataron el principio de unidad, que se estableció en Neptuno con el Juicio Final, como ahora en la tierra; y no eran los consumadores de crímenes religiosos, sino simplemente supremáticos por la materia y fueron expulsados y echados a la tierra, donde se vieron entre religiones, que no tenían de dónde venían, y estas religiones eran mil veces más supremáticas que ellos habían sido, y lloraron, desde el primer momento, su error.
Pero traían la gran potencia de la sabiduría y clamaron pronto al Padre y se descubrió brillante la trinidad en ellos; por lo que sus espíritus, comunicaron a sus cuerpos la Psiquisde sus facultades, con las que dominaron a la materia y así a la raza primitiva, en toda la tierra, hasta quedar un muy reducido número que no ceden en sus aberraciones y son expulsados, teniendo que ser, en los mundos donde son destinados, lo que la raza adámica en la tierra: la salvación de los primitivos, después de haberlos hecho progresar, en las artes y las ciencias, y descubrirán sus moradores la trinidad de su ser; en cuyo descubrimiento se encontrarán dominadores de las fuerzas materiales, porque habrán desarrollado la Psiquis, que el Espíritu comunica a sus almas.
La Psiquis es de la sabiduría del espíritu, y como la sabiduría, lo pone en relación con el centro de su procedencia, y con esta luz y fuerza entra en la comunión de los espíritus de progreso y comprende los efectos que originan las causas y obran según sus inclinaciones, que serán buenas, si descubrió por el trabajo su centro y potencias; u obrará mal, si la sabiduría la tomó de otros espíritus de progreso, que la enseñaron, continuamente para llevarlo a la luz; pero que él, aferrado a la concupiscencia, toma aquellas enseñanzas para volverlas armas, contra la bondad y humildad de los misioneros y moralistas; y esto es lo que ha pasado con los supremáticos de las religiones y los parásitos.
La primer facultad que el hombre descubre, es el magnetismo animal; pero no la puede descubrir con conciencia, hasta que el espíritu es sabio, aunque sea malo; y no hay una contradicción en ser sabio y malo, porque el espíritu aprende y no olvida, y como siempre se les está enseñando por los espíritus de luz y progreso, porque éstos saben que tarde o temprano, los malos caerán de su burro, mientras no caen, obran con más refinamiento y con odio a quien les quiere, no arrebatar la supremacía, sino anular la supremacía; y de aquí las hecatombes que la tierra ha presenciado; pero son prevaricadores, porque emplean las armas de principios que los espíritus de luz les entregan.
La obstrucción se ha hecho a las facultades medianímicas, porque los sistemáticos han visto que todo el que las posee, es un espíritu sabio, que las ganó por su trabajo y que se salen de la grey, en cuanto se han hecho luz; y han arreciado las batallas y las persecuciones, cuantos más veían huir de sus filas, que sobre aminorarlas, descubrían sus crímenes y falsedades.
Pero los espíritus de progreso descubrieron las ciencias, y los retrógrados opusieron el materialismo, que no puede jamás sentar base de ciencia, porque no sólo excluye de sí al espíritu, sino también el alma; y he aquí por qué tanto tiempo combatió el magnetismo, que al fin la ciencia tuvo que admitirlo; pero el magnetismo es una rama del gran árbol espiritismo, lo mismo que el Hipnotismo los efectos físicos, los aportes, lasmaterializaciones, la videncia, la escritura, la intuición o audición, y los desdoblamientos, al igual que los parlantes y la» demostraciones luminosas o irradiaciones, de la aureola y la telepatía.
Por fin, digo: que todas estos demostraciones y otras innumerables ya en desarrollo, son potencia Psíquica, y que la Psiquis es sólo espiritual; porque aun la materia inerte, está poseída de los espíritus naturales y elementales (si no desconocidos en el nombre), absolutamente desconocidos hasta hoy para las generaciones, en su poder y obras: pero obedecen, como los espíritus humanos del infinito, a la única causa, a la única ley suprema, a la que está sujeta toda la creación.
Por tanto y durante, la transición, todos los médiums y los maestros de los médiums, deben regirse, para su desarrollo y comunicaciones, a lo que queda expuesto, con la reglamentación que dejó Kardec[1], para empezar. Y con sujeción a la presente Ley, que se dicta, ante él Espíritu de Verdad, porque las mediumnidades en el régimen comunal de nuestro séptimo día no pueden tener los errores que hasta hoy, y porque, pasadas las tres generaciones, no hay perturbadores y mixtificadores y el mal fruto no puede existir, porque el mal árbol se ha arrancado; y así se decreta la siguiente:
[1] Exceptuando las oraciones que Kardec se vio precisado a formular, por causa del arraigado formulismo religioso y era temerario arrancar el hábito de un tirón brusco. Hoy se ha hecho suficiente luz y sentimiento y no caben oraciones ni rituales.
Libro: Laudo de Rigor y Ley de Mediumnidades
Autor: Joaquín Trincado