1ª Controversia con los Católicos; Lo que dice el Sr. Podestá (6)
- EMEDELACU

- 24 nov 2023
- 25 Min. de lectura
Actualizado: 8 ago 2024

Controversia que debía versar sobre Ciencia y Religión
"Poca ciencia aleja de la religión; mucha ciencia conduce a ella". --BACON.
Publica anteayer el diario anarquista la exposición del señor Montemayor, con la cual entiende éste haber probado lo que ha llamado su primera "tesis", a saber: "que la religión y la ciencia están separadas por un abismo insondable".
Voy a examinarla enseguida. Pero, antes, debo preguntar: ¿Por qué no se ha ceñido el señor Montemayor al tema que debía ser objeto de su primera exposición, conforme a lo establecido en las bases de la controversia? ¿Por qué habla del Santo Oficio, de la San Bartolomé, de las dragonadas, de las hogueras del Medioevo? ¿Qué tienen que hacer todas esas cosas con el "abismo insondable que separa la religión de la ciencia"?
Dejo pues, clara constancia de que el señor Montemayor no se ha atenido a la cuestión planteada por su primera "tesis", a pesar de lo cual, -y por esta vez-, voy a seguirle en sus divagaciones, señalando los errores graves y numerosos en que incurre, y las afirmaciones gratuitas que formula.
¿Quién es "La Ciencia"?
Encabeza el señor Montemayor su exposición, con estas dos citas:
"Dios ha creado el mundo del Caos, plasmando al hombre con barro. -"La Biblia, Génesis"-.
"El mundo es eterno, Dios no es más que un nebuloso fantasma proyectado en los cielos por la imaginación supersticiosa de los pueblos primitivos. -"La Ciencia"-.
Todos saben qué es la Biblia y, por consiguiente, la primera cita es comprobable. No así la segunda, en la que se hace hablar a "la Ciencia" como si fuera una persona, o como si todas sus conclusiones estuvieran contenidas en algún libro maravilloso, escrito por no sé qué sabio omnisciente e infalible. Por fuerza debo preguntar: ¿quién es "la Ciencia"? y ¿qué ciencia afirma lo que hace decir a "la Ciencia" el señor Montemayor? ¿la ciencia de quién? ¿la suya por ventura?...
Cierto es que el hombre posee un caudal de verdades científicas definitivamente adquiridas, y que, por serlo, están ya colocadas fuera del campo de toda controversia. Pero, ¿es acaso en nombre de alguna de esas verdades que puede el señor Montemayor escribir la frase que comento? Creo que no. Veamos si en el curso de su exposición logra el señor Montemayor demostrar que sí, o sí se preocupa -siquiera, –de conseguirlo.
Profusión de afirmaciones e indigencia de pruebas
Después de semejante entrada, comienza el señor Montemayor su exposición con una cita de Ed. Harmann, tomada del libro intitulado: "Autodisolución del cristianismo", que dice así: "Entre los principios fundamentales del cristianismo y la cultura moderna, el conflicto es irremediable...", etc. Se trata de una simple opinión, muy respetable, pero que nada demuestra. Vanamente la invoca el señor Montemayor pues no hace más que "enunciar" lo que él debería "probar". Por lo demás, a esa opinión yo puedo oponer ciento que la contradicen, y no opiniones de cualquiera, sino de sabios de universal reputación y fama. He citado la del gran Bacon, y omito citar las de otros porque me llevarían demasiado espacio.
Una curiosidad se me antoja: ¿creerá de veras el señor Montemayor en la mentada "auto-disolución" del cristianismo? Y, en caso afirmativo ¿para qué perderá su tiempo en combatir lo que por sí mismo se "disuelve"?
Y sigue el señor Montemayor dogmatizando:
"Si los milagros de Jesucristo se pierden, conjuntamente con su autor, en las nieblas de la leyenda y de las mitologías orientales"... etc.
Otra afirmación gratuita, que da por demostrado lo que aún está pendiente de demostración, es a saber, "que los milagros de Jesucristo, y Jesucristo mismo, se pierden en las nieblas de la leyenda", etc.
Hasta ahora, nada de concreto. Veamos otro párrafo:
"La cultura humana que había llevado a Cristóbal Colón a descubrir un nuevo mundo, volcado con Copérnico y Galileo en el sistema fantástico de Tolomeo... no podía detenerse en este punto... Era menester que con Goethe y Lamarck se elevara hacia la cumbre de verdadera ciencia -la ciencia de la vida- y diera, con Darwin, el golpe de gracia a todo el edificio del misticismo"..., etc.
Vale la pena detenerse un momento en el análisis del período que precede, porque nos dará la idea exacta del método adoptado por el señor Montemayor para la demostración de su "tesis".
El argumento que hace en la primera parte del párrafo es inoficioso e inofensivo. En efecto, ¿qué prueba a favor de la existencia "de un abismo insondable entre la religión y la ciencia", el que Cristóbal Colón (católico y protegido de frailes y reyes católicos), descubriera un nuevo mundo, y el que Copérnico (canónigo) y Galileo (católico y amigo personal del Papa Urbano VII, de quién recibió deferencias y honores) volcaran el sistema fantástico de Tolomeo? Que la cultura humana no podía detenerse en "ese punto", es claro, y es claro que no haya de detenerse ahora tampoco.
Pero, ¿qué prueba eso? ¡Cualquier cosa, excepto la incompatibilidad presunta entre la religión y la ciencia!. Pero la segunda parte de la nota culminante en el método del señor Montemayor: la afirmación pura y simple... "y diera, con Darwin, el golpe de gracia a todo el edificio del misticismo..." ¿Las pruebas? La afirmación ya la conocía, y de lo que se trata es de "probarla". ¿No ve el señor Montemayor que aun no aparece el "abismo insondable" de marras?
Viene después una alabanza a la inmensa labor científica del siglo XIX con mención de sabios católicos, como Claudio Bernard, y creyentes, como Lamarck. Bienvenida sea la alabanza, que alcanza también, y en gran manera, a los grandes sabios católicos que brillaron en ese siglo. Sólo que ninguna luz aporta esa alabanza para demostrar la existencia del "abismo insondable" que se ha fantaseado el señor Montemayor.
En cuanto a que tales sabios, -como sigue diciendo el señor Montemayor-, barrieran del campo de la ciencia experimental las concepciones geocéntricas de los mundos, debo decir que el argumento es otro palo de ciego; porque, ¿Qué tiene que hacer la fe con los errores científicos de una época?
Y, de cuántos errores garrafales no han padecido hombres de ciencia modernos, muy especialmente los materialistas?
Recordemos, si no, los fracasos de la generación espontánea y de la evolución absoluta.
El hombre cuaternario es un dogma bíblico. El terciario es el retortero de la ciencia demoledora. Hasta hace poco creímos en el fausto de la ciencia que nos susurraba, abusando de nuestra infancia, que el "metro" era la cuarenta millonésima parte del meridiano terrestre, y que "sabios" en comisión midieron meridianos a rigor de milímetros. ¡Ay, si lo hubiera aseverado la Biblia! Cuando Dumas planteó la química moderna, creando la nueva nomenclatura, Liebig lo ridiculizó groseramente. ¿Qué se diría si Liebig hubiera sido un Padre de la Iglesia?
Lo que ocurre en todo esto es que "la Ciencia", con mucho menos personería jurídica que "la Religión", es una sociedad "anónima", y sobre todo, "limitada". Sus accionistas son solidarios en las ganancias (éxitos) pero no en las pérdidas (fracasos). En la ciencia los errores se entierran con los individuos. En la religión, en cambio, todo desliz se imputa "in solidum" al conjunto, y todo éxito obtenido en su nombre es una usurpación.
En plena divagación
A renglón seguido, el señor Montemayor trae a colación el Santo Oficio, las dragonadas, y otras cosas de este jaez. Y tras de esto una larga cita de anatemas: son los del Concilio Vaticano de 1870. Leerlos y convencerse de que nada prueban en favor de la "tesis" del señor Montemayor, todo es uno. Es el caso de preguntarse si los ha entendido. La interpretación que les da, prueba que no.
Dice el señor Montemayor, refiriéndose a los anatemas: "como se ve, la condena es general". No se ve nada, porque no se ve que ninguna de las proposiciones condenadas por el Concilio, sean verdades científicas indiscutibles. El señor Montemayor debe probar que alguna de las proposiciones condenadas, es una verdad adquirida por la ciencia. Es lo que no ha hecho.
Por ejemplo, dice el Concilio: "Anatema para el que pretenda que al lado de la materia no exista el espíritu".
¿Podría probarme el señor Montemayor que alguna conclusión de la ciencia (-no hipótesis, sino Ley-) se opone a esto? Mientras no lo pruebe, en vano se fatigará transcribiendo anatemas que no ha comprendido.
Garrulería corrida.
Sigue una colección de chistes. No se distinguen por sutiles; son sosos... y están muy gastados. Jonás y la ballena, Josué y... ¡paparruchas! No estoy para bufonadas. Pasemos adelante.
Colección de chistes
Un largo párrafo en el cual menciona una cantidad de sabios, entre los cuales muchos creyentes, y bastantes católicos, afirma que todos ellos merecen, en virtud de aquellos anatemas, el fuego del infierno. Pase el chiste. Pero, señor, ¿y las pruebas de que existe "un abismo insondable entre la ciencia y la fe" ¿O habrá que creer sobre la palabra a Harmann? ¿O a "la Ciencia"?
¡Cite, señor, que ya es tiempo, una ley científica, una sola, que contradiga la verdad revelada! Eso será un argumento digno de consideración. Lo demás, es pura garrulería.
Sigue el señor Montemayor, en su pertinacia, prodigando afirmaciones y haciendo frases de relumbrón: "Cuando más el filósofo piensa, cuando más el geólogo calcula, cuando más el astrónomo explora... tanto más se siente acercado a la verdad de las cosas y alejado de Dios". Oigamos ahora a un verdadero sabio, Kepler. Suyas son las siguientes palabras: "Es inminente el día en que a todos nos será dado leer la verdad en el gran libro de la naturaleza como en las Sagradas Escrituras, y contemplar gozosos las armonías de las dos revelaciones". Oigamos también a Pasteur: "Mis largos estudios me han dado la fe de un bretón: si los hubiera proseguido aún más, probablemente hubiera llegado a tener la fe de una bretona". (De un discurso pronunciado en la Sorbona). Estas afirmaciones son de sabios de universal reputación; las opongo a la del señor Montemayor.
Respuesta a una pregunta
Pregunta el señor Montemayor: ¿Quién encontrará en el campo de la física, de la química, de la geología, de la astronomía... etc. (también habla de la patología celular!!) sabios dignos de este nombre que "acepten hoy, las historias de la Biblia sobre la creación milagrosa del "universo y de la vida"? Vayan aquí, para respuesta, algunos nombres de "sabios creyentes" que han ilustrado el siglo XIX en cada una de las ciencias: Humphry Davy, Benjamín Thompson, precursores de la teoría termo-dinámica; Julio Roberto Mayer, Santiago Precott Joule, Colding, fundadores de la teoría termodinámica. –Emilio Verdet, Guillermo Juan Macquorn Rankine, Rodolfo Julio Manuel Clausius, Guillermo Thompson (Lord Kelvin), continuadores de los sabios anteriormente citados. –Alejandro Volta, Hans Cristiano Obsted, Andrés María Ampere, Miguel Faraday, descubridores de todo lo esencial en electricidad. –Carlos Teiller, llamado el "padre del frío". –René Just Hauy (sacerdote) creador de la cristalografía. –José Luis Gay Lussac, Enrique Sainte Claire Deville, Lavoisier, Juan Bautista Dumas, Miguel Eugenio Chevreul, Carlos Remigio Fresenius, Agustín Luis Cauchy, Carlos Hermite, Urbano Le Verrier, Leopoldo Cristián Cuvier... y ya son algunos! Pero son muchos más los que omito citar por no ser excesivamente extenso.
Queda contestada la pregunta.
¡El dilema de hierro!
"¡O con Moisés o con Darwin!" exclama el señor Montemayor. Y llama a esto el dilema de hierro. La cosa no tiene sentido. No son Moisés y Darwin los polos de la discusión. Ni es Darwin el más acreditado de los transformistas, para colocarlo como término del pretendido dilema. ¡Y háblese después de dogmatismos!
El testimonio de las ciencias
Después de haber hablado del fuego del infierno, y del Santo Oficio, y de anatemas, "para mejor demostración del abismo que separa la religión de la ciencia", el señor Montemayor ensaya poner en conflicto a la Biblia con todas las ciencias. Veamos si por aquí aparece el "abismo insondable" consabido.
"La geología -dice- establece que sólo el período de la vida orgánica sobre la tierra se extiende por ciento cuarenta millones de años, y que el período de la geología inorgánica, anterior al primero, debe ser inconmensurablemente más extenso... lo que demuestra como la Tierra existía, por lo menos, algunos centenares de millones de años antes que el buen Dios pensara en crearla".
Contestó: Nada afirma la Biblia en contra de ninguna de las hipótesis que puedan avanzarse sobre la antigüedad de la aparición de la vida sobre la Tierra, ni sobre la antigüedad de la existencia de la materia inorgánica. ¿Cómo así? Sencillamente, porque los "días" del Génesis no son días de "veinticuatro horas", sino "períodos". Así ha sido interpretado de antiguo, por los padres de la Iglesia, entre ellos, por San Agustín. Tal es, por otra parte, la amplitud del significado de la palabra "yom" (día) en hebreo.
De manera que ya puede el señor Montemayor regalar millones y billones de años, sin que la Biblia sufra por ello el más mínimo quebranto.
La astronomía -dice también- ha destruido totalmente la "teoría geocéntrica de la Iglesia".
Contestó: No hay ninguna "teoría geocéntrica de la Iglesia". Pruebe el señor Montemayor lo contrario. Lejos de ello, la concepción heliocéntrica nació en la Iglesia. El hecho de que algunos hombres de la Iglesia participaron de un error común a todos los hombres de ciencia de su época, nada demuestra contra ella.
Además, Moisés no escribió un tratado de astronomía; sino un libro sagrado. Escribía con "fines religiosos", y hablaba de los cielos como aparecían a los sentidos. Y el señor Montemayor debía saber que es antigua doctrina de la Iglesia, el que la "inspiración" no aumenta la "ciencia profana" del escritor sagrado.
Esto bastaría. Pero tengo a la mano unas palabras del gran astrónomo del siglo pasado, Francisco Arago, y quiero ofrecer al señor Montemayor la oportunidad de conocerlas; dice, refiriéndose a la trillada objeción de que Josué no pudo parar el sol, ya que estaba inmóvil: "Si de este modo discurrimos, tampoco se puede afirmar que los astrónomos de hoy día crean en el movimiento de la tierra, puesto que dicen generalmente: El sol se levanta, el sol pasa por el meridiano, el sol se esconde. Si Josué hubiera dicho: Detente Tierra, no solamente ninguno de los soldados de su ejército hubiera comprendido lo que quería decir, sino que tal lenguaje pareciera a todos imposible y anti-científico".
Continúa impertérrito el señor Montemayor, esforzándose ahora por poner a la Biblia en contradicción con la física. Antes debía mirar las contradicciones de la ciencia misma. Dice que "la única fuerza que se conoce es la consubstancial y coeterna a la materia". Pues bien, la teoría electrónica actual concibe a la materia como núcleos de condensación de la energía, donde la dualidad "materia-energía" de Buchner queda destruída.
Le toca el turno a la química. "Nos prueba -dice- que las substancias de que se compone el organismo humano son un conjunto de elementos acuosos, albuminoideos, fosfatos... etc., no distintos de los que constituyen el plasma viviente de todos los animales... "Y bien ¿qué deducción saca de ésto el señor Montemayor? ¿Es que no hay diferencias "esenciales" entre el hombre y el bruto, aun cuando químicamente no se distingan los elementos de sus organismos respectivos? ¿O resuelve así el problema del dualismo de la materia y del espíritu? Luego, tampoco por aquí aparece el "abismo insondable" que debía mostrarme el señor Montemayor.
Ni es tampoco verdad que la anatomía comparada ha evidenciado totalmente las estrechas relaciones de parentesco (del hombre) con las especies más aproximadas a él en la escala zoológica". Huxley -contra las afirmaciones del señor Montemayor- asegura, por ejemplo, que: "Las diferencias estructurales existentes entre el hombre y el mono no son ni pequeñas ni insignificantes".
Y Topinard, materialista y libre-pensador, dice: "Cuando nos atenemos a la craneología, debemos confesar que nos es imposible reunir en un mismo grupo, al hombre y a los antropoideos". (L'homme dans la natura, citado por Devivier.)
Ni la paleontología, como el señor Montemayor afirma, ha podido comprobar la teoría del transformismo de tal suerte que muestre en los restos fósiles del plioceno superior e inferior los tipos ancestrales del hombre. Recuerda, a este propósito, el conocido descubrimiento del cráneo Neanderthal. Y bien, el célebre Vogt, por ejemplo, en el Congreso de París, citó el caso de su amigo el doctor Emmayer, cuyo cráneo recordaba enteramente el de Neanderthal! Tableau.
¿Y la embriología? Ella demuestra, también según el señor Montemayor, "que el embrión humano, atraviesa, sucesivamente, en sus nueve meses de gestación en el cuerpo de la madre, todas las formas principales por las cuales ha debido pasar cada organismo superior, del pez al hombre".
Para que las pretendidas comprobaciones de la embriología, fueran una "ley", debían ser generales. No puede inferirse una ley de lo particular.
La ley de la gravitación, es ley en todas partes. Un huevo de ave no recapitula los estudios evolutivos de sus pretendidos antecesores: protozoarios, procordadas, peces, reptiles, etcétera.
La embriología de Haeckel es una mistificación. Recuerde el señor Montemayor la controversia de Haeckel-Brass, y sus resultados, y las propias confesiones de Haeckel, publicadas el 29 de diciembre de 1908.
¿Qué más?
Llegó al fin del artículo del señor Montemayor. Ya se ha visto, por los ligeros apuntes que le he hecho, que él habla de las más variadísimas cuestiones, mezclándolas todas, y haciendo afirmaciones gratuitas e inoficiosas. Pretende que las ciencias depongan en contra de la Biblia y de la fe. Pero no lo consigue. Sin embargo, termina preguntando: "¿Qué más?, asegurando que lo dicho basta para probar que entre la ciencia y la religión hay un abismo insondable". ¿Qué más?
Aquí va lo poco que falta. -Lo que debió probar el señor Montemayor-.
Toda religión tiene, como fundamento, la idea de Dios. El señor Montemayor, para probar que hay un abismo insondable entre la religión y la ciencia, debió "probar" que la ciencia, como le ha hecho decir a "La Ciencia", tiene como cosa cierta que Dios no es más que un fantasma. Es el principio de la discusión, y es su base. Los desahogos literarios y picarescos alejan la solución. Si yo fuera a usar armas iguales, me podría vengar pintando las utopías anarquistas...
Concrete el señor Montemayor, y no hable de todas las cosas, para no hablar de ninguna. Pruebe que la ciencia tiene como cosa cierta, que Dios es un fantasma. Después vendrán, si es caso, los anatemas, el Santo Oficio y otras cosas también…
J. B. PODESTA
Mis observaciones
Ya tengo a la vista al señor Podestá: voy a leerlo para juzgar. Empieza "Poca ciencia aleja de la Religión; mucha ciencia conduce a ella." -BACON-.
Mala patata. ¿Quiere decirse que él, Podestá, es de mucha ciencia, porque es religioso? ¡Ojalá sea así! Pero, ¿no tiene abuela? Los abuelos ponderan a los nietos.
Después de este sabio consejo de sabia humildad, voy a internarme en el bosque que presenta.
Acabo de leer y tengo que declarar que el señor Podestá, "no es católico"; ya quedará definido en mi estudio, sin necesidad de otro análisis.
Sigo el mismo orden de mi anterior por números.
1
Es lógico traer a colación, los hechos de las causas que se rebaten, como es lógico y justo que el Juez conozca todo el proceso que ha de juzgar: por lo tanto, están bien traídos los argumentos del santo oficio, San Bartolomé, Dragonadas y etcétera y… ¿por qué no la caza de hombres de las cruzadas... Santas... las guerras religiosas y todo lo que acusa y lo que calla el obispo Strossmayer, ante el mismísimo Pío IX y todo el concilio Vaticano? Las palabras "hojas secas son lo que el viento lleva", pero los hechos no se pueden volver atrás como tampoco el tiempo.
Los hechos retratan de cuerpo entero en sus tres entidades de cuerpo, alma y espíritu y esos hechos son de la Religión y no son de la ciencia. ¿Hay abismo?, por lo menos es barranco profundo al que la vista material no alcanza; pero alcanza la vista del espíritu hasta el del bueno de Podestá, pero... punto perdido.
2
Sobre la creación ya dije lo que debía: La ciencia llegará, la religión no puede llegar sin romper el dogma y entonces no es religión. Y aunque quisiera entrar en la ciencia, no puede, porque no existiría como entidad, porque deja de serlo sin el dogma, como no es una nación o estado sin su carta orgánica o constitución y además, eso sería una traición y ¿quién admite un traidor? Hoy mismo me dan los hechos la razón. Ahí está el condenado Luxburg, por traidor a la Nación Argentina y a la Humanidad y es católico.
3
¿Qué es la ciencia? Ya veis si es bosque y bien sombrío el que presenta, porque al principio evoca a Bacon y así que Podestá por ser católico o religioso tendría "Mucha ciencia" y ahora pregunta: ¿Quién es la ciencia? Y no debe saberlo, puesto que "las verdades científicas están fuera de discusión"... ¡Pero hombre hermano! ¿No es mejor exponer en contra de la mentira, la verdad probada, para que las hipótesis que tengan base reciban luz y se confirmen verdades? Pero no: Podestá tiene ciencia; no la desconoce y acaso y sin acaso busca la razón que le falta para tirar un yugo que le pesa mucho; la maldad religiosa, el refinamiento cruel católico, que no es error, puesto que está personificado en su crimen.
La Biblia de Moisés, no la tiene usted ni otro religioso; tienen la Biblia católica y el catolicismo, nació más de 20 siglos después de Moisés.
La ciencia, sin embargo, ha existido siempre y antes de siempre: no puedo decir más.
4
Nada hay vano; y jamás puede escribirse ni por el más sabio, ni por el más ignorante, nada que sea irrealizable y que no haya de suceder dentro de las leyes inexorables de la creación; y si Harmann ha escrito el "Auto-Disolución del Cristianismo", ha sido un buen profeta, tardío sí, pero la prueba es hoy evidente y ni Dios evitará la catástrofe que el Creador marcó en la ley de este mísero, pero no despreciable terrón y átomo del universo, como a cada mundo.
Ha citado a Bacon y dice que puede oponer "Ciento", no son muchos, pero todos ellos harían el papel que Bacon.
5
¿Una curiosidad? Bien hecho: la curiosidad nos lleva a todas partes; la curiosidad es el camino que conduce a la verdad de Tomás Apóstol, contraria a la fe Católica y Religiosa, ya que encarga el apóstol Santiago de España, fe de obras que es viva "porque como el cuerpo sin espíritu es muerto, así también la fe sin obras es muerta por sí misma".
Yo no soy adivino, no sé qué le contestará Montemayor a esa curiosidad, pero usted mismo, señor Podestá, no es católico desde esta controversia, porque lo echa del seno de la Iglesia Pío IX con el Syllabus. ¿O es aquella fiera rabiosa un papel mojado? De modo que ya verá que la misma religión se encarga de su disolución, con su "Disolución".
6
De los milagros nada tengo que decir, sino que, "todo efecto natural es producido por una causa natural también", y ni ciencia ni religión, ni Dioses ni Santos hicieron, hacen ni harán milagros, porque no hay nada sobrenatural y ni aún el Creador es sobrenatural, porque el Padre, no es sobrenatural: esto, contra toda Teología.
El Creador, no es un comediante como lo quieren los católicos y las religiones.
Estableció su ley inexorable y no hace todo cuanto quiere, sino todo lo que debe; y Él mismo y por buen ejemplo, es el único exacto en cumplir su misma ley y basta esto. Si no está satisfecha su curiosidad, es de aquellos que dijo Isaías, "tienen ojos y no ven y orejas y no oyen".
7
Que no se prueba nada dice, del abismo entre la religión católica y la ciencia, ni el descubrimiento de América, ni Copérnico, ni Galileo. Cuando se es sistemático y ciego de voluntad, nada hay que pruebe nada y la mayor razón es, "porque no".
La Religión Católica, sosteniendo que aquellos pedazos de tierra eran el Universo y desmentida por España (no por Colón), ante toda razón libre de prejuicio, es señalar un abismo insalvable entre dos tendencias, entre Ciencia y Religión. Y que Colón fuera católico no hace a mi juicio, ni al de nadie: por mi parte, se lo regalo a la Iglesia Católica, con todos sus crímenes y traiciones y si más hay.
¿Copérnico, católico aunque sea canónigo?... Ya diré donde corresponde, lo que corresponde.
¿Galileo Católico? ¿Y por qué a la intimación que le hace la Iglesia, con la hoguera, si no se retracta, pegaba con el taloncito en el suelo mientras firmaba la retractación, diciendo "E pur si muove". ¿Es este poco abismo? Lo demás de este párrafo está estudiado en mi anterior examen; pero no quieran que hable del muerto sin mentar su nombre, porque es necesario nombrarlo a fin de no confundirlo con quien no haya tenido aún el mal gusto de dejar a sus amigos; es preciso, que para probar que uno hizo una cosa, nombrar y renombrar los hechos y el autor y hasta los actores; pero de todos modos ¿por qué no dice el señor Podestá dónde está el misticismo hoy? Usted mismo, no sólo no es místico, sino que si lo examino yo conforme a "La llave de Oro" y otras llaves y ganzúas de las conciencias, que usan cristiana y católicamente los confesores, usted mismo, repito, comulga siempre en pecado mortal; esto tampoco es de juicio en este juicio, pero son "razones de juicio".
Mas no se comete, porque no hay tal pecado ahí, porque esa "impiedad sacramentada" no la instituyó Jesús, como tampoco nombró a Pedro "piedra fundamental" (ni cornisa siquiera) de la Iglesia Católica, ni de otra, puesto que vino como otros muchos a "disolverlas todas"; y a falta de los secretos del Dogma, (que no han llegado a sus manos ni llegarán), lea el discurso de Strossmayer: y si tampoco se lo facilitan sus "confesores", pídamelo y verá lo que tuvo que aguantar y oírse todo un "Infalible" Pío IX.
De paso y en este tren, permítame decirle una verdad indestructible, porque está en los ritos de la India y verá que el tal Sacramento de la Eucaristía es de aquel rito desde hace 57 siglos.
MISIÓN DE SHET
Shet, que después fue Jacob y Moisés y más tarde Santiago Apóstol de España, séptimo hijo de José y María que en esa ocasión supo proclamar que "la fé sin obras es muerta como es muerto el cuerpo sin el espíritu", Shet, que venía mandado por la justicia Divina a investigar la causa del retraso de la tierra, preparó en ley las cosas, como convenía a su alta misión y así vinieron para esa preparación los espíritus que fueron Adán y Eva a los que también acompañaron 26 misioneros más... que... basta de esto.
EL SÁNSCRITO
Hereda Shet (como lo había dispuesto) de sus padres, el Pontificado y el cetro imperial, pues lo necesitaba para su obra y así lo quitó a los eternos malversores.
Escribió lo que llamáis y se conoce por el sánscrito, legislando las cosas todas y estableciendo la beneficencia.
En lo religioso, (que era lo más horrible que imaginar se puede) sentó lo más fuerte que pudo sus manos de Emperador y Pontífice.
El rito más soberbio era la consagración y consistía:
El sacerdote, al pie del altar, recibía cada vez la joven más bella y en medio de los cantos o aullidos, la violaba en presencia de los bárbaros creyentes y sin apagarse el vocerío,era sacrificada la joven estuprada y con su sangre comulgaban los asistentes.
¿QUÉ ABOLIÓ SHET?
Shet, abolió ese bárbaro sacramento, sustituyéndolo por "las especies" consistentes en un licor de frutas y un bollo de cereales y manteca que aún se conserva, para que no se pueda desmentir. ¿Es sabia y plausible la institución? Pues de ahí tomó el concilio el sacramento que llaman de la Eucaristía, atribuyéndolo a Jesús: y como esta falsedad, son todas las que encierra el catolicismo: por esto se les exige fe ciega, fe sin examen a los católicos y, para los que no crean, está el cobarde "Anatema" que también ya perdió el terror; pero se le sustituyó por el puñal y el veneno. ¿Verdad que usted no es místico? ...
Y si no es usted, ¿con qué razón son los demás? ¿Dónde está pues el misticismo?... ¿Está acaso en el convento del Buen Pastor, donde hoy se arroja desde la azotea esa bella joven, seguramente huyendo de un atropello como el de la infeliz Rosa Tusso, casos que nos dan el 1 por millón de lo que pasa en los claustros? ¿Mentira? Ya, en su lugar diré citas judiciales y aún sobre esas notas innegables, estoy yo que fui novicio en una sociedad Religiosa y mucho ví y más pesqué y basta.
Si todo eso es misticismo, tiene razón de que existe, pero es criminal; y no salga diciendo que la excepción es el ser criminal y corruptor porque es una excepción rarísima, que dudo le alcance a usted mismo; si le alcanzara, es seguro que no sostuviera la iniquidad Religiosa.
8
La ciencia y la razón alaban siempre al digno de alabanza, sin mirar Ideas ni credos porque la ciencia no tiene credo ni Ideas.
FUNCIÓN DE LA CIENCIA
La ciencia es el escalpelo anatómico que fríamente escarba hasta encontrar la raíz del bien y del mal, es decir, de la causa en el efecto porque es justicia.
Los errores científicos, no son de la ciencia: son de los hombres que las manejan, porque como usted, son científicos prejuiciados. Pero la misma ciencia se encarga de derrotar a sus malos cultivadores y ella sigue impertérrita su progreso y sienta un principio. ¿Sabe usted que un principio, no aun no es tal axioma?, por lo tanto es vano hablar de errores científicos, pero puede decirse error de hombres equivocados como lo son todos los sistemáticos, porque quieren poner un valladar al progreso.
ERROR, CIENTÍFICO-GEOGRÁFICO-RELIGIOSO-DOGMÁTICO
El único error, científico-geográfico-religioso-dogmático, que puede llamarse tal, es el que sostuvo la apócrifa religión católica, con el Universo desmentido por España, mostrando esta tierra de promisión.
Es cierto, que le ha costado bien caro eso y el no ser católica, ni cristiana, nunca... ¿Mentira? Lea las cartas del gran... Hildebrando, que la llama pagana y si por fuerza y el engaño del traidor Cisneros, la ignorante Isabel y el mentecato Fernando, admiten el catolicismo sellándolo con el crimen de Granada, como todos los pactos de los Pontífices son sellados con un crimen como el último celebrado con Servia que ocho días más tarde es asesinado por los servios el heredero de Austria que había de ocasionar esta terrible hecatombe final: si por la fuerza y el engaño, repito, los Reyes Isabel y Fernando aceptan el catolicismo, Carlos V lo protesta y entra en el Vaticano, poniendo preso al Papa; pero la Inquisición se encargará de vengar a la Iglesia y que hable aquí la historia.
No es aceptable, ni se toma en cuenta, que la ciencia tiene "menos personería jurídica que la religión". La Iglesia no la puede tener, porque el papado no existió, ni existe por lo tanto. Lea Strossmayer y basta de argumentos, porque lo probó ante el mismo titulado Papa y todo su colegio.
A la Iglesia católica no le importa ni le importó de la moral, ni que en un país no haya ningún católico: lo que le importa es que el país se llame católico para sumar en su mentido registro tantos millones de católicos y esto en mi tierra se llama "calote": por lo que para esto, no vaciló en admitir como representante imperial al asesino Constantino, para empezar su obra de dominio por el terror, el engaño, el embrutecimiento, el robo y la usurpación de derechos.
9
Nada digo sobre este párrafo del que se salió por la tangente.
10
Hago lo mismo que del anterior a excepción de repetir a Pilatos: "lo escrito escrito está", me refiero a los anatemas y al Syllabus, y como todo se opone y es contra la ciencia, el abismo es insondable entre ésta y la Religión.
11
Las paparruchas, cárguelas a los que se encargaron en el año 325 de rasgar papirus y tabellas, raspar y transcribir y en caso imposible quemar los archivos como los de Grecia y para buscar chistes en una controversia debió habérselas con Caca... seno: pero debió pensar, que hoy podía ser esta controversia, la muerte de una de las causas; de la Religión o de la Ciencia, porque no cabe hermanarlas; y esto sí que está explícitamente contenido en Moisés y todos los profetas; lo que quiere decir que deben estar muy descontentos, de que sus enemigos, los católicos, con el más alto desprecio, los exponga a la vergüenza pública pidiendo limosna y explotándolos con la irrisión de santos, de un Dios y Dioses que ellos condenaron: y en prueba, que hable Isaías, Juan y Jesús. ¿Son esto paparruchas? Más estos fueron muertos por los sacerdotes y los feudos de ellos. ¿Creéis que no sé yo, que si no me matan a mí por dar este "Primer rayo de Luz", no será por falta de ganas rabiosas? Conozco a fondo el paño y la urdimbre; más ya es tarde; pero por si acaso, ya lo sabe la policía y la justicia... del pueblo y esto no es un chiste... ¿Que también los anarquistas siembran el terror? ... Yo no soy anarquista ni católico; yo soy yo, y sé distinguir y pesar.
¿No sostiene la Religión que es la depositaria y encargada de la moral y buena educación? Pues si los anarquistas de todos los tiempos y los estudiantes de hoy siembran el terror, rompen vidrios e imprentas, e incendian en plena capital, con y sin motivo, la culpa de ese terror e inmoralidad, es de los encargados de la moral y la educación y además... ¿No ven que desde que Maura no es poder, no hay más bombas en Barcelona?... y basta del 11; por algo, en Kábala, representa las fuerzas ocultas.
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"Garrulería"... no entiendo, porque no tengo; pero garrulería es el infierno, el cielo, el purgatorio, los ángeles, los demonios y hasta el Papa.
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Transmutación significa este número. ¿Kepler y Pasteur creyentes católicos? Si habían sido engañados, se transmutaron en sus mismos hechos en anticatólicos y antirreligiosos. Corramos que el papel vale caro.
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"Respuesta a una pregunta": todos los nombres que cita, no hacen más que confirmar que no son católicos ni religiosos: están en la misma situación que dije de Kepler y Pasteur y le puedo hablar y probar la irreligiosidad de casi todos los que cita en el campo de la Electricidad, porque en 31 años que yo la he servido como dejé antes dicho con el incidente de Santoña, he conocido personalmente a muchos de esos sabios y otros más sabios que ellos, que no cita, como Agacino, José Gramne y Thompson con quienes he compartido algunos trabajos: ninguno es católico ni religioso; son libre pensadores, buenos discípulos de Moisés y de Jesús y de todos los que han proclamado el progreso y el catolicismo es la rémora del progreso por todo donde se mire.
420 millones, proclama la Iglesia Católica de Cristianos y dice que son católicos, 210 millones: (no hagamos caso de los picos), de modo que suma como católicos a todos los de cada Nación, donde por el terror hizo aceptar el catolicismo; pero los liberales, los republicanos, los ácratas, los socialistas, los anarquistas, los escépticos y muchos cientos de millares de iniciados espiritistas, no son católicos. ¿Quiere decirme el señor Podestá cuántos católicos quedan?...¿Y cómo se impone se replicará? Un solo bandido impone el terror en toda una sierra señor... un solo policía armado a máuser, impone el terror o el miedo por lo menos a muchos desarmados: y por fin, nunca impone ni impera más un hombre que en su agonía y mientras el cadáver está en la capilla ardiente. De modo, que el número mismo que se apropian los católicos 210 millones si lo fueran de verdad, es sólo la octava parte de los habitantes de la tierra. Y como esa Iglesia proclama que fuera de ella no hay salvación, resulta, que su Dios mezquino, ha perdido 7 por cada 8 y así su poder es la octava parte que la del demonio.
Acaso esto sea el secreto de que los nacidos en países católicos renieguen de la religión y su Dios tan pequeño e impotente, porque con el Demonio tienen la seguridad de ser más poderosos. ¿No le parece al señor Podestá que esto es lógico? Y sobre todo, que el Demonio autoriza la libertad y en cambio el Dios católico (aparte de alimentarse con sangre) pide tal pureza (cosa que no puede tener nadie), pone tales obstáculos para recibir a nadie en visita siquiera (tal vez sea que no existe) de modo que es seguramente un fantasma: por lo tanto, el Demonio lo gana todo y hasta al señor Podestá: y ya verá que no está descontento, porque estoy segurísimo que entrará en sus filas. Pero no existe el infierno y por lo tanto, tan fantasma es el Demonio, como el Dios católico y de otra religión; pero no es fantasma el Creador, mostrado en el espíritu del hombre Universal y ese Creador y ese Padre, no es el ideal de la religión y no le consiente el espíritu cometer tal felonía de decir, que una religión raquítica, inmoral y destructora lo represente y esto es por dignidad humana.
Esto es lo que deberían aprender de Moisés y no hubiera surgido el dilema. ¿Con Moisés o con Darwin?
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"¡El dilema de hierro!" ¿Con qué la cosa no tiene sentido?... ni los católicos tampoco, y por esto se espulgan sin sentimiento.
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"El testimonio de las ciencias". Aquí quiere batir el cobre; pero son perlas de pobre, todas las que tira el señor Podestá.
No es más afortunado el señor Montemayor en este punto y es porque ninguno de los dos tiene "los dos polos".
Podestá, da luz de corriente alternada que no tiene polos y a cualquier descuido quema, fulmina, mata: no tiene regulación.
Montemayor, da luz de corriente continua, pero solo del polo negativo con el neutral, ciencia regulada por la razón: es media fuerza; no puede mover grandes masas, grandes motores, porque le falta el positivo, el vivo, el espíritu; pero como imanta, atraerá por fin el positivo al negativo y con el neutral formará el Trifilar, que alcanza doble distancia con la mitad de resistencia y más calorías, con menos pérdidas.
Ya ve el señor Podestá: ese párrafo, es de esos electricistas que él quiere hacer católicos, de Joule, de Thompson y Ohm y eso no es religión ni de la Religión; pero se ha opuesto la Religión y ahora quiere hacerlo suyo, pero no hay lugar a ello, como no lo hay a que deifiquen a Jesús, que jamás lo ha tenido la Iglesia y lo declara su espíritu, por si no basta la razón, acaso porque saben los católicos que los espíritus de Luz, hablan, ha prohibido recientemente el Papa actual, a los católicos, asistir a donde se comunican los espíritus. Y él ¿por qué evoca a los de tinieblas, más negros que San Benito el negro?... Pero esto sí que es en vano, porque prometió Hellí a Abraham; "Y de este siglo mis hijos serán de Luz, porque verán la luz de su Padre que les darán mis espíritus": y de que se cumple, da pruebas el Pontífice Católico, prohibiendo a sus borregos acudir donde hablan los espíritus.
17
Ya es tarde para reforma; no caben las reformas: es necesario edificar de nuevo y los Ingenieros y Arquitectos del Padre están en acción y cuando no pensaréis, todo ese edificio ruinoso (porque se ha podrido la sangre que sirvió para amasar la argamasa) caerá, sin que nadie lo pueda evitar. ¿No oís el ruido del simoun? Sordos debéis ser. ¿No véis la hecatombe? Ciegos sois. Pero lo tremendo es, que estáis tullidos y no podréis huir y seréis aplastados por los escombros.
Lo siento mucho: pero habéis perdido los 100 puntos: veremos en las sucesivas exposiciones.
Libro: El primer rayo de luz
Autor: Joaquín Trincado
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