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Joaquín Trincado

1ª Controversia Católico-Anarquista (5)

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 24 nov 2023
  • 60 Min. de lectura

Actualizado: 8 ago 2024


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EXPOSICIÓN DE CÉSAR MONTEMAYOR


¿Con Moisés o con Darwin?

Dios ha creado el mundo del Caos, plasmado el hombre, con barro. "LA BIBLIA, GÉNESIS".


El mundo es eterno, Dios no es más que un nebuloso fantasma proyectado en los cielos por la imaginación supersticiosa de los pueblos primitivos. – ("LA CIENCIA").

"Entre los principios fundamentales del cristianismo y la cultura moderna, el conflicto es irremediable, y este conflicto deberá necesariamente terminar, sea en una victoriosa reacción del cristianismo, sea en su completa derrota ante la fuerza de la cultura moderna, sea en el encadenamiento de la libertad de los pueblos, bajo el flujo ascendente del ultramontanismo, sea con la desaparición del cristianismo, si no de nombre, de hecho". –"Ed. Harmann" (Auto-disolución del Cristianismo).


Si los milagros de Jesucristo se pierden, conjuntamente con su autor, en las nieblas de la leyenda y de las mitologías orientales, lo mismo no podemos decir de aquello que la ciencia ha realizado desde los primeros albores del siglo XVIII hasta hoy; es decir, desde el momento en que, desprendiéndose de las garras mortales de la Iglesia, ha podido reivindicar para sí el derecho y la gloria de investigar los profundos misterios de la natura, de reconstruir sobre sólidas bases la historia de la vida y colocar al hombre en el lugar que le corresponde en el gran escenario del Universo. La cultura humana que había llevado Cristóbal Colón a descubrir un nuevo mundo; volcado con Copérnico y Galileo el sistema fantástico de Tolomeo, abierto con Harvey y Descartes los más amplios horizontes a la Biología, no podía detenerse en este punto. Era menester que con Goethe y Lamarck se elevara hacia la cumbre de verdadera ciencia -la ciencia de la vida- y diera, con Darwin, el golpe de gracia a todo el edificio del misticismo y de las supersticiones que dominaron por milenios el cerebro de la humanidad.


En esto consistió la inmensa labor del siglo XIX, en cuyo desenvolvimiento participa toda una pléyade de pensadores, de filósofos, de sabios –desde Virchow a Husley, desde Claudio Bernard a Buchner, desde Lubbock a Haeckel, desde Ramón y Cajal a Le Dantec y otros mil, –que consiguen circunscribir entre los límites más reducidos de la filosofía dualista las quimeras del más allá, barriendo así del campo de la ciencia experimental las concepciones geocéntricas y antropólatras de la vida, los evanescentes fantasmas de Dios, del Diablo, del paraíso y del infierno.


Devuelto a César lo que es de César, a la naturaleza lo que a la naturaleza pertenece, lo "sobrenatural", despojado de sus atributos, cesa entonces de representar la "causa de las causas", la fuerza motriz del mundo para reducirse a una hipótesis inútil, a una poética concepción.


La Iglesia, amenazada de muerte, no puede asistir impasible al derrumbe del gran castillo bíblico construido sobre la ignorancia de los siglos; impotente a contener la marcha ascendente de las ideas, en la imposibilidad de un anhelado retorno a los expeditos sistemas del Santo Oficio, a las "dragonadas", a las hogueras de la Inquisición, perdida toda esperanza de conciliar la razón y el dogma, la fe y la ciencia, la fábula de la creación según Moisés y la gran ley de evolución de Darwin, presa por los santos furores canónicos del "concilio ecuménico" de Roma, se limita a invocar las iras inmundas del cielo contra sus enemigos y lanzar, en 1870, una sensacional "declaración de guerra" contra la ciencia.


Los anatemas se desencadenan torrencialmente contra el libre pensamiento y sus apóstoles: ANATEMA “para cualquiera que osa negar el verdadero Dios creador y señor de todas las cosas; –a quien pretenda que al lado de la materia no exista el espíritu; –a quien dice que la esencia de Dios y de toda cosa es una sola y la misma; –a quien dice que los objetos corporales y espirituales son emanados de la substancia divina o que la esencia divina produce todo por manifestaciones o exteriorizaciones; –a quien reconoce que el universo todo y las cosas existentes en él han sido creadas de la nada por Dios; –a quien dice que, mediante su propio esfuerzo y a un constante progreso, el hombre podría y debería llegar a poseer toda verdad y bondad; –a quien no quiere reconocer por santos y canónicos los libros de la Santa Escritura en todas y en cada una de sus partes, como han sido indicadas por el santo concilio de Trento, o “quien pone en duda su inspiración divina; –a quien dice que la razón humana posee tal independencia que Dios no puede exigirle la fe-; –a quien pretende que no existen “milagros y que el origen divino del cristianismo no puede ser demostrado por los milagros; –a quien pretende que ningún misterio forma parte de la revelación y que todos los artículos de fe deben ser comprensibles por la razón convenientemente desarrollada; –a quien pretende que la ciencia humana debería ser tratada con suma“liberalidad para poder considerar sus proposiciones como fundadas en la verdad, aunque éstas contradijeran las doctrinas de la revelación; –a quien pretende que, debido a los progresos de la ciencia, se podría llegar a interpretar las doctrinas establecidas por la Iglesia en un sentido distinto” de aquel en que la Iglesia lo ha siempre entendido y aún lo entiende”.


La condena, como se ve, es general contra el libre examen, contra la filosofía, contra la ciencia. Hay infierno para todos: para los que no creen en la creación mística del mundo hecha a golpes de varita mágica en seis días y seis noches; para los que parodian la fábula de Adán y Eva, de Caín y Abel, de Esaú y Jacob; para los que meditan sobre las preocupaciones del pobre Noé condenado a encerrarse por tres meses en un arca en compañía de siete parejas de animales de toda especie, sin excluir elefantes y pulgas; para los que ríen a carcajadas sobre el cómico gesto de Josué pretendiendo atrapar el sol por una oreja y detenerlo, o sobre la santa paciencia del infortunado Jonás que queda tres días a filosofar en el vientre de una ballena; para los que estornudan maliciosamente sobre la virginidad de María, o que de la personalidad histórica (sic) de Cristo no tienen otra prueba más que la de un pedazo de madera clavado sobre otro de mayor dimensión.


Epicúreos, estoicos, aristotélicos, budistas, calvinistas, luteranos, panteístas, ateos, materialistas –las escuelas filosóficas todas y todas las sectas religiosas son comprendidas en la sentencia papal, que no admite excepciones ni circunstancias atenuantes. Laplace, Lalande, Goethe, Lamarck, Darwin, Max Verwons, Tuttle, Husley, Zimmermann, Harmann, Claudio Bernard, Lavoisier, Roberto Mayer, conjuntamente con sus ilustres colegas Geffroi, Saint-Hilaire, Du Bois. Reymond, Newton, Liebig y Virchow –todos estos fundadores de las ciencias orgánicas e inorgánicas de la vida que han suministrado al edificio religioso los más formidables golpes, que han puesto en ridículo la creación fantasmagórica del universo, descripta por aquella buena alma de Moisés y colocada la suprema e infalible autoridad de Roma en serios apuros– merecen precisamente, la suerte de los cabritos y de las perdices; ensartados y asados a la criolla en las cavernas más horribles del infierno, si es que, debido al espantoso incendio de la conflagración europea, no carezca Plutón de combustible.


Y, ya que las hogueras del Medioevo, de las que se servía la Santa Inquisición para quemar los cuerpos, se apagaron para siempre, la Iglesia está en pleno derecho de carbonizar las almas, Estos herejes son indignos de clemencia y de piedad. El abismo que han abierto entre la ciencia y la fe sirve de tumba para el Olimpo. Precipitaron a los númenes de las regiones siderales en el limo terrestre para rehabilitar al hombre en la sublime esencia de su naturaleza y elevarlo, a través de las más variadas y soberbias formas de vida, desde la tierra al cielo para ocupar el lugar dejado vacante por los dioses. Así que el antropomorfismo de éstos, sacudido y desalojado de los cerebros, ha podido ser reemplazado por el concepto idealístico de la divinización del hombre. Culpa de los tiempos y -diría S. Justino -de los humanos extravíos. Y cuanto más el filósofo piensa, cuánto más el geólogo calcula, cuánto más el astrónomo explora por el infinito azul de los cielos, cuanto más grande y magnífico aparece el maravilloso cuadro de la Naturaleza en su doble aspecto de materia y de fuerza, eterna en el tiempo e infinita en el espacio, tanto más se siente acercado a la verdad de las cosas y alejado de Dios.


¿Quién, sin espíritu partidario, podría negar la irreductible oposición entre la cosmogonía creadora y la cosmogonía genética, el evidente conflicto entre la religión y la ciencia? ¿Quién, mejor aún, encontrará en el campo de la física, de la química, de la geología, de la astronomía, de la paleontología, de la anatomía comparada, de la fisiología, de la embriología, de la patología celular, sabios dignos de este nombre que acepten, hoy, las historias de la Biblia sobre la creación milagrosa del universo y de la vida[1] o, a la inversa: católicos que aceptan las teorías científicas de la eternidad de la materia, de la consubstanciación de sus fuerzas, de sus incesantes transformaciones, de la descendencia del hombre, como de todos los animales superiores y las plantas, de formas inferiores de vida?

¡El dilema es de hierro! –o con la Tierra, o con el Cielo. O con Moisés, o con Darwin. No existen puntos intermedios de conciliación o de apoyo, y no es el caso de invocar el tardío espiritualismo de Newton, de Kant, de Virchow, de Du Bois Reymond, que, aún divergiendo en parte del conjunto de doctrinas evolucionistas por ellos mismos profesadas y generalmente admitidas por los precursores y continuadores de Darwin en el vasto dominio de las ciencias naturales, quedó siempre lejos de aceptar las extravagantes leyendas del Antiguo Testamento. La divinidad de estas eminentes luminarias del siglo XIX que dieron al progreso de la ciencia toda la potencialidad del cerebro y todas las fuerzas de la vida, no era una divinidad antropomórfica que crea y destruye, que llena la historia sagrada de incestos, de venganzas, de robos y exterminios. No es el Dios de Moisés que las Vírgenes del Sagrado Corazón invocan, rojo de ira, en la trágica noche de San Bartolomé, ni de los católicos, forjado a imagen humana, que aparece entre nubes y camina sobre las aguas, pero, simple y más noblemente una "fuerza universal" coeterna a la materia y que gobierna la materia: en el fondo, una concepción panteísta.


Este argumento, también, he tenido que tocarlo en vista de la desenvuelta facilidad con que los católicos, a veces hacen propias las divinidades más o menos paganas y usurpan principios científicos que no les pertenecen, con el fin evidente de sacar las castañas del fuego... con las zarpas del gato.


Para mejor demostración del abismo que separa la religión de la ciencia confrontaremos la génesis del mundo y de la vida, según la Biblia: -el libro sagrado por excelencia que contiene todas las verdades reveladas por Dios- con las concepciones cosmogenéticas y biogenéticas de la ciencia.


Dice la "Biblia": "Dios creó la tierra de la nada. Sólo en cinco días revistióla de yerbas y de plantas, la pobló de animales, la adornó con el sol y las estrellas. Al sexto día formó “el primer hombre (Adán) con barro, y la primera mujer (Eva) con una costilla de Adán".


Este acontecimiento milagroso se habría producido ("¡risum teneatis!") Hace unos seis mil años.


Todas las ciencias concurren a hundir en el ridículo esta historia que tiene todo el aspecto de una gran burla para la humanidad.


"La geología", con la base de los cálculos más aproximativamente ciertos, en los cuales concuerdan los científicos, establece que sólo el período de la vida orgánica sobre la tierra se extiende por cerca de CIENTO CUARENTA MILLONES DE AÑOS y que el período de la geología inorgánica, anterior al primero, debe ser inconmensurablemente más extenso –y por lo tanto demuestra cómo la Tierra existía, por lo menos, algunos centenares de millones de años antes que el buen Dios pensara crearla.


La "astronomía" enseña que el espacio es infinito, que la masa cósmica lo llena totalmente; que en esta plenitud de la substancia etérea ruedan, unos alrededor de los otros, los soles, las estrellas, billones de mundos millones de veces más grandes que nuestra Tierra y que ésta, bien lejos de representar el centro del Universo y el objeto de la "creación", no es más que uno de los más modestos planetas de nuestro sistema solar –lo que destruye totalmente la concepción geocéntrica de la Iglesia-.


La "física", rechazando todas las hipótesis relativas a la existencia de fuerzas independientes de los cuerpos sobre los cuales obran y de los cuales emanan, nos muestra claramente que la única fuerza que se conoce es la consubstancial y coeterna a la materia.


La "química" nos prueba que las substancias de que se compone el organismo humano son un conjunto de elementos acuosos, albuminoides, fosfatos, sulfatos, sales diversas, no distintos de los que constituyen el plasma viviente de todos los animales y que sólo varían en sus combinaciones por la "cantidad".


La "anatomía comparada" nos evidencia totalmente cómo el hombre, por su estructura anatómica y morfológica, por el número, la naturaleza, la disposición de sus órganos y de sus huesos, presenta caracteres fundamentales que son comunes, a todo el resto de los vertebrados terrestres, y más estrechas relaciones de parentesco con las especies más aproximadas a él en la escala zoológica, particularmente con el grupo de los antropomorfos, de los cuales, en épocas remotísimas, habría derivado. Y también en este aspecto la Biblia no hace más que decir solemnes herejías, cuando afirma que el hombre fue plasmado milagrosamente con el barro.


La "paleontología", en su gran obra reconstructiva de la vasta cadena filogenética de las especies animales que se han transformado o extinguido sobre la tierra, encuentra en los restos fósiles del plioceno superior e inferior los tipos ancestrales del hombre (el ejemplar de Neandertal y el "Pitecantropus erectus" de Duboi), que vivía ha... un millón de años, testimoniando nuestro origen inconmensurablemente más antiguo que el fijado por Moisés según la inspiración de su Dios.


La "embriología", que se puede definir como una recapitulación inmensamente abreviada y acelerada de la filogenia, confirma plenamente deducciones paleontológicas y de la anatomía comparada, demostrando cómo el embrión humano atraviesa, sucesivamente en sus nueve meses de gestación en el cuerpo de la madre, todas las formas principales por las cuales ha debido pasar cada organismo superior, del pez al hombre, y todas estas demostraciones científicas debieran eliminar cualquier duda sobre nuestro origen de ninguna manera divino.


¿Qué más? Si estas pruebas no tienen suficiente valor para demostrar el inmenso abismo que separa la religión de la ciencia, tampoco se podría demostrar que un océano separa el continente americano del europeo.


CÉSAR MONTEMAYOR.


Mis Observaciones


Porque he de seguir en mi examen el orden que los controversistas lleven, lo haré en párrafos numerados, y el lector podrá buscar, por el número de examen, el párrafo de la controversia a que se refiere.


Esta exposición quizás sea la más fundamental y trascendental por el dilema que plantea: ¿Con Moisés o con Darwin?


1


Lo que una vez no es, nunca puede ser; como lo que una vez es, nunca puede dejar de ser.

Caen todos los hombres del cristianismo, en el error cristiano y adoran a Cristo y no saben lo que es Cristo, ni quién lo fundó; no encuentran ninguna historia de la persona de Cristo y es porque no existió.


Los católicos, más previsores, convierten a Jesús en Jesucristo y hacen la amalgama impía de Jesús, que fue persona, con Cristo, que fue, primero un santo y seña, o consigna, desde Jacob a Moisés, para comunicarse aquellos israelitas el peligro sin ser entendidos; de esto casi, dependió la victoria de Moisés sobre Faraón y desde esta derrota, los egipcios tomaron una piedra que Moisés dejó en las arenas del Mar Rojo y es convertida en Dios-Cristo, por Aitekes, yerno de Faraón y capitán de los ejércitos derrotados, a cuya piedra, llamada desde entonces "Cristo", le fueron dadas las doctrinas "Vedas" que Moisés practicaba y los llamaron Evangelios.


¿Qué tenía que ver esa piedra llamada Cristo, como unos 16 siglos antes de vivir Jesús con éste? Pero aún es más sorprendente, que la Iglesia católica, nacida como tal 325 años después de Jesús, le agreguen a éste el Cristo y compongan el "Jesucristo".

¿Para qué hablar de milagros de Jesús, si él se avergonzaría de oír que había hecho milagros? Y si él, que fue persona y bien versado en las ciencias entonces ocultas, (como hemos de ver luego) y con un buen poder psíquico-magnético y sabiendo mucho de alquimia, cábala y magia, no podía hacer milagros, ¿cómo los haría Cristo siendo una piedra insensible?. Me he confesado de mi imparcialidad y no tendría que remitir a los hombres a buscar una fuente histórica de la quimera Cristo, pero en este punto capital, los remito a míster River Carnard, que entregó a la academia de la historia unos capítulos, con los comprobantes necesarios para ser tenidos como historia del Cristo, el cual es la piedra llamada fatídica; y esos capítulos fueron entregados el año 1902 y publicados por la mundial revista de Madrid, "Alrededor del Mundo", en el mismo año, por julio y agosto. Nunca podría pensar la Iglesia católica y la religión cristiana, que de tal fantasía del Cristo se pudiera descubrir su falsedad; pero el Dios, que no es de los cristianos ni de ninguna religión y que tampoco los anarquistas lo quieren ni creen en él; y digo Dios, para ser entendido, pero que es el autor de la vida y que aquí no debo decir nada sobre El que, ordena... sí, ordena... guardar pruebas para el día necesario, porque todo debe tener comprobación científica para los más ignorantes o menos sabios; y de ello son encomendados, (aunque lo nieguen) todos los que trabajan en la geología y ciencias similares que negando con la pluma y la palabra, afirman con los hechos; al revés que los católicos y cristianos, que afirman con las palabras y niegan con los hechos; esta es la causa de la desaparición de todas las religiones. Decir: no es nada; los hechos confirman; por lo que es muy sabio investigar sin negar, porque la mentira se acusa a sí misma, más tarde o más temprano.


2


La Naturaleza no tiene ningún misterio; el misterio es el hombre en la ignorancia de sí mismo, por lo que ridiculiza (cuando no calumnia) lo que no entiende.


Que no tiene ningún misterio la Naturaleza, lo prueban las mismas ciencias, en cuanto pueden desentrañar hoy lo que no se pudo ayer; y si hubiere misterio, éste no se descubriría.


El mismo descubrimiento de este nuevo mundo, acusa que no hay misterio en la Naturaleza. En cambio, hay misterio en el descubridor, que no fue Colón; y si no fuera por su avaricia y crimen, América estaría descubierta algunos años antes. El viaje primero de las carabelas no es el que rompe el misterio, y aún lo demuestra la ruta que el marino trazó en aquel su primer viaje con el pendón de Castilla; pero ya le esperaban seis españoles más, que antes habían quedado allí, mientras Colón, acompañado por otro marino, su patrón, volvían a España, de la que una tempestad los sacara de las costas occidentales de Galicia y la providencia de la Ley los condujo en la barca (con todas las penurias imaginables, eso sí) a Haití. ¿Por qué no han entrado en Lisboa, los dos hombres que volvían después de años que la tempestad, en compañía de otros seis los arrojara a través de lo desconocido?... Aquí se ha hecho un misterio y la culpa es de Colón, de su concupiscencia y nos lo prueba, el examen de las causas de la prisión de Colón y su muerte.


Es cierto que concurren aquí muchas otras causas, para que Colón retardase la entrega de una carta hecha en la vida azarosa y corregida en la vuelta voluntaria, pero la culpa primera es de Colón, que mata a su patrón para robarle los rústicos cuanto preciosos apuntes tomados de las estrellas que les señalaban el camino de la vuelta. Y si esto no es así, ¿por qué no va a desembarcar en Pontevedra de donde procedía y en vez, disfrazado, se finge italiano y quiere pasar por genovés? No era Italia, (aunque ésta perteneciera entonces a España) si no España la que estaba designada en la Ley inflexible que el Espíritu del hombre no puede burlar para siempre, y esa ley las ciencias todas, no la dominan ni la dominarán jamás, porque es la dominadora eternamente, y domina precisamente, dándole al hombre el absoluto libre albedrío.

El libre albedrío ha sido coartado por el terror y fuerza bruta de la Iglesia católica; esto es causa de que el Espíritu retardara cuanto la ley lo permitió el descubrimiento de las ciencias y del nuevo mundo, para que así fuesen menos ultrajados "por la nueva bestia y el dragón” que hacían los milagros, para que los hombres creyeran en ellos; sin los cuales la vida de Cristo y de la nueva Iglesia católica, era imposible.


¿Creen los hombres, que para los orientales era desconocido el continente americano? Antes del cataclismo de la Atlántida, lo que hoy es México, tenía relación con la India, porque el estrecho de Bering, tierra era; y en cambio, el Istmo, centro Sudamericano era mar y quedaba la parte sur de las Américas sin conocer, y ésta, tampoco fue Colón que la descubrió ni la pisó.


Sí: la raza Azteca (antes Maya), estaba en comunicación con la India antes del cataclismo de la Atlántida, ocurrido ayer, pero también antes de Adán y Eva, hace ahora 87 siglos, descubriéndose estos bajos Andinos y uniéndose las Américas, con la asunción del Istmo Panameño; lo que permitió ya la comunicación de los Mayas con los Aztecas y éstos con los Incas, por lo que los tres conocieron la muy alta civilización Adámica, que a los Aztecas llegó y aún diré, que "a la vez apareció la raza": hago el misterio de este punto (misterio para unos días), ya que la geología, la filología y la paleontología, etc., deja en el misterio por muchos años lo que indaga y no tiene derecho, porque la ciencia no es un monopolio; es común y se le roba al pueblo por segunda vez, ocultándole los productos de la ciencia, ya que el primer robo se le hace en las universidades que el pueblo y sólo el pueblo mantiene y las llena de los más perfectos aparatos, que no son capaces de hacer los que asaltan las universidades y no puede entrar el pueblo que las sostiene y mantiene.


Es que allí es donde el parasitismo tiene todas sus esperanzas; es que allí es donde se hacen las clases que divorcian a la sociedad humana; y es porque allí tiene sus más formidables tentáculos el pulpo religioso de cualquier Dios que sean, los que sólo pueden existir con los misterios y de éstos nacen los milagros que han atontado a los hombres haciéndolos inútiles para ahondar en la verdadera ciencia, en la vida, la que no tiene más misterio, que la Ignorancia.


¿Qué Goethe, Lamarck y Darwin dieron un golpe mortal a la superstición y el misticismo? ¿Y si yo dijera que sembraron otro misterio y que desviaron a los no místicos ni supersticiosos, por un momento, del sendero que los llevaba al ancho camino de la verdad? Pero dejémoslos, aplaudiéndolos, porque al fin, hicieron un error para matar mil errores y en esto es donde está su valor, que no alcanza a verlo el controversista.


3

El Creador de la vida existe por donde quiera que las cosas se miren, por el hecho mismo de que las cosas y los hombres existen y se reproducen.


No es labor exclusiva del siglo XIX, romper los misterios de la Naturaleza, porque quedan rotos en los escritos de Shet en el sánscrito, escrito hace 57 siglos.


Pero sí le perteneció al siglo XIX romper el velo que pusieron a la verdad los sacerdotes de todos los tiempos, lo mismo que hacen hoy los muy pocos espiritistas que hay, quitando el telón que Moisés pusiera a este credo, para que no lo ensuciara la Religión: y aun así, en cuanto ha sido levantada una sola punta de esa cortina, todos los que lo temen, hasta los anarquistas, le tiran barro por el agujero descubierto. Es que es demasiada luz para retinas acostumbradas a la obscuridad, crepúsculo o seminiebla; pero se han de acostumbrar a la luz, o han de caer quemados como los insectos que, atrevidos o encandilados, revolotean alrededor de una lámpara de luz intensa, y es ésta el Espiritismo únicamente, el que destroza los dioses y los reduce al no ser, porque nunca han sido cosa, y destruye el cielo y el infierno y manifiesta a plena luz que la vida es suya y expone las leyes de la vida; y no dirá Ramón y Cajal (al que conozco personalmente) que no ha sentido inspiración en todos sus descubrimientos, porque jamás puede ocurrir nada que así no sea; y el que no es inspirado, es retrasado y nada hará más que lo que hacen los loros: repetir lo que otros han dicho.


Después de escrito el sánscrito, o ley y doctrina Shética, o Veda, todo ha sido fácil y más encarnando en todas partes espíritus convictos de la verdad de aquellas doctrinas fraternales y comunistas. Pero el Occidente es lo más lejos del sitio donde se escribió el Veda y lo más lejano es lo que más tarda en recibir materialmente un progreso, si bien tiene la ventaja después de sumar su progreso con el que recibe y camina mucho más ligero; esto es lo que le ha pasado a Europa, por lo que han sido en ella los descubrimientos más grandes para llevarlos a la explotación en el siglo XIX.


Aquí habría que hacer una gran obra de metafísica y metamorfosis, que luego se vería confinada por las mismas ciencias materializadas, hijas, quieran que no, de esa metafísica; pero esto dicho es bastante para los hombres de ciencia imparciales y les dejo camino para que investiguen y comprueben como es su deber.


4


No es el César la Naturaleza y no hay nada sobrenatural. La Naturaleza, excluida del Espíritu Ordenador, es inconsciente como lo es todo animal del hombre abajo, que vive sólo de cuerpo y alma, y aquí es donde está el gran pecado de las ciencias: pecado que dimana exclusivamente de las Religiones que han prejuiciado a los niños que habrán de ser hombres de las ciencias, a las que imprimirán el mismo pecado de no reconocer como único motor de la vida al Espíritu.


Esto sí que sería una verdadera herejía, si el Espíritu fuera dogmático. Es axioma inconfundible, y los axiomas no necesitan ni hacen dogmas. Pero el único motor de toda demostración de la vida es el Espíritu, porque el alma no tiene Ley; no puede tener Ley, por que sólo es intermediario entre los dos polos, entre la impulsión y la repulsión de la fuerza motriz, que es sólo el Espíritu en el hombre, dentro del hombre: y en los reinos abajo del hombre, fuera de los cuerpos y sólo en contacto como refrigerante, como vivificante sensible del alma animal, para sus funciones adecuadas, por lo que el animal, no discierne.


Si la obra de Darwin habría tenido por exclusividad hacer descender al hombre del mono, o de cualquier otro animal, habría denigrado a la humanidad y tendría menos perdón que las religiones. Su panteón debería ser la jaula de los monos. Pero otra es su obra; su obra es cometer un error para matar mil errores religiosos y Darwin es bien venido como lo es Moisés y los dos son aceptados por la razón y la razón es sólo del Espíritu y no del cuerpo, ni del alma, pero haciendo justicia contra el materialismo que sólo lee lo escrito y mistificado por mil causas que los materialistas no desconocen; y contra la religión católica y otros que no toman a Moisés en su verdadero carácter de libertador, legislador y guerrero por la fuerza de las circunstancias y en cambio lo divinizan, hay una diferencia tan grande en favor de Moisés, sobre Darwin, por lo menos como del símbolo del Arca de Noé, a la realidad del arca, que es el hombre, con sus tres entidades de cuerpo, alma y espíritu.


5


Que las Ideas, son el simoún Omnipotente que arranca de la faz de la tierra, no sólo a la Iglesia Católica sino a todas las Religiones y regímenes arcaicos, es indudable: y para eso nacen las ideas. ¿Pero acaso no es Moisés el que enarbola la bandera de rebelión? ¿Es acaso Darwin, capaz, ni de la sombra de Moisés? Si Darwin levanta una bandera materialista, ésta es anulada por falta de vida, desde que la materia, separada del Espíritu es inerte (no muerta porque la muerte no existe), pero sería incapaz del movimiento; y sin movimiento, no hay demostración de vida.


Moisés, en cambio, une los dos polos; defiende y se sirve de la materia y la conduce a su libertad, guiada por el espíritu, con lo que se burla de su esclavizador y sus Dioses y aun lo vence con sus mismas armas. ¿Por qué se toma la Biblia, como retrato de Moisés, si ya no hay en ella ni sus palabras ni sus hechos (como fueron), debido a los sacerdotes de entonces y sobre todo a los católicos de 19 siglos después de Moisés?. Yo sé que se le ataca, por lo mismo que se ataca a Jesús; porque indebidamente, se los apropia la Iglesia Católica para explotarlos, después de haber desfigurado al uno y desnaturalizado al otro. Pero, ¿Por qué, si las ideas son razonables, no razonan y separan el grano de la paja, el trigo de la cizaña y salvan la verdad? Y el caso es peregrino: el caso es que, los mismos que los calumnian por el ardor de sus ideas y aun con las ciencias, no pueden salirse del círculo por ellos trazado, y con esto lo deberían tener todo dicho.


Pero vamos a puntos, para no confundirnos en este archipiélago casi infinito de equívocos.


La Iglesia Cristiana y su heredera la Católica, sólo ha podido vivir, la vida en que fue engendrada; y del mismo modo, por rigurosa ley, tiene que morir.


Nació el Cristo sobre sangre y cadáveres y engendró a su hija la Iglesia Católica sobre cadáveres y sangre, con el odio acrecentado: y de esta herencia tenía que vivir y ha vivido y no de otra manera tiene que morir y a esto responde esta mundial conflagración. Pero este juicio está hecho en otro libro que no lo he dado al público, porque no lo quiere[2], porque me niegan los recursos para darlo como es debido y yo, no me someto a condiciones inquisitoriales de impresores y editores.


Mas en las historias algo hay de juicio y sobre todo, en las conciencias de los libres está la sentencia de muerte; por lo que, esa Religión, ya es un cadáver, que sólo hay que pensar en enterrarlo, no por misericordia, sino por higiene.


Porque. "Con la vara que midiereis seréis medido". Porque. "Ojo por ojo y diente por diente". Porque. "Juicio será hecho sin misericordia al que no usó de misericordia". Y como cuando entró en agonía la gran bestia 666, quiere dar su último escupitajo y lanza el "Anatema" a todo, en el "Syllabus", en odio a la humanidad toda y aun expirando el autor de la iniquidad, al desconocido como Infalible que tuvo que soportar una valentía rarísima del obispo Strossmayer, que no sólo prueba que los Papas han errado, si no que no existen de derecho divino, ni aun humano; expirando, repito, Pío IX, deja en su testamento esta cláusula: "Conservar la Iglesia aunque sea a costa de la sangre de toda la humanidad"¡¡¡ !!! Hoy se le contesta: "La humanidad será salva, a costa de la muerte de todas las religiones". Nada más justo, ni más humano; pero no se les mata, con las hogueras, el puñal y el veneno, ni la intriga y la calumnia como ellos han usado, sino con principios de verdad.


Escalpelo: Bisturí de mango fijo y hoja estrecha y puntiaguda, con filo por uno o ambos lados, que se usa principalmente en disecciones y autopsias.


6


Moisés, no dio tantos golpes de varita mágica: su varita mágica era, la fortaleza y sabiduría de su Espíritu. Sus milagros, los hace hoy cualquiera que tenga su grado de magnetismo espiritual, y como esto entra en el cúbito y la balanza del análisis, no hay más milagro, ni los hubo; aunque los hubo, los hay y los habrá, para los ignorantes.


Los golpes de vara de Moisés, fueron para matar la esclavitud y defender la libertad humana; golpes que no dió Darwin, ni los dan los anarquistas, ni ninguna ciencia ni filosofía de un solo polo; es decir, materialista, por que le faltaría el magnetismo espiritual, sin el cual hay sólo fuerza bruta, inconsciente, sin discernimiento.


Moisés, carga con un pueblo lleno de todos los vicios y supersticiones egipcias y tiene que ser, si se quiere, hasta tirano; puesto que hoy que han pasado 36 siglos, todos los poderes son más tiranos que lo fuera Moisés.


Pero es que, lo que escribió Moisés no lo tiene nadie como salió de su mente inspirada y copió lo visto por sus ojos, pues Moisés tenía esas facultades que nadie se atreverá a negarlas, desde que hoy hay millones de videntes y médiums inspirados y lo son, (a su pesar), todos los hombres, aun los que niegan su mismo Espíritu, que es el colmo de la negación y entre ellos figuró Darwin y cuantos hombres piensan y… ¿Hay alguno que no piense, aunque sea en reventar a otro?... ¿Y qué otro ha sido Jesús y lo manifiesta sin rodeos, anunciando sin equivocarse el Reinado del Espíritu? ¿Pero creéis, que sin el sánscrito y las leyes y hechos de Moisés (y éste, sin haber existido Adán, Abraham y Jacob no hubiera podido librar un pueblo que no existiría sin su fundador y de que existió no hay duda, porque aunque disperso existe hoy (y no han podido aniquilarlo); creéis, repito, que sin esas leyes y hechos, Jesús, habría podido hacer su obra revolucionaria?... Todo obedece a un plan concebido en cada mundo y cada cosa. Esa es la fatalidad que nadie puede resistir y la causa es la procedencia del Espíritu.


No. Jesús no rebatió a Moisés, ni su obra; en ella tenía que apoyarse y se apoyó; trató de limpiar la suciedad que los sacerdotes pusieron sobre las leyes de Moisés, rebatiendo a los judíos que dividieron al pueblo israelita, en cuyo pueblo judío, se habían asentado los sacerdotes, con templo y todo, levantado por el soberbio, cuanto materialista e impúdico Salomón.


7


Está fuera de discusión, que los crímenes de la inquisición, las guerras religiosas, las cruzadas, el celibato y tantos otros horrores llevados por la Iglesia Católica, la confiesan "la gran bestia apocalíptica" (la cual debería haber anatomizado Darwin y hubiera hecho mejor obra), por lo cual, no puede existir más, desde que quedan muy pocos borregos que se presten al sacrificio para darle su sangre, único alimento que la nutre y que me desmienta la historia. Sin embargo, es extraño, que conociendo toda esa horrible historia, haya todavía hombres como Podestá (por ejemplo) que tengan agallas para presentarse en el palenque con traje civil, a defender tamaños crímenes. ¿Y sabéis cuál es la causa? justamente, las ciencias materialistas que se presentan vacías, por causa de que los hombres de ellas quieren que no tengan Espíritu. Mostrar en todas las ciencias su origen único Espiritual y veréis que nada les resiste desde el mismo instante de su concepción y no daréis lugar a que la religión os las amalgame, retardando años y acaso siglos, el triunfo de una ciencia y al fin, sólo triunfará, cuando le agreguéis la parte espiritual: y se la agregáis, o se la agregan los que os siguen.


Por esto persiste 36 siglos la Ley de Moisés; por esto persiste la Ley de Shet 57 siglos; por esto perduran las prédicas de Jesús 19 siglos; por esto perduran y aún están en uso las Leyes de Servio Tulio; pero en un día muy cercano, han de saber los hombres quién es Servio Tulio, Jesús, Moisés y Seth y entonces todo se hará luz... ¿Qué por qué no se dice ahora?... pues... porque no. Porque hay muchos hombres barbudos que son muy niños y muchos niños que son hombres viejos, pero que necesitan desfogar su juventud: y porque, entretanto, sigue la acción de la justicia renovando la faz de la tierra y quitando todo lo que estorba... ¿Por qué no se oponen las religiones con sus Dioses y los hombres materialistas con sus ciencias sin Espíritu? Mientras las religiones y las ciencias pueden emplear la fuerza bruta para triunfar, triunfan muy transitoriamente; pero en cuanto asoma una ley, ciencia o doctrina que une las dos potencias, la materia y el espíritu, religiones y ciencias materialistas, enseñan las uñas como el gato; y antes que ceder a la razón prefieren destruirlo todo, por no verse avergonzados en sus mismas obras. Es lo que pasa actualmente en esta guerra, prevista y puntualizada hasta en el número de combatientes hace 28 y 19 siglos por Isaías y por Juan en el Apocalipsis. Lo raro es, que los cristianos y católicos no lo hayan entendido, teniendo entre sus manos esos documentos; es que ellos mismos son los primeros que no creen nada de lo que dicen; pero sin duda sabían esos mismos profetas (que hoy los hemos de llamar por sus verdaderos nombres, Médiums) que esto sería, porque les dicen que, "llegaría como ladrón de sorpresa"; es decir, cuando no lo esperaban y así ha sido; y ver, que católicos y cristianos son los que se despedazan; y si habla el Pontífice de ellos, es lo mismo que si el buey dice Muff... Perdió toda su autoridad. El Espíritu, que velaba el minuto justo de entrar en su reinado, puso a cada cristiano y católico, una tupida venda en los ojos y no ven que todos son la misma familia de asesinos de la humanidad.

Más el espíritu es justo en su Ley; no sólo los cristianos y católicos de todas las religiones o sectas y cismas han hecho guerra al Espíritu, sino todos los sacerdotes de todas las religiones habidas y a todos los lanza a la hoguera de la guerra, ya que por la guerra sólo han vivido; porque, según es la vida es la muerte.


La ciencia materialista, sin embargo, ha sido el sinapismo revulsor: ha llevado todo al borde del abismo, sin dejar lugar a volver atrás y no hay más que este dilema: o caer al abismo o librarse salvándolo, por el paso al Espiritismo; pero cada cual es libre de hundirse o de elevarse.


Las doctrinas materialistas, lo mismo que las religiones que amalgaman los principios de la vida, para caer (por la lógica) en el abismo de la materia, tienen que desmentirse en cada momento para alargar su vida, presentándose en cada instante con traje diferente; son una especie de Frégoli retrospectivo: es decir, que pierden el tiempo; y es porque no están seguros en sus asientos y temen caer en cada instante: la Religión, porque se basa en lo falso; y las ciencias, porque sus hombres no tienen convicción.


Aquí tengo que decirles a esos dos... esos dos... ¿Qué nombre les podré dar a esos dos... cosas, que no son cosa? Lector, yo también me veo en apuros por ser justo, como debo serlo: la religión no es cosa: la ciencia no es cosa tampoco, porque las cosas tienen cuerpo. ¿Cómo las llamaré yo para poder seguir mi juicio?... ¡Ah, ya! Ya sé cómo llamarlos; es lo que mejor encuadra: "Genios". Sé que es algo fantástico, pero dispensadme, porque ahora no es ocasión de crear nuevos nombres, que acaso tampoco dirían nada como personería de esos genios. Pues bien, les digo que son una especie de Frégoli retrospectivo, que pierden el tiempo, que están inseguros y temen caer en cada instante de sus asientos, porque no tienen convicción esos dos genios.


Los dos se disfrazan en cada instante. El genio Religión, porque dogmáticamente quiere creer en lo que no ve y es fe de ciegos. El genio ciencia, se disfraza en cada instante, porque jamás pueden estar de acuerdo dos de sus hombres, con una teoría o hipótesis y están años y siglos dando tumbonadas, porque es natural, que cada hombre según su grado de progreso, pone hoy una hipótesis y mañana la contradice: y aunque lleguen por fin, una mayoría a resignarse con una hipótesis y la confirman ley, saben que será destruida luego. Esto quiere decir, que aceptan esa ley, por causa de su ignorancia. Pero esto lo llaman progreso, para consolarse de su impotencia e ignorancia.


Aquí quiero recordar a Santiago, apóstol de España, advirtiendo, que este sujeto, no es católico, porque el catolicismo no existía: y sobre todo que viviendo él, no habría nacido el catolicismo. Ni era cristiano, sino anticristiano, porque se opuso a Pablo y lo desautorizó y aun así, Pablo lo confesó "Jefe del Apostolado y hermano del... Señor"... aludía a Jesús.


Aquél apóstol (Jaime) en su carta universal, Cap. II vers. 14, dice: "Hermanos míos: ¿Qué aprovechará si alguno dice que tiene fe y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?" En el vers.17: "Así también la fe, si no tuviere obras es muerta por sí misma" y siguiendo afirmaciones lógicas racionales y científicas... sí, científicas, termina su capítulo en el vers. 26, así rotundamente: "Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obrar es muerta". ¿No condena esto a toda religión de fe ciega? ¿No condena igualmente a toda ciencia sin Espíritu? Más claro, ni el Éter impalpable: tanto sí, pero más clara, no es la luz solar: por algo era hermano de Jesús. ¿Se ha de ofender Jesús, si digo que su hermano séptimo... ¡Hola!... (Hasta el número es cabalístico) se ofenderá Jesús, porque diga que su hermano Jaime lo superó en sabiduría? Yo sé que esto escandaliza, pero que queréis, la justicia es augusta: y además, sólo se puede escandalizar, el escandaloso, sea científico o religioso; porque el escándalo no está en la verdad, sino en la mentira; no está en el arte, sino en el prejuicio de las cosas. Y al efecto, voy a relatar un caso del que soy testigo ocular.

En cierta exposición de cuadros al natural, había tres cuadros, maravillosa obra de arte, representando las tres fases más sublimes de la procreación. Nada he visto más real en pintura y yo y otros leíamos en ellos cada uno, lo que era capaz; yo leía una Epopeya de 45 millones de siglos; una voz, un... ¡Malditas manos! ¡Deben secarse!... me sacó del cielo de mi contemplación y airado, me volví y contesté: Esa mente merece todos los monumentos de las generaciones, señor.


Sin duda se vió corrido, porque casi no lo vi salir; no andaba, volaba: pero inquirí y supe quién era el escandalizado, el que tiene en su historia el estupro público de 7 niñas menores, de las cuales, tres fueron madres y abandonadas. Esto, no le prohibía comulgar todos los Domingos y fiestas de guardar.


Si 7 casos son públicos, ¿Cuántos tendrá ocultos el inocente escandalizado? Pero debía haber otra causa; no cabía en mí que aquel hombre se escandalizara de aquella inmoralidad... divina. Con mi promesa de callar todo nombre, fui presentado a la Modelo.


Es una de las 7 estupradas del escandalizado y... basta; perdonar esta disgresión.


Ya sabéis pues, los dos genios, por qué tembláis en vuestros asientos; porque no ponéis espíritu en vuestras ciencias los unos; porque tienen fe sin obras los otros, y aunque admiten el Espíritu, lo condenan al infierno, si es rebelde a la religión.


8


Resultaría inútil y necesitaría muchos volúmenes para poner cada cosa en su lugar, de todo lo que desparrama el señor Montemayor, en el párrafo "¿Quién sin espíritu partidario podría negar, etc., etc.". Y juzgaré, no literal, sino en el conjunto. Pero no puede pasar sin juicio su escándalo ante Moisés. "¿Con Moisés o con Darwin?" Con Moisés y con Darwin, cada uno en su tiempo y para su misión.


Moisés no es el "Incestuoso":


Sólo se le conoce una mujer, hija de Jettro, el sacerdote de Madián, egipcio, renegado de la religión, que emigró y estableció su tienda en el monte Sinaí, mucho antes de que Moisés empezara la liberación del pueblo esclavo, con cuya mujer tuvo dos hijos.


Todo lo que los libros relaten de sobrenatural en Moisés es mistificación; es falso y es obra de los sacerdotes de entonces y posteriores, durante el período del Sinaí al Gólgota.


Y muy abultado y peor interpretado por los católicos, porque desde que existen sacerdotes, fueron y son los corrompedores de la mujer y más siendo célibes por voto contra la ley de la naturaleza, que no se la sujeta con nada, más que dándole a la materia lo que es suyo por ley mayor: la ley del Espíritu, que aún no es más que la misma ley, parece otra, por su perfección mayor.


No es extraño, que los sacerdotes se vean más atacados que nadie en ese punto de la ley de la materia, por su desocupación punible y más aún los que han de oír confesiones a las bellas, que son fuego y los hombres estopa y ... los prenden y hacen lo que deben, porque su mandato es ser madres.


La falta a la ley está en poner obstáculos a la concepción y atentar contra lo concebido, es un crimen y muchos crímenes juntos.


Aquí van a protestar los sacerdotes católicos, pero lo harán en sus adentros: porque si lo hacen públicamente, no costará mucho recordarles a Rosa Tuso y ponerles por delante millones de rosas deshojadas por ellos y, callarán todas las viudas y más las casadas, para no acusarse de adulterio.


Pero por si acaso, les anotaré más de tres mil sentencias, con pena, dictadas en Francia solamente, desde el año 1860 al año 1880. Creo que no se atreverán a negar los registros judiciales de aquella nación, ni los de España, donde entre muchos, hay un caso estupendo juzgado, de un frailecito, que lo acusó por celos una bella monjita, porque ella lo quería para ella sola.


¡Qué egoísta! Y el padrecito, tenía que contentar a otras doce más. Pero el caso es, que no hubo hijos.


¿Cómo se arreglarían? Cayó la orden del fraile, por no herir susceptibilidades: pero el que lo quiera saber, que pida o registre los anales de la Justicia de Madrid y Sevilla y verá otras cosas más lindas.


¿No será esta concupiscencia la causa, de que en la Biblia "moderna o católica" se repita tantas veces los casos de incesto, para así autorizarse los clérigos a todo? Porque lo cierto es, que Moisés, manda en su sexto mandamiento "No fornicarás" y consagra el matrimonio con premio a la mayor proficuidad, dando el título respetuoso de "Matrona", a la mujer que abría su matriz 12 veces, para dar hijos; castigó el adulterio hasta con pena de muerte y aun añade un 9°. mandamiento: "No desearás la mujer de tu prójimo", y todo esto, es demasiado claro para apreciar la moralidad y sabiduría del calumniado Moisés, que perdura 36 siglos y perdurará, por lo menos, todo lo que la tierra dure: y Darwin con ser de ayer, no es conocido casi por nadie y menos respetado, tan pronto se tiene conciencia de su error científico, porque nadie que se precia de hombre, quiere ser animal.


Y cuidado que hay hombres que no andan en cuatro pies, porque no se han caído; pero el día que se caigan, ya no podrán mirar al sol.


Voy a fijarme un momento, en el acto del Sinaí, porque es necesario declarar la verdad que corresponde, al "Primer rayo de luz".


Dejo las mil quisicosas preparatorias, para decir la sustancia, ya que está escrito un libro en que se dicen las quisicosas, cuyo libro abarca 123 millones de siglos, de igual duración de los actuales, en cuya obra se han de conocer los hombres a sí mismos, quieran que no.


Moisés vio con sus ojos (porque tenía esa facultad de la videncia) y oyó del Espíritu Maestro, "Espíritu de Verdad" por boca de la médium su hermana María (que la llamaban según costumbre profetisa y pitonisa), los 8 mandamientos y no diez, ni cinco; y del 6°., y 7°., hizo dos más por razón de los vicios del pueblo: esta es la verdad escueta y sin rodeos.


¿Qué anunció el maná? El maná sólo los sacerdotes lo disfrutan, porque les llueve todo sin producir nada.


Moisés legisló el trabajo, por el que todo hombre debe tener todo lo necesario.


No desconoció tampoco, que todos, por mil circunstancias de todos los órdenes, no pueden bastarse a sí mismos, y estableció la beneficencia por ley y aun ordena, "que dejen de la cosecha, parte, para que recojan las viudas y otros menesterosos que habrían por cualquier causa".


Moisés, no era el analítico de la materia; era el legislador, el indicador del camino de la libertad y del progreso, que los investigadores debían seguir durante 36 siglos, en que la verdad "Espiritismo" debía estar ocultada, para matar así a la ignorancia obligando al hombre a debatirse, a desdoblar su yo y para eso establece la Kábala, donde sólo los hombres de sabiduría y jurados podían penetrar, porque así convenía; y por añadidura, le era mandado ocultar el Espiritismo, por el mal uso que se hacía ya entonces, a causa de que los sacerdotes, lo practicaban con sus ruines fines de siempre.


Sí, le era mandado a Moisés cubrir el Espiritismo a los ojos del mundo, por 36 siglos. Al efecto, en el Testamento secreto de Abraham, que Moisés poseyó como primogénito y Jefe del pueblo Israelita, está la última cláusula que dice: "Y contaréis los tiempos por siglos de 100 años. Y los siglos serán treinta y seis desde que escribiré mi Ley, hasta que la tierra la sabrá. Y de este siglo mis hijos serán de Luz, porque verán la luz de su Padre que les darán mis Espíritus".


¿Qué tal? ¡Si hubiera caído este secreto en manos de los sacerdotes!... Antes de cumplirse los 36 siglos hubieran acabado con la humanidad.


Pero aún dice el Testamento aquel: "Hijo mío Isaac, guarda el secreto del Testamento de Hellí (nuestro Padre) y dalo a tus primogénitos, hasta el día de la Comunidad".


Ya ven los anarquistas, que 40 siglos antes que ellos, se anuncia la "Comuna" y es nada menos que por el que ellos niegan: "Hellí", que quiere decir Padre, que tampoco es Dios de ninguna religión y menos de los cristianos y católicos.


Por tanto, Moisés era algo más de lo que comúnmente se cree y bastante más que Darwin y todos los animalistas, que deben ser muy miopes para no encontrar diferencia entre las vértebras y constitución del hombre y de los vertebrados; pero no es extraño, por cuanto no reconocen al Espíritu, no pudiendo ser hombre, ni tener fe de obras, más que por el Espíritu, únicamente.


Moisés, al poner un velo al Espiritismo, obra por orden mayor; y aun como legislador y dado el tiempo en que lo prohibe, pone pena de muerte al que quebrante su mandato. ¡Qué bárbaro! ¡Qué tirano! Oigo decir a los hipócritas de todos los credos. ¡Qué recto! Digo yo, y ¡Qué sabio! añado, porque, si prohibe el manejo de lo que no saben lo que es, abre un aula con su Kábala, donde en libertad usaron los sabios lo que prohibe a los ignorantes y hay escuelas de preparación para poder pretender ser discípulos de la Kábala, la que es manejada por los ancianos. Discípulo de ella fue Jesús, e instruido en sus secretos; por lo que, todo lo que hiciera, lo hizo con conocimiento de causa, rebatiendo y hundiendo religiones, sacerdotes y materialistas.


Moisés, junto con la Kábala, estableció las altas ciencias de la Alquimia y la Astrología, bases indudables de la Química y la Astronomía de hoy. ¿Y acaso hacen los químicos de hoy lo que hicieron los alquimistas de entonces? ¿Acaso la Astronomía, ha sobrepasado ni sentado una ley más fundamental que la Astrología de entonces? Y no tenían los aparatos modernos de hoy; pero es que, para todo usaban el Espíritu y basta éste para todo, cuando se le oye.


Los aparatos de hoy, servirán para lo que son: para solaz del hombre, ayudándose, y producir y adelantar en un año, lo que a ellos les costaba siglos.


Todo eso hizo Moisés. ¿Lo hubiera hecho Darwin?


No hablemos de virginidades de mujer.


La virgen anunciada era la "ciencia" que pariría el Salvador "progreso" por el que se pueden sostener estas fatales controversias y finales del drama aterrador de las religiones y de los materialistas, aunque se llamen anarquistas, cuyo drama empezó con el Dios-Cristo, en la derrota de los Egipcios y termina a los 36 siglos, con el Reinado del Espíritu.


9


El panteísmo, si no admite lo material y lo espiritual, deja de ser filosofía racional y cae por sí solo: porque, aunque "sólo una substancia existe", ésta tiene tantos grados como seres existen y podemos (para entendernos científicamente), hacer las dos divisiones que a todo da movimiento y así demostrar la vida; la impulsión y la repulsión.


Y saben las ciencias, química, física y mecánicamente, que el impulsor de cualquier máquina (incluida la máquina hombre) que el impulsor es incomparablemente más fluídico, más esencia, más etéreo y así más Espíritu que el repulsor.


No debo aquí entrar en estos ramos de las ciencias, porque no es necesario a mi juicio para asentar un axioma. Y además ¿qué tendrían que hacer los demás?, pero les queda el camino abierto; que caminen.


Las Religiones, han siempre rechazado todo lo que se oponga a su dogma; pero están alertas, y en cuanto aquello que antes han rechazado y condenado se impone por el común querer, se lo apropian.


Ya sabéis que a Jesús lo crucificaron los sacerdotes y los sacerdotes lo han hecho Dios.


No sé cuál será mayor crimen, si el martirio cruento o el incruento; pero reflexionando un instante, es infinitamente más horrendo el incruento, por cuanto la intención y el rito es, matarlo continuamente y... hay que decirlo por única y terminante vez y... continuamente sufre en su espíritu. ¡Cuánto habrá sufrido Jesús! ¡Católicos! Ya lo sabéis si no lo sabíais: vosotros veréis lo que debéis hacer; yo cumplo mi deber, advirtiéndolo.


Sí, todo se lo apropian los católicos y voy a referir un caso, bonito por lo cómico, pero a mí me hizo llorar.


Y... ¡cosa singular!: en esta misma hora en que lo escribo, 3 p.m. 7 de septiembre hace los años ¿cuántos? rememoraré: era el 1899.


Inauguraba la fábrica de luz eléctrica, de la ciudad de Santoña, provincia de Santander, España, propiedad de la compañía "La Vasco Castellana": era la tercera que yo instalaba.


El año anterior había instalado con otros, la de Plencia (Vizcaya) y el señor... cura, nos llamó ¡Demonios!... pero la gente del pueblo gritó: ¡vivan los demonios si hacen luz!, dijeron bien.


En Santoña, por amor del dinero, la Cía. nombró madrina de la ceremonia a la gran... Duquesa de Santoña, y ésta impone que vendrá el señor Obispo de Santander, a bendecir las máquinas.


Yo me decía: ¿cómo será esto? aquel cura me llamó demonio y aquí va a venir un Obispo a bendecir el trabajo del Demonio... esto es incomprensible... pero una de dos: o éstos tienen un Dios, que lo engulle todo, o yo soy un ángel y Dios acepta mis obras...


¿Pero cómo se conformará el demonio, si por todo dicen los devotos, que la electricidad es cosa del Demonio?... En fin, llegó esa hora, de hace justos 18 años; todo lo tenía preparado y las bandas de música anuncian el acontecimiento (porque lo era en realidad en aquel tiempo).


Yo estaba en mi traje azul de mecánico y el administrador, un buen hombre, decía: –Maestro, maestro, cámbiese de ropa que llega la comitiva. –Yo no oía y se abren las puertas y entra la... madrina, apadrinada por el obispo, un hombre (creo que lo era aunque llevaba polleras, salvo el caso de la Papisa Juana), pero en fin, un hombre, tan bueno como ignorante y los hechos lo van a decir.


Me llamó (no se escandalizó de mi traje azul, ni me llamó Demonio) y me dijo: – Cuando yo diga "Fiat Lux", usted da luz. –Entendido– contesté.


Ordenó al maquinista; yo tenía mis operarios alrededor y por si acaso, (en vez de un grupo gemelo de dinamos) puse en marcha los dos para hacerles ver a la vez el acoplamiento: mi previsión salvó un conflicto.


Empezó con énfasis el hombre a decir doce mentiras por cada palabra; estoy regulando el voltaje y aviso con la seña convenida que ya está, y mi hombre pronuncia "Fiat Lux"; meto la llave, se ve luz y se oye un terrible mugido y un estampido como un cañonazo; vuelvo la vista y veo, que el malaventurado obispo ha tirado una hisopada de agua a la dínamo y aún tenía la mano levantada para continuar su crimen y... una blasfemia salió de mi boca y mi mano arrancó el hisopo de la del obispo, a la par que le dije: –¡Bruto! ¿Qué ha hecho usted? –Tiré el hisopo al depósito del condensador y puse el otro grupo en circuito.


Como si nada hubiera hecho, el hombre se sentó a disfrutar del lunch, que yo no caté de rabia y cansancio en desmontar el colector quemado con el agua bendita, pero tirada con mano maldita.

Al siguiente día, en los periódicos de Santander se elogiaba el trabajo: se cantaba un himno a la dama y al obispo; ni una palabra del incidente y no quise saber más.


Ya véis si se apropian los dioses y las religiones de todo los matices que sean, después de denigrarlo todo. Y aún se ha dado el caso de introducir la electricidad en el Vaticano; muy tarde sí, creo que hace dos años.


¿Si es cosa del Demonio, por qué se la roba Dios? ¡Ah!... ¿Da dinero?... buena es la cosa para el tesoro de San Pedro.


Todo eso, sin embargo, no es censurable en los clérigos; la culpa es de los que se lo entregan; y además, el dinero no es de la Ley Divina, pero es del dios católico y de todas las religiones y, nada más justo que amontonar mucho dinero y lo que valga dinero, porque así es más grande Dios.


¿Pero acaso, los anarquistas no quieren al Dios dinero?... Verdad es que, como se le ha dado más valor que al hombre y todo hay que pagarlo con dinero, el que más consume, más dinero necesita; y los clérigos, que tienen algunos días de ayuno para hacer digestiones anteriores, consumen más y necesitan más dinero que los demás, pero dadles todos el que les doy yo y veréis que no queda un solo cura, ni fraile, ni monja, ni aún ermitaños.


10


Llego a lo más trascendental de la exposición del señor Montemayor: la creación.


Aquí, todos se dan de cabezadas, pero aún se han de cogotear por un poco de tiempo; acaso no llegue a un lustro; pero algo les diré, porque es necesario para el juicio que sigo.


Sí: el gran problema de la humanidad está en el desconocimiento; y al apoyarse el Cristianismo y Catolicismo en el Génesis de Moisés, han hecho como los loros, que repiten lo que les han dicho, sin comprender lo que significa: no hacen también otra cosa la mayor parte de los literatos y de los hombres que se dedican a las ciencias como modus vivendi.


El progreso requiere ascensión en cada hombre y exige que cada hombre de ciencia dé algo nuevo, algo suyo a la misma ciencia y lo dará todo aquel que entró en la ciencia por vocación; pero esos no negarán nada; investigarán siendo prudentes, porque es mejor investigar que negar; porque ¿Con qué derecho ha de negarse lo que no se es capaz de comprender?


Aquí es preciso decir (aunque sea contradiciendo a las ciencias, pero por investigación constante, lo que no es negar sino poner un pero); es preciso decir, repito, que la memoria es un vacío que el hombre tiene.


Y se puede probar siempre, que ningún hombre pensador, ningún principiante a sabio (porque sabio aún no hay ninguno), ningún principiante a sabio, digo, poco o nada aprenderá de memoria en los libros.


Pero en cambio, penetra el espíritu del libro y sobre él da cosas nuevas; cosa que no encontraréis en los que son capaces de repetir todo un libro que han leído, en cuyo relato nada suyo dan, ni penetran más que hacia otras, hacia las sombras, mientras que al pensador le basta el epígrafe o una ojeada para tomar el norte marcado (porque esto es lógico y prudente) y sin memoria de lo que leyó, ha fijado el tópico a donde debe llegar, lo que es penetrar hacia adelante, hacia el más, al progreso, siempre inacabable.


El hombre de memoria feliz, podrá servir de cicerone de lo pretérito y enseñar a otros vacíos como él, mientras él aprende también lo que hace el pensador que está delante de él.


Y no ha de sorprenderle, que el pensador, el aprendiz de sabio, su maestro, le pregunté una o muchas veces, dígame: ¿qué pasó en tal época, o quién dijo tal cosa? Y no se desdeña el sabio, pero suele engreírse el ignorante, el loro de memoria feliz; pero no es capaz el engreído de resolver un problema aún no escrito, ni definir un dilema que se presenta entre un nuevo principio y un principio arcaico.


Es que no es compatible con la memoria; es de la compatibilidad del pensamiento.


¿Y cómo quieren encontrar el significado del profundísimo pensamiento de Moisés en el libro de la Creación, los que apenas son capaces de la literatura, que requiere sólo memoria?


¿Y porque no seáis capaces de comprender a Moisés, tenéis derecho a denigrarlo?

No es este el sitio de entrar a escudriñar las profundidades de la Eternidad, y además, ya está hecho ese trabajo anatómico, y si no lo tiene ya el hombre en sus manos, es porque no lo quiere saber ni el mismo Montemayor, y está sin embargo, al borde máximo del progreso científico, por memoria y debería ya apuntarse como pensador; pero en tanto sólo haga negar por el solo hecho de no comprender, siga negando nada más, que si cree que las ciencias puramente físicas y materiales le han de llevar al descubrimiento de la verdad de la vida, viva miles de millones de siglos y no habrá dado un paso más.


Ya se comprenderá que no consagro este "Primer rayo de Luz" sólo a C. Montemayor, sino a todos los hombres sin distinción de ideas, credos y religiones; pero entiéndase bien, que no hablo a las ideas religiosas y credos, porque éstas, son causa y no son cosa y los hombres son efecto y son cosa; malos o buenos, según la causa que los hace; pero este juicio será fatal para todos los credos, ideas y religiones que no sean buenos, que no estén dentro de la razón universal, del hombre universal.

Desde luego, el cúmulo de pruebas científicas que expone, han sido siempre impugnadas, coartadas, denigradas y hasta sus autores y defensores excomulgados, perseguidos y algunos sacrificados por los católicos sus contrincantes, lo que es prueba evidente, del "Abismo" que separa a la religión católica de las ciencias. Y esté seguro, C. Montemayor, que lógica y racionalmente, estará imposibilitado de rebatirlo, ni su contrincante, ni todos los católicos, desde el pontífice hasta el más inconsciente uncido al carro católico cristiano.


Pero todas esas cuestiones son muy viejas y eternamente polemizadas y vencidos siempre los católicos, por cada ciencia, a la que sólo han contestado con un anatema, y aún no sólo los católicos, sino todas las religiones de todos los colores y ritos, lo cual quiere decir, que "siendo sordos y ciegos de voluntad, no verán ni oirán". Ya lo dijo Isaías, 28 siglos antes de ahora, al que usted tampoco cree y sus contrincantes no lo quieren entender, a pesar de que habló para ellos; pero... en el mismo punto también anuncia algo que obliga a oír y ver: y tengan mucho cuidado todos, desde el católico al anarquista, porque el ensayo ya empezó y la función se dará ...............................................................................................................................


Ha hecho derroche de conocimientos científicos (salvo que sólo hable de memoria). Mas si ahí terminara el progreso, ¿no sería una lástima estas controversias, tan altas (a pesar de ser tan bajas?) ¿No sería usted mismo vencido con todos sus argumentos, si luego desapareciera para toda la eternidad del escenario de la vida, que es eterna y continuada? Desaparecer para siempre, ¿no sería un límite al progreso, lo que haría maldecir de la vida misma, porque maldito lo que importaría luchar? ¿Y qué importaría reconocer la Eternidad de la vida, si nuestro espíritu, individualmente, una sola vez viviera como hombre o mujer? Investigar es de sabios; negar es de ignorantes.


Moisés sabía que la vida no acaba nunca, para todo lo que una vez vive; y debió meditar más de cien años para hilvanar su Génesis y reconcentrar en símbolos y figuras, para dejar un índice de todo lo que el hombre, entonces era aún incapaz de comprender y aún hoy lo es, en general, con rarísimas excepciones.


Pero estamos ya al borde de empezar a comprenderlo y ese es el fin encomendado a las ciencias, humildes servidoras cada una, de la infinita sabiduría.


Que Moisés concentrara la creación del mundo a 6 días de trabajo, encierra toda la sabiduría que el autor poseía, no sobrepasada, ni tampoco igualada por todos los hombres que han pisado la tierra, exceptuando uno, cuyo espíritu es el Maestro de los maestros que no debo nombrar ahora, pero que vivió como hombre cinco siglos antes de Jesús y también al mismo tiempo que Jesús, como hombre también. Yo sé que no lo creen los anarquistas, pero lo creen los católicos liberalizados, y cito esos hechos, para que no piensen los católicos que es Jesús y se lo apropien, ya que se admira C. Montemayor de la facilidad con que todo se lo apropian.


Pues bien: ese SEIS que Moisés señala a la Creación, es el número de los reflejos: es la doble tríada cabalista y quiere decir, "lo que hay arriba hay abajo": y quien quiera comprenderlo, no lo conseguirá por unos años de universidad, ni por todas las ciencias matemáticas y necesitará asistir más de 100 años a otra clase de universidades, después de ser... educado en saber investigar y no negar.


La kábala de los números, es la antesala de la sabiduría; esta no tiene quebrados ni decimales; usa la matemática pura que no tiene círculo, porque vive en el cubo y basta esto para "El primer rayo de Luz".


Comprendamos la vulgaridad de los seis días de trabajo y entendamos lo que significa el 7°. de descanso, que es reconocer que la vida tiene más trabajo que holgazanería: pero no se llega al descanso sino después del trabajo, después de haber hecho depósito de medios de vida, producidos en los seis días de trabajo, con lo que sentaba Moisés, que el trabajo es la ley impuesta; que la ley exige la producción: lo que permite sentar que, "el que no produce y consume, es un ladrón de la comunidad".


Yo sé que esto lo sostienen los anarquistas, pero no pueden decir que no sea enseñado por Moisés, el que lo aprendió de sí mismo (¿?) aunque lo leyera en el Sánscrito o Ley Shetica.


Debe verse en la distribución que da a esos seis días, la escala progresiva de la vida, de los mundos y de los hombres, cuya ley está escrita en cada espíritu; pero Moisés sabe que no lo entenderán si lo descubre; y sabe más: sabe que ha de llegar el día de la explicación al cumplirse los 36 siglos y que han de hablar los Espíritus de Luz, e hizo su índice de las cosas que hoy deberían explicarse, por lo que una vez anotado dice:


"Y conoció Adán a su mujer y le parió un hijo que se llamó Shet, en el que los hombres empezaron a llamarse de Jehová".


Es aquí donde empieza el génesis de la raza Adámica: lo anterior son símbolos; figuras necesarias para guardar los secretos, que lógico es que los haya para los que no pueden comprender un axioma.


En el mismo caso se encuentra al hacer el símbolo del arca de Noé, a causa de que se había hecho el inventario (diremos así) del desbarajustado negocio de toda la tierra: y ¿cómo les diría a los primitivos, Noé, ni Moisés, el nacimiento real del hombre en su primera aparición; el despilfarro hecho, su enorme deuda al progreso, la malversión de 44 millones 250 mil siglos de existencia, el sacrificio que hubo de hacer la tierra para producir al hombre y darle luz de noche con un pedazo de sí misma, que desprendió y la gravedad llevó al sitio de la ley? Apenas lo comprenderán hoy los hombres y sólo lo creerán cuando vean muy pronto producirse el fenómeno semejante.


Yo conozco el paño y se va a preguntar: ¿Entonces Moisés era sobrenatural? Ya he dicho que otro mayor, maestro de los maestros vivió en la tierra y tampoco aquél era sobrenatural, porque nada hay sobrenatural.


Lo que debo no silenciar es, que los seis días de trabajo se han pasado y estamos en la liquidación para disfrutar del séptimo del descanso; es decir, que llegamos a la verdadera Comuna, a la verdadera libertad, a la Justicia, al amor, como única Ley: y si no fuera así, no habría nacido el anarquismo que sólo tiene "dos errores" contra 98 que tienen todos los otros credos y doctrinas sociales, políticas y religiosas.


El anarquismo termina su misión, al nacer el comunismo sin parcelas y sin fronteras y sin propiedad particular, pero con un código de leyes y cuya constitución es la Ley de Amor.


Esto también está ya previsto en los escritos de Moisés y especialmente en esos siete días de la Creación, que tanto han motejado los que más alardean de proclamar el régimen de libertad y justicia y que tan literalmente rebaten, sin entrañar en el espíritu de la letra y menos en el espíritu del autor.


Pero es conveniente caer en esos dos errores, matando los 98 que tienen sus controversistas católicos y los de otras tendencias materialistas o religiosas.


Que diga Moisés que Dios creó el mundo de la nada; toda razón de luz conoce y lo saben hasta los niños, que la nada era llamado a lo impalpable: y lo impalpable, precisamente lo es todo, porque es el éter; razón o fuente de la vida y la misma vida, porque el éter todo lo llena, todo lo vivifica como eterno fundente y nadie lo palpa aunque lo respira y todo nuestro cuerpo, sólo es esa impalpabilidad, antes de ser cuerpo; y después de dejar de serlo, vuelve a ser impalpable, nada, éter.


MISIÓN DE DARWIN


Acaso no entró en esto Darwin, porque no era esa su misión, sino poner bases a una razón evolucionista y consintió caer en un error para matar mil errores y en esto precisamente consiste su valor filosófico; pero de ese valor filosófico a la verdad científica que se le quiere dar a su obra, hay tanta diferencia, como de la luz directa del sol a la reflejada por el satélite, y aunque fuese aceptada su teoría por la mayoría de los hombres, en un momento, luego, cada hombre, hace su filosofía (porque cada uno tiene su filosofía) y entonces se acude a un demostrativo, que tampoco puede satisfacer a todos lógica y racionalmente, por la lógica razón de que, cada uno es un grado diferente.


FILOSOFÍA UNIVERSAL


De esto se desprende, que una filosofía que no sea universal, es decir, que trate universalmente de las cosas en sus dos polos, en sus dos representaciones innegables e inconfundibles de materia y espíritu, no puede llamarse tal filosofía sino, filosofía de fulano, de Darwin, por ejemplo.


LEY TRANSITORIA


Además, una filosofía falta de espíritu universal, no puede jamás formar credo: es lo mismo que una ley transitoria, que pasado el momento que la pidió, es derogada por sí misma.


FILOSOFÍA O LEY PERDURABLE


Y, finalmente, para que una filosofía, o ley, sea perdurable o secular siquiera, además de que ha de "dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios", es decir, a la materia lo que le pertenece y al espíritu lo que suyo es, no ha de faltarle nada de lo conocido de los dos polos y ha de ser demostrado y aceptado e impuesto por el gran neutral demostrador, el plebiscito, y esto, hoy, no tiene vuelta de hoja, ya que tenemos las leyes por las que se demuestra en luz, calor o fuerza, la electricidad, la que sin el neutralizador imprescindible (filamento o carbón en la lámpara y el enrollado en el motor), la electricidad no sería dominada y sujeta a producir los efectos benéficos de su riqueza.


A Darwin, sin duda le faltaron los conocimientos de las leyes de la electricidad sin la cual no cabe ninguna transformación, ni aun la transformación del pan y el vino en el cuerpo de Jesús, (como pretenden los católicos) en el impío sacramento de la Eucaristía, y es decirlo todo.


Si Moisés pudiera hablar de electricidad; es decir, si hubiera hombres que lo comprendieran, no lo dudéis, hubiera hablado; pero sobre todo, ser cuerdos y prudentes, anarquistas y no neguéis.


Si Moisés, repito, tuviera quien lo entendiera, en vez de decir "de la nada", acaso hubiera dicho "de la electricidad", pero seguramente hubiera dicho del éter, pues lo conocía y muy a fondo.


Darwin, sin embargo, es muchos siglos más tarde y podría entrar en ese terreno; pero entonces, no hubiera hecho al hombre mono, aunque pudiera llamarlo "monito" en sentido cariñoso.


MISIÓN DE DARWIN


Darwin vino con un punto de misión, que era (y este es el secreto) a marcar el límite de la deidad de la materia, para poner al hombre al borde del precipicio, donde se hunda por su inercia, o dé el paso colosal de saltarlo y encontrarse con el espíritu: y, ni los mismos darwinistas y los simplemente anarquistas, no quieren ver en la obra materialista ese tópico.


¿Qué resultará luego, cuando se puedan convencer de que, Darwin fue mandado a esa obra por Moisés? ¡!¡??¿?...


Todo será admiraciones, interrogaciones, interjecciones de todos colores y calibres, pero, Darwin no me desmentirá ni en su obra escrita ni en su obra de espíritu; y, sí, confirmará que fue mandado por Moisés, porque éste, niéguenlo, desconózcanlo, ridiculícenlo como quieran, vive en espíritu, como liquidador de la ignorancia, como regenerador de la familia humana terrestre y como hombre, siempre fue, es y será el legislador de la verdad: y Darwin, será muy honrado en servirle en una ciencia, como cada otro hombre: y no dude nadie que puede estar Moisés hoy, hecho hombre y puede estar Darwin, como está el que fue Ptolomeo y es astrónomo, para desmentir hoy el error de que las estrellas eran "clavos" puestos en el cielo para adornar al "Dios hombre", al que luego, Darwin, lo declararía "mono".


¿Cuál de los dos ha dicho verdad, o no la ha dicho ninguno de los dos? Aceptad si queréis; negad si os place; al fin, por negar y por afirmar, la verdad será siempre la misma; ésta no cambia: el que cambia en cada instante es el hombre, de ignorante en sabio y la verdad que ayer no vió, la vislumbra hoy y la verá mañana. Por esto es mejor investigar que negar y de la investigación, (hecha en razón con los dos polos, con la materia y el espíritu) ir desterrando errores, hasta no tener ninguno.


¿Qué Moisés ideó su Adán y Eva? No. No los ideó como seres. Son realidad como hombre y mujer. Lo que sí los ideó, en forma de que un día se comprendieran como los primeros hombres, porque no se puede llamar hombre al que sólo se cree dos entidades, cuerpo y alma, lo mismo que cualquier bruto.


No, no es el hombre el de sólo cuerpo y alma. El hombre, lo es por su espíritu, el que procede del Creador universal y es, "consubstancial y Ab y Coeterno con Él y en Él; y hasta que logre este espíritu dominar todos los instintos de la materia, se está oculto en el alma que una vez toma en su primera existencia embrionaria y ya, para toda la Eternidad.


Sí, ahí permanece oculto, dominando instinto por instinto y tirando la pesantez, lo burdo, las escorias de la materia y en miles y millones de reencarnaciones, llega ese espíritu a mostrarse y ha hacerse sentir por su luz de progreso: y cuando ha llegado al grado correspondiente, su cuerpo lo reconoce y la primera vez, se espanta de su largo error creyendo el alma el más y entonces ve, que ésta, sólo es un intermediario, una resistencia que permite unirse los dos polos y dar luz y mostrarla en las artes y las ciencias y al fin, en la sabiduría y el espíritu entra en su reinado: es el primero y no se le concedía ni vida ni acción y es él solamente la vida inteligente del hombre; el creador de formas y el demostrador de la vida.


"Los primeros serán los últimos y los últimos los primeros". ¿Lo entendéis? ¿Lo negáis? ¿Lo afirmáis? En todas formas es así: y sólo cuando el hombre puede decir, comprendiéndolo, "me compongo de cuerpo, alma y espíritu; soy el Arca de Noé"; sólo entonces puede llamarse hombre y aún hay muy pocos.


Esto sabían Adán y Eva. ¿Los ideó mal Moisés en llamarlos los primeros hombres? Ya lo véis; ellos eran los primeros hombres de una raza regeneradora; de una raza que venía de mundo mayor y traía el progreso para el sexto día de trabajo.


Pero venían Adán y Eva, para dar vida, como hombre, al que venía mandado a investigar la tierra; a establecer el progreso, la moral, la libertad, la justicia y la ley de Amor y sería el Juez de vivos y muertos.


Ese fue Shet y fue Jacob y fue Moisés y la tierra no tuvo ni tendrá más leyes que las que dictó y dicta aquel espíritu, al que le sirvieron, le sirven y le servirán, los moralistas y los materialistas; todas las artes, todas las ciencias y todo el progreso, porque es de su sabiduría, que Moisés aprende y recibe, de otro mayor.


Ha de llegar el momento y muy pronto, de señalar el punto donde vivieron Adán y Eva y la Geología, la Filología y la Antropometría han de decir sin miedo a equivocarse: He aquí los cráneos de Adán, Eva y su hijo Shet; pero no se indicará en algunos años el punto fijo donde encontrar sus restos, porque no es función del sexto día, en cuya postrera hora material estamos.


Mas no encontrarán los de Caín y Abel, porque éstos sí, son una figura ideada: un símbolo para demostrar la lucha terrible, hasta el sacrificio, en que entraba la raza Adámica representada en Abel, con la raza vieja, primitiva y feroz y sanguinaria de la que proceden los sacerdotes y sus religiones, la autocracia y plutocracia, representada en Caín, que jura que, "el que mate a Lamel, (que es la concupiscencia) será vengado" Septies: setenta veces siete": es decir, que la concupiscencia, no perdona jamás a los libres y el mismo anarquismo confirma que esto se cumple en él, con la persecución y las calumnias que les llevan los representantes de Caín y Lamel. ¿No es esto verdad?... pero es el caso, que muchos anarquistas, calumnian, niegan y hacen guerra también (acompañando en ello a sus mismos verdugos), contra un credo invencible que era el que Moisés tenía: el espiritismo, al que se quiere rebajar al nivel ínfimo de cualquier ciencia, cosa imposible, porque él es la sabiduría y el que marca los puntos inequívocamente a cada ciencia en su hora justa, porque, el espiritismo es la solidaridad universal, infinita, de los espíritus que jamás mueren y se descubren, encarnados en un cuerpo de hombre o mujer, para desentrañar esos símbolos, esos idealismos de Moisés y antes que de éste, como hombre, de Shet, autor del sánscrito (o Vedanta), primera ley escrita en la tierra: y estar seguros, que Shet y Moisés, son dos cuerpos diferentes, pero es el mismo espíritu: y no dudéis tampoco, que tenga que explicar el Arca de Noé y todos aquellos símbolos que tanto extrañan los que no pueden entrar en sus entrañas, pero hoy se les dice: "Tu cuerpo, es aquella arca donde viven vida real desde la infame pulga, hasta el magnífico elefante, cuyos instintos de todo lo que alienta y de todo cuanto contienen los reinos de la naturaleza, en ti ¡oh hombre! vive y por esto eres tan tardo en llegar a la perfección; porque en ti, todo se perfecciona!!!...


Admire el hombre de libre pensamiento y no se achique: vuele y no se arrastre; nade sin miedo en ese océano, que no naufragará: pero... escóndanse los cuervos y lloren, porque ya terminó el diluvio de las pasiones: ya no hay cuerpos ignorantes (muertos), que devorar: todos los instintos los ha dominado el hombre y de ellos juntos y bien dirigidos por su espíritu, forman la conciencia: es su gloria; es su cielo, porque es su sabiduría; es su todo de la vida con lo que reconoce la verdadera vida, en su espíritu inmortal: y en la unidad de todos los espíritus del Universo, al universal autor de la vida, que no es Dios, ES SU PADRE.


MOISÉS COMUNA


Lejos, muy lejos de Moisés estuvo la idea "de burlarse de la humanidad". Se burló de Faraón, que representaba la tiranía: y se burló y condenó de todos y a todos los Dioses irracionales y quiso y quiere espiritualizar al hombre, para sacarlo de la animalidad, de la bestialidad, de la concupiscencia y dió una ley que dura 36 siglos y no se debió escribir más otra moral, ni teológica. ¿Pero y las religiones? Si sólo el decálogo se impusiera, el progreso habría llegado mucho siglos hace: las miserias y los ríos de sangre que es necesario que corran para matar la supremacía, no habría sido necesario: pero lo han querido así los enemigos de la Ley de Amor, los que siempre mataron a los hombres de progreso y la ley suprema se defiende y se impone con las mismas armas que le presentan los enemigos del principio único, del régimen de sabiduría decretado para la familia terrena (como para todos los mundos), desde que entra en su séptimo día de la "Comuna" y, la Tierra ya entró. ¿Pero y Caín? ¿Y Lamel? Aún no han sido muertos, pero están expirando.

Aunemos fuerzas psíquicas y empujemos fuerte, irresistiblemente, para tirarlos al abismo que ellos mismos se abrieron: Pero... estas fuerzas, sólo Moisés las tiene.


Pidámoslas.

11


Si no se hubiera escrito más que lo que Moisés escribió, como moral y filosofía, bastándole al hombre "Amar al prójimo como a sí mismo", habríamos llegado muy dulcemente a poder digerir el "Ama a tu hermano".

Hubiera tenido tiempo la geología de haber ahondado más y en vez de decir: "Que el período de la vida orgánica sobre la tierra, se extiende a 140 millones de años", habría podido afirmar que, la vida errante del Planeta, hasta sujetarse en su órbita, fue de "23 millones" de siglos: que de esa fecha hasta que se produjeran todas las especies vegetales y animales de las cuales llevaba el germen y que fueron antes que el hombre, pasaron "45 millones" de siglos: Que en esa fecha, la Tierra produjo un cataclismo, envolviendo en sus entrañas todo lo que había en su corteza y sacó de sí un pedazo de sus escorias que la ley de gravedad llevó al punto preciso y ese es el satélite hijo de la tierra; que en ese momento y con esa ceremonia tan terriblemente majestuosa, todo fue envuelto por las aguas y quedaba engendrado el hombre, verdadera "Arca de Noé", puesto que era engendrado con las esencias de todo cuanto había existido y por eso lo domina todo:


Que esa concepción y gestación hasta su nacimiento del hombre, duró "10 millones" de siglos: en cuyo tiempo, todo lo que antes había existido, existía de nuevo, pero metamorfoseada la fiereza y la mansedumbre y lo abrupto con lo más bello: que desde esa fecha, hasta la existencia de Adán y Eva, habían pasado "44 millones 250 mil siglos" y habría ahondado sabiendo a ciencia cierta, que desde Adán y Eva hasta el presente, han pasado 57 siglos y habría podido sumar la respetable suma de 122,250.058 siglos, que la Tierra nació del Sol: y aun sabría lo que le falta a nuestro terrón, de creación o de vida. Y sabría más: sabría, que ahora mismo y por ley y no por castigo, la Faz de la Tierra se está renovando y que no quiere el hombre oscuridades y, la Madre Tierra, tiene la obligación de iluminarle las noches por entero y darle al satélite un nuevo hermano y se lo va a dar; y ya, los dolores del parto se oyen muy frecuentes y por lo tanto el parto, el alumbramiento, no puede tardar. Ahí acabarán las contiendas, las discrepancias y los errores con los contendientes, discrepantes y los errados: y sin embargo, el hombre quedará, pero sin Dioses, sin Religiones, sin parásitos y con la sabiduría.


¿Qué dirán las ciencias, hoy hechas Dioses, siendo sólo humildes servidoras de la sabiduría y no reinas, sino esclavas del arte?


Las ciencias dirán: Los hombres nos encaminaron mal y les negamos los secretos, porque no podíamos (por orden de la naturaleza desobedecer los mandatos de la madre Sabiduría) entregar nuestros tesoros de vida, para muerte de los hombres y acusarán a los detractores.


Las Religiones y los Dioses, no dirán nada porque no existirán: y los materialistas, no podrán menos de reconocer, que Moisés, los condenó a estudiar y los condenaron los que vinieron mandados por Moisés, aunque éste obedeciera a otro mayor. ¿O creéis que no hay gobierno en el Universo?... Sí, todos los que han venido a la tierra con principios morales y hasta materialistas, aunque sean éstos Jesús y Darwin, sólo pudieron venir, mandados por Moisés: y hasta los anarquistas que lo ridiculizan, pero no lo niegan, porque tiene historia.


Ridiculícenlo, niéguenlo si les place; a pesar de todo, lo obedecen todos menos los católicos, porque éstos, lo desfiguran y lo mistifican y, esto, tiene algo más de escándalo, que el negarlo.


Sí, todos los hombres que cita C. Montemayor y él mismo, que tan despiadadamente lo trata, lo cumplimentan con sus hechos y no lo cumplimentan las Religiones y sus hombres, porque lo han vendido por dinero como a todos los hombres que ellos mismos mataron porque hicieron las ciencias o libertaron sus pensamientos, teniendo por única culpa para ser perseguido, el valor de atacar el error religioso. Toda la pléyade de santos benditos, no ha debido bastarle para su defensa; pues, cuando quiso el pontífice ser infalible, le falló todo: perdió la estabilidad, rugió el trono pontificio y escupió el Dragón todo su veneno en el Syllabus, pero el espíritu de libertad y progreso, tomó ese veneno como medicina arsenical y fortaleció su organismo, arrancándose y tirando la mordaza secular que lo asfixiaba; pero ved bien, que no ha sido antes de los 36 siglos, señalados que Moisés sabía; ni sin cumplirse los dos milenarios señalados también a la "bestia y al Dragón que se sienta en ella".

12


Sin esa mordaza, la Astronomía, habría sentado axiomas que aún hoy teme presentarlos como hipótesis: de este punto, no quiero decir más porque los hombres todos, no conocen esta ciencia: y, los que la cultivan, tienen mil prejuicios o son clérigos, que se han hecho astrónomos para detener el progreso de esa ciencia, que puede echar por tierra todos los absurdos Religiosos.


13


La física camina a paso de tortuga, porque sus hombres no conocen o no quieren reconocer la única fuerza: el espíritu ordenador de la creación. Pero esto es progreso.


"La creación sigue y no se acaba", dice el testamento secreto de Abraham y negando o afirmando, en todos los momentos las fuerzas físicas, dimanan únicamente de la... "Nada"... que lo es todo: el Éter.


14


La química con la medicina, negando el espíritu del hombre como el todo de la inteligencia y de la vida animal; y confirmando que todo el plasma humano no difiere del de los demás animales, no hace más que afirmar a Moisés, en la composición del Arca famosa de Noé; pero además "Sólo una substancia existe".

15


¡La Anatomía!... ¿Qué hago? ¿Echaré un velo sobre ella? ¿Descubriré sus errores sistemáticos?... Mejor es callar y que los mismos cuerpos trinchados se encarguen de su defensa y ya veréis que se encargarán, porque "todo ha de tener su recompensa".


Pero no debo silenciar, que causa pena tantos gastos, tanta terminología para querer ser... animales... y todo por envolver la verdad y... ¿qué hacen menos que los católicos? Es cierto que casi todos los anatomistas lo son o lo han sido y gravita en ellos el prejuicio y sobre todo el error de la historia mistificada que la religión hizo a su conveniencia y es la que generalmente ha servido de base al estudio, hasta ahora, que se van dando cuenta de la mentira que les impusieron; y al encontrarse frente al error, con la verdad científica, aunque embrionaria, pero que a pesar de todo los conduce al espíritu, sufren una terrible contracción y la mayor parte de los hombres caen en el escepticismo, sin poder llegar al ateísmo, porque éste no existió, ni existir puede, porque el amor existe en todos y en todo y no se extinguirá jamás.


Pues bien, cuando la anatomía con la química, la física y la medicina estén libres de prejuicio religioso y no sean dogmáticos y dogmatizados, han de encontrar el por qué Moisés dijera que "El hombre fue plasmado de barro"; pero lo dice, refiriéndose al cataclismo que la tierra hizo para engendrar al hombre, que toda la tierra se hizo barro. ¿Cómo podía Moisés, hablar de morfología entonces? ¿Acaso hoy el 90% de los habitantes del globo, saben ni han oído la palabra "morfología"? No se pidan peras al olmo, ni juzguemos por las apariencias. Pero sí hay descomunales herejías en la Biblia, es decir, en el llamado antiguo testamento, pero son esas herejías, hechas por los vanos o maliciosos intérpretes y traductores y ya dije que, aún antes de morir Moisés, los sacerdotes habían falsificado los principios que el legislador diera y sabéis que Moisés, no quiso firmar las leyes que le presentaron los levitas.


16


Sobre la paleontología, no he de decir aquí nada. Ya dejo atrás dicho lo que se debe decir. Cerca de 45 millones de siglos Hebraicos, compuestos de 12 meses lunares o sea de 28 días (en números redondos) son un poquito más que el millón de años que Dubois le asigna al "Pitecantropus erectus": de modo que este animalito tan... moderno, no podía ser... vuestro origen (porque yo no quiero tener tal paternidad aunque me la regalen en Latín...)

17


La Embriología.


Creo: y no será fácil que se desmienta que la Embriología emana como ciencia de la "Teosofía", al menos en su principio Filogénico, y si es así (porque no puede menos de ser así), tendremos que la Embriología y lo Filogenia, son hijas del Teosofismo y por lo tanto, sistemáticas como su madre, sin que ésta ni aquéllas sean capaces de sentar axiomas.

Llena de gozo sin embargo, ver como se debaten todas esas ciencias y doctrinas escudriñando con la mayor razón posible, lo que más interesa "en verdad de verdad" al hombre, que es conocer su nacimiento como tal, porque es esto lo que únicamente puede hacer que el hombre "se conozca a sí mismo" y este será el primer grado de sabiduría.

En este grado, el hombre, no necesita discurrir si el Creador existe, porque lo habrá visto en sí mismo y verá con asombro, que el creador, (que no es Dios sino Padre: Dios es Ídolo infame) verá con asombro, repito, que el creador está dentro del hombre y no se escandalizó de que su hijo lo negara. (Sabe que los niños serán hombres, pero que mientras son niños, viven de las ilusiones.)

Es cierto las evoluciones de todo ser; pero esas evoluciones tienen su trabajo evolucionista, antes de que se produzca una especie; y nacida ésta, se transforma y transmite eternamente ascendiendo cada vez a mayor belleza, a mayor perfección, sin que pueda jamás llegar a la perfección, absoluta (salvo que le señaléis un límite al progreso), lo que desmentiría todo lo que a nuestra vista se ofrece.

¿Se fija la embriología en que los espermatozoides en general presentan la forma de un pez? ¿Y por qué no la de un renacuajo? Y además, ¿en qué forma debería presentarse, ya que debe "nadar" en el líquido? "Todo es del color del cristal con que se mira" y también "las apariencias engañan".


Todas las especies aparecen sólo como tales, después de haber pasado por todas las evoluciones necesarias; pero una vez que aparece como especie, ésta se reproduce en sí misma por su semilla y sin más evoluciones que las propias del progreso y la belleza, pero con los mismos órganos y sistemas que cuando únicamente apareció por primera vez como especie.


El caballo nació caballo y el mono nació mono y mono sigue. Y el hombre apareció siendo hombre y hombre es y hombre será. ¿Su aparición? Pronto se dirá y lo dirá Moisés, por que es su deber: lo dirá cuando los hombres lo puedan digerir y está muy cerca: cuando los cañones no sean la razón de la existencia; porque entonces, las religiones, no tendrán ese apoyo para escupir su venenosa baba de muerte.

18

César Montemayor, puede ser impugnado pero no negado en 98 puntos, de 100 que fijó para este juicio.


Es verdad que los dos puntos que quedan, (los que él niega) son la llave de la sabiduría, pero estoy seguro que no los ganarán los católicos, aunque descubrieran el "Secreto del Dogma", porque entonces se confesarían "prevaricadores".


No motejo, sí critico; y sobre todo no calumnio. Sé que cada hombre es un grado del progreso universal y sus errores no son suyos propiamente dicho, sino de la educación recibida, y por lo tanto, de la causa imperante de toda educación.


Pero, como final de esta primera etapa de mi juicio, debo dejar sentado que, el mundo en general y el universo solidarizado estuvo, está y estará con Moisés: y esa misma solidaridad de la que forma parte C. Montemayor, acoge en su justo valor a Darwin; pero no le quepa la sombra de duda, que, en toda justicia, el mayor es el primero; pero entienda también, que el ser primero, asume en sí todo lo de todos, sin lo cual no puede ser mayor ni primero.

Darwin: no puede ponerse en liza de comparación con Moisés, y sólo todas las ciencias y las artes y todo el progreso que la tierra tiene y el que tendrá, tienen comparación con Moisés, y esta afirmación no la desmentirá todo el progreso, ni el mismo Creador.

Una cosa me ha extrañado mucho en su exposición, y es que, entre los tantos... sabios… que cita, no se encuentra el más sabio de los materialistas, Schopenhauer. ¿Es acaso porque, aquél tiene la pierna levantada para dar el paso más grandioso para salvar el abismo que hay entre la materia y el espíritu, entre la luz y las tinieblas? Acaso por esto pierde dos puntos... que los ha de ganar en el tiempo, quiera que no, porque el progreso lo quiere, y César Montemayor no rechaza el progreso.


De todos modos, aunque perdiera todos los puntos, los hombres le han de agradecer, por que su exposición dió motivo a este Primer Rayo de Luz.

[1] Las raras excepciones, aunque existieran no hacen más que confirmar la regla. [2] Ese libro es Los extremos se tocan, que recién ahora lo hemos impreso.


Libro: El primer rayo de luz

Autor: Joaquín Trincado


 
 
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