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Joaquín Trincado

2ª Exposición de C. Montemayor (7)

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 24 nov 2023
  • 33 Min. de lectura

Actualizado: 4 dic 2023


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CONTROVERSIA CON LOS CATÓLICOS


¿Con Moisés o con Darwin?


"Diremos, con los Evangelios, que las cuestiones cristianas, las verdades reveladas “nada tienen que ver ni con la razón, ni con la ciencia, ni con la filosofía, ni con el buen “sentido”, se presentan ellas bajo la forma protestante o católica. Diremos que la vida “religiosa echa sus raíces -por no decir sus frutos- fuera del terreno de la inteligencia “pura”. Diremos que la Encarnación, la Redención, la Gracia, no pueden mejor “justificarse ante el buen sentido, la filosofía y la ciencia, por poco que medien la “reflexión y la sinceridad, la transubstanciación o la Predestinación. No son solamente los dogmas del catolicismo o las doctrinas de la Reforma que por sus contradicciones chocan con el buen sentido, “sino el cristianismo mismo". (P. Larroque. -Examen critique de la Religión Chétienne).


Hay una ciencia que sólo tiene por objeto cosas incomprensibles. Al revés de todas las “otras”, ella no se ocupa sino de lo que no puede caer bajo los sentidos. Hobbes la llama “el reinado de las tinieblas”'. Es un país en que todo sigue leyes opuestas a las que los hombres están en aptitud de conocer en el mundo que habitan. En esta región maravillosa la luz no es más que tinieblas; la evidencia se hace dudosa o falsa; la “razón es una guía infiel y el buen sentido se cambian en delirio. Esta ciencia se llama “teología, y esta teología es un insulto a la razón humana". (El buen sentido del cura Meslier.)


Nosotros no hemos demostrado nada. Nada hemos destruido ni creado. Las campanas de San Pedro continúan haciendo sentir en los cielos sus sonidos de muerte ¿y la ciencia? Es una "opinión nuestra". ¿Sus cultores?... Frailes y sacristanes. ¿Conclusión? El abismo insondable entre religión y ciencia... no existe.

Tal, en su complejo, la misericordiosa homilía de nuestro adversario. Para él, la Iglesia y la ciencia marchan en conmovedor acuerdo. Darwin puede dar la mano a Moisés, Haeckel, al papa Benedicto y Ameghino... al reverendo Blanco. Los extremos se tocan. Los polos, en prodigioso movimiento convergente, se unen al Ecuador; el mundo antiguo, junto al moderno, en el seno de la santa madre Iglesia. Al lado de las imágenes paganas alineadas en el calendario cristiano figuran los nuevos elegidos por la Iglesia: Thompson, Roberto Mayer, Clausius, Lord Kelvin, Lavoisier, Cuvier y tantos otros. Pregonad, ahora, que la propiedad es una cosa inviolable y sagrada y que el robo es un delito! Yendo a este paso, debe esperarse que la Iglesia no tardará en beatificar a Proudhon y construir un nicho también para aquel gran "extraviado" de Sebastián Faure que escribió sobre "Los delitos de Dios".


El expediente es muy cómodo, pero ineficaz. La cuestión que se debate no es la de saber cuáles fueron las creencias particulares de Fulano o de Zutano y si Confucio, Volta o Lutero creyeron en un Dios: sino la de establecer si "entre la religión y la ciencia existe o no un insondable abismo"; y ya que el debate es sostenido por los católicos, se comprende que la religión que se ha de discutir no puede ser aquella de Buda o de Brahma, que la Iglesia romana condena, ni la concepción neo-panteísta de Flammarion o de Haeckel que el catolicismo rechaza, o la simple creencia en la "fuerza vital" de Bichat y de Cuvier” (que todo dieron al progreso de la ciencia y nada en apoyo de la Iglesia), pero sí, únicamente la religión católica, apostólica-romana. Y, como por religión[1] se entiende no, como afirma el adversario, la sola creencia en Dios (en este caso las religiones paganas y las diversas sectas del cristianismo se confundirían todas en una sola), sino "todo el conjunto de creencias y de los dogmas" que constituyen los elementos fundamentales del catolicismo, que las otras religiones y las más diversas filosofías no aceptan, resulta evidente que, versando la polémica sobre la religión católica en el conjunto de sus dogmas y de sus creencias, no es leal ni honesto citar en su auxilio, como el contrincante ha hecho, nombres de filósofos y de sabios (materialistas los unos, panteístas o espiritualistas los otros), que aquellas creencias rechazan en bloque, así como no sería honesto ni leal conferir la patente de anarquistas a todos los santos que condenaron la propiedad individual como fuente de todo delito o que calificaron la Iglesia de "verdadera caverna de falsarios, de ladrones o de bandidos".

Menos, pues, honesto y leal es cuando no se exponen sus opiniones y no se citan textos.


Ahora, las creencias y los dogmas de la religión católica, fundados sobre la revelación de la Santa Escritura, divulgados y defendidos durante veinte siglos por la Iglesia, son -como demostraremos oportunamente- los siguientes:


1° Existencia de Dios, anterior a todas las cosas, Increado y Eterno.

2° Creación de la Tierra, de los animales, de las plantas, del Sol y de las estrellas para adornar la Tierra.

3° Formación del hombre con barro.

4° El misterio de la Trinidad.

5° El de la Encarnación.

6° La virginidad de María antes y después del parto.

7° La resurrección.

8° La inmortalidad del alma y el libre albedrío.

9° Paraíso e infierno y una infinidad de creencias secundarias que forman el admirable contorno de este cuadro principal.

Veamos, ahora, si las ciencias naturales, las ciencias físicas y químicas, las ciencias orgánicas e inorgánicas de la vida apoyan o destruyen este maravilloso edificio de la religión católica-apostólica-romana.

La astronomía, la geología, la química, la física, rechazan completamente la idea de Dios, de la creación, de una fuerza sobrenatural y consciente obrando sobre el cosmos, de un principio y de un fin del Universo. Establecen, además, las férreas leyes de la gravitación universal, de la eternidad y transformación constante de la materia, de la consubstancialidad de la materia con la fuerza, el infinito del espacio, del tiempo y de la vida. También era esta la opinión de los más grandes filósofos de la antigüedad:

● Empédocles, Demócrito, Heráclito, Anaximandro y Anaxímenes. Nada se crea ni nada se destruye, así la ley de la naturaleza.

● "Nada nace, nada muere", (Anaxágoras).

● "Ex nihilo nimil, in nihilum nil possa reverti[2] (Lucrecio);

● "La naturaleza de este inmenso animal que se llama el mundo, es ser eterno", (Platón).

● "Ninguna fuerza puede nacer de la nada", (Liebig).

● "Nada en el mundo nos autoriza a suponer la existencia de fuerzas en sí y por sí mismas sin cuerpo de que emanen y sobre el cual obren", (Cotta).

● "La materia no es un vehículo al que se enganchan o desenganchan fuerzas a guisa de caballos”. “Un átomo de hierro es y sigue siendo lo mismo ya sea que recorra el universo en un aerolito, ya que resuene en la vía férrea, o ya que vibre, como glóbulo sanguíneo en las sienes de un poeta", (Du Bois Reymond).

● “La fuerza no es un Dios que da impulso; no es un ser separado de la substancia material de las cosas. “Es propiedad inseparable de la materia que va unida a ella toda la eternidad", (Moleschott).

● "La materia no puede ser creada ni anonadada", (Vogt).

● "La materia es eterna y sólo cambia de forma", (Rossmassler).

● "Nada se pierde, nada se crea", (Lavoisier).

● "Nada se crea, todo nace de algo que preexiste. Nada se aniquila, todo se convierte en otras combinaciones", (Littré).

● "La transformación de algo en nada es tan inconcebible para nuestra inteligencia como la creación de algo sacado de la nada", (Gustave Le Bon).

●"La ley de la transformación de la fuerza excluye rigurosamente la creación y el aniquilamiento... La fuerza en circulación permanece precisamente idéntica", (John Tyndall, "El Calor").

● "La equivalencia de las fuerzas es la ley más atea de todas las leyes físicas", (Beraud).

● “Estudio sobre la idea de Dios", "La ciencia de la naturaleza es esencialmente irreligiosa", (Ern. Havet).


Aún no es suficiente. Es necesario hacer hablar todavía a las ciencias, y demostrar que no son "opiniones", ni devaneos como los de los teólogos.


● "Dios es igual a la nada; ni aquí ni allá lo encuentras; y, cuando más quieres atraparlo, más se te escapa", (Silesio).

● "Dios es una hipótesis de la que no he tenido necesidad para resolver mis problemas de "mecánica celeste", (Laplace, contestando a Napoleón).

●"Por todas partes he explorado el cielo, y en ninguna he encontrado rastro de Dios", (Lalande).

●"Los cielos no relatan la gloria de Dios, cuentan solamente la gloria de Newton y de Laplace", (August Comte).

● "Lo que debe excusar a Dios, es que no existe", (Enrique Bayle "Stendal").


Ni basta todavía. Para nuestro ameno adversario, la ciencia nada ha probado; nada ha destruido. Es realmente inconformable. ¿Será, acaso, necesario que el Universo todo se precipite para que se resuelva a admitir que... algo ha caído? Sigamos adelante.


Cristóbal Colón, descubriendo América, nos hace saber que hay otra parte del mundo que no figura en la Sagrada Escritura y que hasta del buen Dios, inspirador de Moisés, le era desconocida. Pero, esto... no indica nada. ¡Benditos teólogos!


Copérnico y Galileo, descubriendo el movimiento de la Tierra alrededor del Sol, destruyen, al mismo tiempo que la fábula de Josué, la cosmogonía de la Iglesia que nos presentaba la Tierra como inamovible y colocada sobre cuatro columnas. También esto... no prueba nada. ¡Benditos metafísicos!


Newton con sus diabólicas leyes de la gravitación universal; Laplace, con su mecánica celeste; Lalande con sus profundas investigaciones en las regiones interminables de los cielos, demuestran cuán ridícula es la concepción geocéntrica de la tierra frente al cuadro maravilloso e imponente del Universo. ¿Y qué?... Prueba aún menos. ¡Benditos sean, entonces, Santo Tomás de Aquino y Tolomeo!


Lavoisier (1789) funda la "ley de la conservación de la materia"; Roberto Mayer (1842)m "la ley de la conservación de la fuerza". Estas dos leyes establecen que la masa cósmica que invade el espacio infinito, bajo su doble aspecto de materia y de fuerza, es constante y eterna, no se destruye ni crea, y vuelcan totalmente el castillo bíblico de la creación milagrosa del mundo. Y también esto es... una "paparruchada". ¡Benditos frailes y sacristanes!


Carlos Liel, Burmeister, Bischof y con ellos toda la larga cadena de geólogos, demuestran que la Tierra existe desde millones de años... y no se confundan con los 6,000 años de bíblica memoria. Y también esto... nada prueba. ¡Benditas todas las luminarias de la Iglesia!.


Estos mismos sabios y biólogos en general nos enseñan que las minas de carbón fósil representan los míseros restos de los inmensos bosques sepultados desde millones de años por las revoluciones geológicas, y que, por consecuencia, la vida vegetal existía sobre la tierra mucho tiempo antes que al Padre Eterno se le antojara crearlos. Pero... ¡haced comprender esto a los católicos!.


Goethe, con su teoría del transformismo. Lamarck con la de la descendencia, Darwin con la otra complementativa de la selección natural, -teorías ya generalmente aceptadas como indiscutibles realidades por todos los anatomistas y fisiólogos- han demostrado que el hombre y todos los animales superiores derivan de formas inferiores de vida y representan apenas los anillos de conjunción en la inconmensurable cadena de los seres organizados, o, si se quiere, la rama más elevada del árbol zoológico, lo que quita todo valor a la famosa historia de Adán y de Eva, creados a golpes de varita mágica. Pero... ¡probad convencer a un jesuita!.


Rutot, Hamy, Quatrefages, Ameghino, Sergi, Cocchi, Keith, Osborn, Depéret -los paleontólogos todos- confirman plenamente las deducciones de los anatomistas, reconstruyendo con restos fósiles de los Primates, exhumados de los terrenos de formación miocénica y pliocénica los progenitores del hombre -que vivían cerca de un millón de años atrás- y con los desenterrados de capas de más antiguas formas ancestrales de muchas especies actualmente vivientes. ¿No demuestra todo esto que la leyenda bíblica de la creación del hombre en el año de gracia de 4,000 antes de Poncio y Barrabás es el más atroz insulto al buen sentido y a la razón? Pero... ¡probad a introducirla en el cráneo de un fraile cualquiera!.


Fr. Wolf, Oken, Meckel, Husley, Koelliker, Kowalewsky, fundadores de la embriología, aseguran que el embrión humano se forma por un proceso idéntico al de todos los vertebrados: que hasta un cierto estado de su desarrollo no se diferencia de aquel del mono, del carnero o del perro, y que, en sus diversas fases evolutivas, reasume -inmensamente aceleradas y abreviadas- las grandes transformaciones paleontológicas de los tiempos. Los embriólogos modernos se han plegado todos a la evidencia de los hechos que demuestran cómo la criatura humana atestigua, desde el vientre materno, su origen modesto y remoto... nada divino. Pero... ¡Id a iluminar con estos argumentos el cerebro de un tonsurado! Os dirá que ha visto... el diablo.


"Cualquiera sea -dice Husley- el sistema de órganos que examinamos, la comparación de las modificaciones que ha sufrido a través de la serie simiesca, nos conducirá siempre a esta misma conclusión: Que las diferencias anatómicas que separan al hombre del gorila y del chimpancé no son tan grandes como las que distinguen al gorila del resto de los monos".


¿Habrá aún necesidad de otras pruebas para demostrar las estrechas relaciones que ligan al hombre con todo el resto de la naturaleza y sin ningún parentesco con Dios? ¿Necesitará recurrir, por ventura a la inmensa producción científica del siglo XIX, a los geniales estudios de Lombroso y Morselli, a la soberbia obra de Dastre "La vie et la mort", al gran compendio de historia natural que es Universo y Humanidad", a las poderosas obras de Flammarion para demostrar cómo toda la ciencia rechaza con noble desdén la religión y cuán profundo es el abismo que las separan?


Pensamos que no, y tanto más lo pensamos cuanto que nuestro mismo adversario nos precede y nos ayuda en la fácil demostración. Escuchemos:


"Lo que ocurre con todo esto es que "la Ciencia", con mucho menos personería jurídica que "la Religión", es una sociedad "anónima", y sobre todo, "limitada". Sus accionistas son solidarios en las ganancias (éxitos), pero no en las pérdidas (fracasos). En ellas los errores se entierran con los individuos: en la Religión, en cambio, todo desliz se imputa "in solidum" al conjunto, y todo éxito obtenido en su nombre es una usurpación".


La imprudencia de la clara distinción y del buen marcado antagonismo entre la ciencia y la religión no disimula en contra de la primera toda la hiel, todo el odio del fraile. La ciencia es una "sociedad anónima... cuyos accionistas son solidarios en las ganancias y no en las pérdidas". Muy bien. ¡Merci!" También el diablo, como se ve, nos ayuda.


Sigamos adelante. El señor Podestá me pregunta "si yo creo de veras en la mentada auto-disolución del cristianismo, y, en caso afirmativo, para qué pierdo tiempo en combatir lo que por sí mismo se disuelve".


Contesto: amigo, para acelerarla. Como se combate la peste bubónica, la fiebre amarilla, el cólera y todas las otras epidemias, que también se disuelven por sí mismas, es un deber combatir también a la religión, cuando se considera, como yo la considero, una epidemia mil veces pero. Pero, hay algo mejor: "Si Copérnico, Colón y Galileo, protegidos por frailes y por reyes católicos... (en la forma que todos conocemos[3] volcaron el sistema fantástico de Tolomeo), ¿Qué mejor prueba es a favor de la existencia de un abismo insondable entre la religión y la ciencia?" Una cosa sola: que el sistema de Tolomeo, muy acariciado por la Iglesia, se fue al diablo, y con él, sus siete cielos cristalinos con todas sus legiones de ángeles y de santos amontonados, para permitir a los poderosos telescopios de la ciencia explotar libremente el inmenso cielo estrellado y descubrir el movimiento infinito y eterno de la vida.


Y cuando yo afirmo que los hombres de ciencia barrieron de su dominio la concepción geocéntrica del Universo, Podestá vuelve al asalto y objeta: ¡Qué tiene que hacer la fé con los errores científicos de una época?" ¿Errores científicos? Pero, ¿no comprende el señor Podestá que la concepción, geocéntrica es hija de la ignorancia y no de la razón, de la fe y no de la ciencia, un puro dogma de la Iglesia, y que este dogma tiene sus raíces en la Sagrada Escritura en la que se afirma que Dios lo creó todo para ¿"adornar la Tierra"? Pues, entonces, ¿no lee dicho señor la Biblia? ¿O es que sus sacerdotes se la explican... al revés?


Pero, dejemos hablar a Podestá:


"Nada afirma la Biblia en contra de ninguna de las hipótesis que puedan avanzar sobre la antigüedad de la aparición de la vida sobre la Tierra, ni sobre la antigüedad de la existencia de la materia inorgánica. ¿Cómo así? Sencillamente, porque los "días" del Génesis no son días de "veinticuatro horas" sino "períodos". Así ha sido interpretado de antiguo, por los padres de la Iglesia, entre ellos, por San Agustín. Tal es, por otra parte, la amplitud del significado de la palabra "yom" (día) en hebreo".


¿Y dónde ha leído el señor Podestá que los seis días bíblicos no son de veinticuatro horas cada uno, sino "períodos indefinidos de tiempo?" Si no he perdido la cabeza, la Biblia especifica que cada uno de ellos se dividía en "día" y "noche", y que por lo tanto no podían representar períodos geológicos que sólo existen en la fantasía de mi contrincante.


Escuchemos ahora lo demás. Esta nos llega del otro mundo: "El hombre cuaternario -él dice- es un dogma bíblico: el terciario es un retortero de la ciencia demoledora": ¿Quién era, pues, este misterioso "hombre cuaternario" dogmatizado por la Biblia? ¿Habrá sido, acaso, el famoso Enoc que voló al cielo, o el que encontró Noé sobre los montes del Himalaya? Y, ante todo: ¿Qué entiende el señor Podestá por "hombre cuaternario"? Haga el favor de exhibirlo, y nosotros haremos con él, un precioso presente al padre Blanco para que reflexione algo mejor sobre las extinguidas faunas prehistóricas y sobre el Tetraprothomo de Ameghino.


Y no es esto todo. El buen Podestá -que Dios lo tenga en su gloria- me da una lección sobre Darwin y sobre Moisés. Me dice que ellos no representan los polos de la discusión, como si no hubiese sido Moisés quien, según los católicos, anunció al mundo las paparruchadas reveladas... por Dios, y Darwin el glorioso fundador de la ciencia evolucionista. "Ni es Darwin -agrega- el más acreditado de los transformistas"... Y yo también lo creo, si por "transformistas"... débese entender una monja hecha Papa o un obispo hecho monja.

Afirma, después, que la concepción heliocéntrica nació en la Iglesia, lo que es completamente falso. Ella fue de origen pagano, en Grecia, en Roma, en Egipto, en las Indias, en donde se adoraba el "padre celeste", el Sol, señor de Universo, "aquel que brilla". La Iglesia, apagadas las luces de la razón, quiso apagar también la gran concepción heliolatra de los antiguos para hacer de la Tierra el centro y el fin de la creación.


Agrega: "Moisés no escribió un tratado de astronomía, sino un libro sagrado". ¡No faltaría más! que hubiera escrito Moisés un tratado de astronomía, con la misma mentalidad burlona con que escribió aquel monumento de necedades que es la Biblia. Sin duda, nos hubiera hecho asistir al espectáculo terriblemente trágico y majestuoso de la más espantosa revolución interplanetaria. Las nebulosas habrían danzado alrededor de los soles, los soles alrededor de los planetas, los planetas alrededor de las lamparillas eléctricas. ¡Un tango criollo de lo más arrabalera"... Garantizo que Josué se hubiera visto en el más serio de los apuros, cuando, en lugar del Febo, habría podido agarrar por una oreja a su hija menos, la simpática Diana.


Vuelva, ahora a la carga el ínclito contradictor. Pero, por amor del cielo.


"Scherzi coi fanti E lasci stare i santi"


Por lo menos aquellos que son Gloria de la ciencia estarían en la Iglesia... como diablos en agua bendita.


CÉSAR MONTEMAYOR.

Mis Observaciones


1


Yo no tomo los Evangelios porque al llamado (Concilio de Constantinopla o el que dirigió (al parecer), Constantino el asesino de su suegro, y, hago estas salvedades para que no se agarren a un pelo), al llamado, digo, que se hizo a las Religiones para engañarlas a que dieran sus Ritos y Teologías, se presentaron un número fabuloso de ejemplares de Evangelios y escogieron los cuatro que insertan en el nuevo Testamento, que no hay Dios que diga de quién es ese testamento.


Por eso lo que diga P. Larroque "con los Evangelios", no es admitido a juicio.


2


Juan Meslier, es un desesperado. Y aunque tenga el valor de su "religión natural", siendo religión no la admito a juicio; cualquiera que no sea cura, sabe que, la teología de las Religiones, es la noche, cuando mata la razón por el dogmatismo; no lo admito a juicio, porque murió siendo cura; le gustó la sotana para comer de ella... Y no fue mártir de sus camaradas; luego en vida, fue cobarde e hipócrita. "Res non verba".


3


Aún no habéis demostrado nada, pero estáis en camino de demostrar, todo lo que las ciencias materialistas son capaces de demostrar con un solo polo y no es poco.


Cuando las campanas de San Pedro, no canten más la negación de Pedro a su Maestro Jesús, las ciencias, por razón de necesidad, tomarán el polo positivo espíritu, que es fuerza, potencia, luz y sabiduría; entonces demostrarán las ciencias lo que en sabiduría guarda el espíritu en secreto, para que no lo tergiversen los frailes de hábito y levita.


4


Sí, todos se han de dar la mano; esa es la ley. Mas no el error y la verdad, ni la ignorancia y la sabiduría, la Religión y la Ciencia, como no lograréis hermanar las tinieblas y la Luz; pero han de acabar los errados, los ignorantes, los Religiosos y la oscuridad de las conciencias.


Esta es la misión del Espiritismo Luz, pero entender, que el Espiritualismo, es lo contrario del Espiritismo, como el Anticristo es contra Cristo, más ya sabéis que Jesús no es Cristo.


¿Queréis ver la prueba de que todo el progreso es del Espiritismo? Mucho dije en mis consideraciones en la anterior exposición de C. Montemayor y aquí sólo digo: Catalogar los inventos y descubrimientos y el adelanto de lo conocido hasta mediados del siglo pasado y veréis que, en 70 años, hay más progreso y nuevas ciencias que en todos los siglos anteriores. ¿Por qué? porque se habían cumplido los 36 siglos hebraicos marcados a la Ley escrita. "Y de este siglo mis hijos serán de Luz, porque verán la Luz de su Padre que les darán mis Espíritus". ¿No es cierto que los Espíritus hablan, y se hacen oír y sentir intensamente en todo este tiempo de 70 años atrás?... Pues investigar y no negar nada hasta que podáis matar un error con una verdad.


He dejado dicho también, que Moisés, prohibió el uso de las evocaciones por el mal uso que hacían, pero que él instituyó su Kábala, en la que entrarían sólo sabios y ancianos y allí se seguía recibiendo a los espíritus de Luz y se ha seguido siempre y nadie puede negar la inspiración y aún más, es reconocida hasta por las mismas ciencias, la llamada "ciencia infusa" o nativa con el individuo. ¿Pero creéis que los mismos espíritus "negros de hollín" como llamó Abraham a los mistificadores y detractores, no han seguido comunicándose en las reuniones y concilios Religiosos de donde viene la palabra "Conciliábulo"?

La libertad dada al espíritu es absoluta y nada lo obliga al bien ni al mal; es sólo su aberración, su ceguera y su concupiscencia lo que lo arrastra y equivoca y su discernimiento, su Luz y su Sabiduría, lo que lo regenera y lo lleva al amor del hermano y esto, sólo se puede conseguir por el cumplimiento de la Ley del trabajo, fundamento único del Progreso.

¿Creéis que todos los obreros son trabajadores? Aquí es donde debéis estudiar muy profundo y descubriréis, que muchos de los obreros son sólo en apariencia, pero han venido entre los obreros para desprestigiar a los verdaderos trabajadores y esos, no los veréis solidarizarse en las justas peticiones a los huelguistas y son causa de que la razón y la justicia no triunfe sino a medias.


Otros de esos fingidos obreros, son los que fomentan la corrupción entre la mujer y la conducen al prostíbulo y viven de ella; son falsificadores, matones, terroristas y no busquéis en éstos, callos en sus manos ya que a lo más, los veréis vivir de la empleomanía, pero todos serán triviales, ignorantes, imbéciles y marrulleros; son los que afrentan al pueblo, son el populacho y los veréis siempre cargados de recomendaciones de frailes, curas y parásitos y en fin, son los alcahuetes que llevan el soplo cuando tratan e idean, los verdaderos obreros de mejorar las situaciones. Ya acaba esa plaga degenerada y acaba gracias a la Luz del Espiritismo. La Iglesia Católica lo sabe, por lo cual prohibe a los católicos en todos los tiempos (y lo ha rememorado hace unos días el actual Pontífice), acudir a los sitios donde se evocan los espíritus y esto deben tenerlo muy en cuenta los anticatólicos, los anticristianos, los antirreligiosos, que deben ser todos los hombres de ideas y de ciencia y también los mismos católicos, cristianos y religiosos, porque ¿con qué causa se les prohibe asistir a esas reuniones? Algo habrá que temer para la apócrifa religión y lo que hay que temer es, que saben que los espíritus hablan y descubren la causa del mal mundial; esa es la causa, pero ya es tarde; todo está descubierto, no pueden ser más sabios un San Agustín que Miguel Servet, ni un Santo Tomás de Aquino que Pirro, etc., y mil millones de etcéteras y dispensad esta nueva digresión, pero debe sentar fundamentos de juicio para mi sentencia.

Si Faure escribió "Los delitos de Dios", sabed que se ciñó al Dios conocido según el cristianismo y catolicismo, pues no pudo ceñirse al Creador, que los hombres no han de recibir su nombre universal hasta después que no exista ninguna religión, pero se les adelantó el nombre del Padre y éste no es el Dios asqueroso de ninguna religión.


Son estos puntos donde necesariamente han de flaquear los anarquistas y todos los hombres de las ciencias, porque están escépticos de no encontrar la justicia y la verdad en ninguna parte porque todo ha sido mistificado y adulterado por los sacerdotes; pero ya hemos llegado a "Y de este siglo mis hijos serán de Luz, porque verán la Luz de su Padre que le darán mis Espíritus". Yo cumplo mi deber dando este "Primer rayo de Luz".


Desde luego que no hace al caso de la controversia la acumulación de cosas heterogéneas que se aducen por una y otra parte. ¿Pero creen los controversistas que son los dos solos los promotores y sostenedores de estas justas? ¿Creéis también que sólo sostienen la guerra los que están con las armas en los frentes de batalla? ¿Y las llamadas fuerzas ocultas, qué son? No, no son solos. Toman parte en los dos bandos los Espíritus, porque es su deber. En el bando religioso, los fanáticos, los detractores, los atentadores del progreso, los esclavizadores de la humanidad. En el bando de los libres, los de las ciencias, los de la libertad, justicia, sabiduría y amor; ¿Quién vencerá? La mentira unida a la fuerza bruta vence temporalmente; pero es vencida perdurablemente por la verdad y el amor y cuando establece su reinado, no es jamás destruido.


5


Yo preguntaría a los católicos, qué hicieron del Fraile José de Sánchez Tolomeo y qué del asado Lorenzo, fraile también y de cientos de ellos y me deberían explicar la causa de encerrar en las prisiones de la Inquisición a la Castellana Teresa. ¿Por qué si era tan mística y tan milagrosa fue encerrada y maltratada y por fin muere envenenada? ¿Por qué no se muestran sus manuscritos, y se verá que era "El Demonio vestido de monja"? Presenten sus originales con su letra y quedarán desmentidos y el mundo sabrá que ni una sola palabra de lo que le atribuyen escribió, pero que hubo de firmarlo aunque protestando, lo mismo que Galileo. Esos grandes espíritus mandados al sacrificio, no porque el sacrificio sea de la Ley, sino porque sería inevitable por su misión, vinieron a ser frailes y monjas para dos cosas necesarias a la Recta Justicia: poner un freno con su virtud a la concupiscencia y con su Luz, detener las tinieblas que amenazaban cubrir del todo las conciencias y palpar por sí mismos las injusticias, atropellos, cohechos y criminalidad del cristianismo y catolicismo, porque llegaba el día de la justicia y ésta, no se paga de apariencias ni aún de testigos fidedignos. Palpan por sí mismos los que han de ser tribunal; y no dudéis que, el Investigador también estaba en aquellos momentos citados de Teresa, hecho hombre y actuaba en el Vaticano; pero hombre de armas, que al subir el incomparable Borgia al trono Pontificio, salió para luchar contra él y lo capeó de lo lindo; pero aún después de envenenarse Rodrigo Borgia (Alejandro Sexto), padre y amante de su hija Lucrecia, asesino de su engañada mujer condesa de Valladolid y estuprador de su hija Valencia, aún después de muerto digo, Rodrigo Borgia, es alcanzado el capitán y condestable Juanucho de San Severino, por la soga de César Borgia y colgado, como los Orsinis y Vitellis, sin importar que Juanucho fuera el mismo espíritu de Shet, Jacob, Confucio, Moisés y Santiago Apóstol de España. ¿Véis para qué esos grandes espíritus, se entran en las filas religiosas? Para detener las furias de la concupiscencia, para no equivocarse en la justicia de la Ley que se les debía aplicar.


En este mismo tiempo nace la compañía de Jesús y no la creías casual, ni mal venida.


De los experimentos hechos por los grandes espíritus que en el siglo XV, encarnaron y se entraron en las filas Religiosas, el Investigador, dio cuenta a los supremos consejos del Padre y allí decretó, poner una solitaria en el cuerpo de la Iglesia Católica que le comiera la fuerza y la sangre a tan bruto monstruo y no debe quejarse el autor de su buen cumplimiento, pues el mundo sabe, que la compañía de Jesús, le ha consumido toda la sangre y la fuerza a la Iglesia y el Papa negro se impone y manda al Papa blanco, y que me dispense el capitán Loyola, de descubrir el secreto de la fundación de la que él sólo fue alma. El espíritu, era otro que no se dejó dogmatizar y… no digo más, porque es muy fuerte para el "Primer rayo de Luz".


Pero ver, que la compañía de Jesús, no es congregación religiosa, no es cristiana ni católica; es de Jesús que no es cristo y es un cisma, que se dejó dogmatizar, para mejor cumplir su fin. ¿De sus crímenes? ¿De su hipocresía? Esto no pertenece a sus fundadores, pero es efecto natural, de causa natural también, el dogma; y están justificados los medios, en el fin que persiguen. Paulo III fue buen profeta al recibir a Loyola y sus compañeros, entre los cuales estaba hecho jesuita el "Maestro de Maestros, Espíritu de verdad", que hubo de venir para castigar a la Iglesia del asesinato cobarde de su representante el capitán Juanucho y en presencia de la Constitución que le presentara, Paulo III exclamó: "Digitum Dei es Hic"; no se equivocó, porque sobre el papel estaban las digitales de su ministro Mayor, en el plano primero.


6


No son 20 siglos civiles; son hebraicos los de la Iglesia Católica; ni es suyo el siglo de los apóstoles, porque entonces habrían burlado a la Ley Suprema y a ésta no la burlan ni las religiones, ni los anarquistas, ni las ciencias materialistas. Y sin embargo, no coarta la libertad, pero... "La casa de mi padre tiene muchas moradas" y la ignorancia por mayoría fue Ley. Hoy que la ignorancia desaparece, la Ley es de las ciencias, de la sabiduría, de la razón, del espíritu, y así "Tantum ergo"... nada de latín, por lo tanto, la ignorancia, ceda su sitio a la sabiduría.


7


Escarbemos. Existencia de Dios, Ídolo, no: Creador, Padre, Eterno e Increado, sí. Creador de la vida, sí. Creador de la Tierra como de todos los otros mundos y cosas y los hombres, sus hijos los Espíritus. Ojo que ahí hay demasiada profundidad, pero no es insondable para el espíritu libre; formación del hombre de barro... todo es barro estando mojado, pero el Creador no es un alfarero, La Trinidad... cara... coles: sí, todo es trinidad... hasta los brutos; el misterio de la Encarnación ¿de quién? ¿del hijo de Dios? ¿y por qué encarnáis vosotros católicos que decís que también sois hijos de Dios? ¿En qué quedamos? Jesús no era "único hijo" o vosotros no sois hijos de Dios, o bien: Jesús y vosotros tenéis otro Dios que todo el universo; en cuyo caso, la Ley, es un juego sucio. Si la Ley del Universo es una, desmiente todo ese galimatías y tiene razón Meslier al decir, que en la teología, la Luz es tinieblas. Los anarquistas también tienen mejor Dios, pero yo mato a los dos. ¿La virginidad? Ya lo dije, la ciencia, su hijo, el progreso. ¿La inmortalidad? Todo se transforma, nada muere. ¿El libre albedrío? Dentro de la Ley. ¿Paraíso? Don Basilio. ¿Infierno, purgatorio, cielo, etcétera y etcéteras? La conciencia de cada uno según su odio e ignorancia o su amor y sabiduría.


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¿Otra lista de científicos? ¿para qué? la nada no existe; nada hay sobrenatural y la muerte no existe. Todo a todo se sirve y se es necesario; por esto, la comuna sólo puede ser el régimen perfecto aunque perfectible siempre en sí mismo. Adelanté que el triunfo está cercano y en ese régimen no hay más altar que el corazón del hermano, ni más sacerdote que la conciencia, ni más presidente que la sabiduría de todo recopilada en un maestro, ni cabe más que una clase: trabajadores. Ni puede haber moneda de más valor, que el hombre.


Si hay negadores de Dios, no niegan (porque es imposible negar) al Creador. Pero condensado el Creador, en la palabra Dios, si los hombres no lo encuentran, no es culpa de las ciencias; es culpa de la teología que lo desfigura, como a todo, haciéndolo irracional; por esto se han debatido los hombres para encontrarlo no pudiendo conseguirlo, porque los han obligado a buscarlo en lo abstracto; más ya dije que lo encontrarían en sí mismos, cuando encuentren su espíritu y sepan sentir la trinidad del hombre en su orden verdadero de Espíritu, alma y cuerpo; pero entonces, es que habrán entendido el axioma que sentó Shet; "En él estaba la vida y la vida es la Luz de los hombres" y vamos al


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Digo lo mismo que en el anterior, pero oíd: "Levántate, levántate y ve a aquellas Islas apartadas, que aún no oyeron de mí, etc., etc." Isaías. ¿A quién llamará ordenándole que se levante? ¿Qué islas apartadas podrán ser las que no habían oído de Jehová? Y el caso es que el llamado es Jacob y Jacob había muerto unos 13 siglos antes de Isaías y sin embargo le manda levantarse en occidente y occidente es España que descubre y tomó América. ¿Creéis que haya aquí misterio? repito que el misterio no existe y repito también que Colón no es el descubridor de estas islas apartadas, sino el detractor, el encubridor, si no lo hubiera forzado por el hambre y el espíritu de su asesinado patrón, obligándolo a llegar donde había quien lo entendiera (aunque fuese fraile por el hábito), pero en espíritu era un misionero de los que siempre mandó Moisés, como otros que ya he nombrado; y esto se confirma en que, siendo fraile, no teme ir contra el dogma, de que el Universo era aquella tierra conocida y, el Padre Marchena, oyó en confesión a Colón su crimen y recibió la carta o ruta que, en la ida forzada a Haití y la vuelta voluntaria a España, habían levantado del paso de las Estrellas. Y repito también, que se examine la Ruta del primer viaje de las carabelas y se deducirá, que no sabiendo nada, no se puede hacer una ruta tan recta como hizo Colón. ¿Otros comprobantes? Que se le pidan a las hogueras y a los inquisidores. La razón, no necesita documentos: aclara las cosas y hace documentos... axiomas.


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¿A qué volver otra vez por más leyes y hombres de ciencia, sí todos no han de hacer más que afirmar más y más la vida del espíritu eterna y continuada? Que Newton encuentre la gravedad, no es que la haya hecho ni fundado, ni menos la creó; la legisló siendo hombre y no fraile ni religioso y con esa ciencia, marcó millares de abismos entre ella y los que la negaban; la religión. Que lavoisier funde la ley de la conservación de la materia, entendiendo su eterna transformación y Mayer funde la ley de la conservación de la fuerza y que entre las dos leyes traigan a la ciencia el axioma de la eternidad de la materia y la fuerza, las dos leyes confirman material y espiritualmente a Darwin con sus evoluciones y a Moisés con su Ley para la materia y para el espíritu; dos cosas, la una condenada por la religión como enemiga del alma, (pues materia es carne) y el otro... el otro no es nada, pues si llega a reconocer al Espíritu Santo, lo hace en una paloma, que al fin es animal. ¿No les parece a los hombres que se adelantaron mucho al hereje Darwin, que al fin hizo solo poner en peligro al cuerpo del hombre naciendo del mono? Se le puede perdonar de buen grado esta herejía; pero no se le puede perdonar a Santo Tomás de Aquino, ni de ninguna parte y todos los otros de cualquier parte y nombre también, que al Espíritu Santo lo hagan animal... pero sería de ver cómo se arreglaría esa paloma para engendrar en las entrañas de María. ¡Ah ya! La pasó "Como el rayo del sol por un cristal sin romperlo ni mancharlo". ¡Qué potencia! ¡Qué ciencia! Pero la ciencia desmiente y el sol también; porque, él no es capaz de pasar un cristal opaco y éste es mucho más transparente que el cuerpo humano, y que no sea de un fraile o clérigo, porque entonces ni aún la Luz del Espíritu, que es infinitamente más intensa que el sol y que la chispa eléctrica, no lo pasa; tal es su densidad y opacidad. ¿Y quiere C. Montemayor pasarlos con la lucecilla de las ciencias?... Usted y fray Tomás, predican de más.


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Eso de seis mil años que haya dicho Moisés, yo no lo encuentro; pero de todos modos, ya sabéis que la Biblia no la hizo Moisés; y que las leyes que le dieron o le presentaron los sacerdotes, no las quiso firmar; tal serían, pero después de muerto, ¿por qué no las pondrían en vigor los Levitas? Y ¿por qué luego quieren decir que la Biblia es de Moisés, se ha de rebatir a éste por los hechos de sus detractores? Si sabemos que los Evangelios se presentaron 325 años después de la muerte de Jesús y hasta de sus apóstoles y discípulos de éstos y además se han presentado 56 o 58 manuscritos como evangelios y por añadidura; se dice que Jesús no escribió, ¿con qué razón se le atribuyen? ¿Con qué razón se le vitupera de lo que él no es autor? Las prédicas de Jesús, sus hechos verdaderos, los ha de conocer el hombre y, católicos y cristianos y materialistas y anarquistas se verán avergonzados. Los primeros, de haberlo mistificado y desfigurado y vendido; los otros, de haberlo vituperado o negado, por lo que, menos mentir y menos negar, porque el espíritu no muere y habla y puede repetir todo lo que ha dicho en todas sus existencias.


El que quiera conocer a Moisés, que agote el sánscrito, el Confucio, las doctrinas de Sócrates y la carta universal de Santiago; y comparado todo, ver si resulta el decálogo y las figuras del Arca de Noé, de Caín y Abel y los seis días de la Creación; y entonces, el que sea capaz, que lo critique; porque, esas historias y aún otras muchas más, son del mismo Espíritu en diferentes cuerpos; y sin creer, por convicción, la reencarnación, nadie puede negar. Investigar pues y no neguéis; por lo que hoy no sois capaces de comprender, mañana lo comprenderéis; pero vuestro progreso será, ser cada día mejores y más sabios de todas las ciencias, hasta comprenderlas todas cada hombre, para recién estar en el primer grado, en el primer escalón de la escala de Jacob, de la sabiduría, a la que sólo pueden llegar los antirreligiosos, los libres de espíritu.


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¿No le parece a C. Montemayor, que Goethe, Lamarque, Darwin y todos los evolucionistas y transformistas (incluso Frégoli), no estaban ni están convencidos de la procedencia del hombre, del mono?... ¿No comprende usted y todos los monistas, que eso quebraría la ley del progreso? Yo al menos, si fuera mono juguetón, o chimpancé o gorila, sería recluido a la vida del bosque en el mejor caso (si no me tenían en el Zoo para hacer reír a mis hijos los hombres "monitos" jacareándose del brazo, de una muy monona mujer, de esas que casi no tocan el suelo para andar). Yo digo que me revelaría y castigaría muy duramente, a mis hijos parricidas y degenerados y egoístas, de remilgarse, afeitarse hasta el bigote para parecer más jóvenes y a un cura, aguantarse las manos, ponerse corbata, arrellanarse en cómodo sofá, envolverse en blancas sábanas sobre mullidos colchones y en fin usurpando todos los derechos paternos, mientras yo había de comer carne cruda o manises tirados por los chiquillos… Vamos que no es perdonable al hombre, el recluir a su padre. No. El hombre, diré repitiendo, nació siendo hombre, llevando en su Espíritu todo lo que hoy tiene, porque el espíritu solo, puede ser y es inteligente.


¿Qué cómo no despertó antes su inteligencia?... Búsquelo en las tinieblas de la teología; que sea explícito el señor Podestá y si descubre el secreto del dogma, allí verá que sólo las religiones antiguas y modernas anublan al hombre y además: ¿Por qué el niño no hace lo que hará cuando llegue a hombre?


Los dos extremos son la causa del desequilibrio: la religión deificando al hombre solo con abstracciones metafísicas y el materialismo, animalizándolo del todo sin tener en cuenta la metafísica; y bajo esos dos conceptos, el pleito se enmaraña como una madeja entregada a un pichicho, o a un mono juguetón, que os veréis precisados a cortarla si habéis de desenredarla y ahora mismo lo estáis probando los dos adversarios, aduciendo citas y más citas y ninguno manifiesta una filosofía ni principio propio. Podestá, no quiere ver nada en lo que expone Montemayor, hecho y pensando por otros, y éste, no ve nada más que paparruchas y burlas de Moisés a la humanidad; y yo que no soy católico ni anarquista, pero que miro la materia en su justo valor y al espíritu en lo que es, veo las cosas complementarse unas a otras y Darwin y toda la ciencia tiene razón en las leyes de la materia, y Moisés tiene razón en la materia y el espíritu y reto al mundo todo, a que vea esos dos principios en el decálogo; pero reto también a la religión católica, a que pruebe con todas sus teologías y cascabeles a que no es la carne (materia), el enemigo del alma; y la reto más, a que es el alma el más, del ser humano.

Por lo demás concerniente a este párrafo, atrás queda dicho lo bastante a la geología y paleontología y anatomía.


Pero al final del párrafo veo dos nombres sustantivos, apellidos, títulos o apodos o lo que queráis, Poncio y Barrabás... ¡Oh, Poncio! Poncio Pilatos, cuando los hombres sepan qué espíritu animaba aquel cuerpo, quizá temblarán; algunos adivinarán por qué se lavó las manos sin querer participar del crimen de los sacerdotes, crucificando a Jesús, mas por ahora, dejemos el velo, más pregunto: ¿Por qué ejecutan a Jesús los sacerdotes que le cantan hoy (porque son lo mismo que aquellos, agravada su maldad) que le cantan, digo manso y humilde cordero? ¿Y los látigos que empuñó? ¿Y sus respuestas altaneras al Pontífice? ¿Y toda aquella hermosa y viril cafetada de "Sepulcros blanqueados; manada de puercos, caterva de ladrones, majada de esclavos encadenados de noche", etc., etc.? Sí, era manso y humilde entre los humildes y mansos, ¿pero entre los sacerdotes? Entre éstos era, la dinamita.

Barrabás era un facineroso, y Pilatos cree, que por la gracia de la pascua le será fácil alcanzar el indulto del inocente y propone indulgencia para Jesús y Barrabás, y posponen Jesús a Barrabás. ¿La causa? Porque Jesús estorbaba a los sacerdotes y ¿cómo justifican los sacerdotes de hoy este caso? Con la blasfemia más grande que la teología, el dogma y los cascabeles puede imaginar, pues lo justifican diciendo: Que el Dios padre necesitaba la sangre de su hijo para satisfacerse del pecado de... Adán... ¡Pobre Adán!...


Tapemos también toda esta cloaca de inmundicias para no apestarnos; y además no es de este juicio todo esto, sino datos para el juicio que se hará al fin de la controversia y allí si es necesario, se tocará con las narices tapadas.


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¿Otra vez con la embriología? ¿Qué evidencias han visto los embriólogos para decir que el feto pasa por las diversas fases de todos los animales? ¿Han sabido, o saben explicar el por qué de los raros fenómenos y contrahechuras que en ciertos casos nos ofrece la Naturaleza en los seres imperfectos que nacen? ¿Saben acaso que ningún espermatozoide es el "microhombre" que ha de engendrar al hombre o a la mujer? ¿Saben que está el microhombre desde algún tiempo antes en el cerebelo, en los centros vitales del padre? ¿De dónde proviene? ¿Quién lo pone? ¿Quién lo conduce en loca carrera a través de la médula a la uretra, en el preciso y matemático instante en que el espasmo hace pasar la sustancia seminal a la uretra, para servir de vehículo al microhombre y no se destroce en la estrechez del conducto? Todo esto no puede probarlo la ciencia puramente materialista; pero lo ha de saber tan pronto dé el paso para unirse con la parte metafísica y Magnético-Espiritual. Ese es el terrible paso señalado por Schopenhauer, acaso el único materialista de razón del que parece huir el señor Montemayor, los materialistas y los embriólogos y ninguno sobre todo si son sabios, puede negar; deben investigar sin descanso, pero repito, con luz entera, con los dos polos, con la materia y el espíritu y un día se alegrarán; y advierto que no tengan prejuicio, ni de Dios (para decirlo todo).


Débese comprender que las ciencias que no son matemáticas, es decir que no se sujetan a la matemática de los números, es porque son más altas que los números; pertenecen a la matemática pura, a la matemática que no tiene círculo, porque vive del cubo, y es matemática del Espíritu hasta del más aberrado.


Pero como la ciencia es noble y manifiesta que va buscando el más, cada día se agranda con un conocimiento y espero sin temor a equivocarme que llegará a los puntos que señalé y no puedo tener en cuenta ningún equívoco por garrafal que sea de sus cultivadores, ni aun el descomunal error de Darwin de hacernos monos, porque no ha sido dogmático y lo ha entregado a la crítica, que los deshace es cierto, pero ha obligado al estudio y es honor para el que le cambia las espinas en laureles. Pero en cambio, la Iglesia no descubre el dogma, no lo entrega al libre examen y aunque encerrara la verdad, todos los hombres tienen derechos inalienables de examen y declarar mentira el dogma y acusar a la iglesia de autócrata, plutócrata y supremática y por lo tanto irracional. ¿No lo es? Descubra el dogma y se le justificará. No lo hará y con esto ella misma da la medida del abismo que la separa de la ciencia y esa medida se llama "Metro Infinito".


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¿Qué el hombre no tiene ningún parentesco con Dios? Claro que sería así si fuéramos monos, pero vamos a ver: ¿De qué Dios no es pariente el hombre, del Dios católico o del religioso?... Vaya una gracia: ni los monos quieren tal parentesco con un Dios que necesita sangre para apagar su sed de... venganza. Pero a César Montemayor le han dado una Biblia…, de Dios y no le han dado lo muy poco que escribió Moisés, el que no nombró a Dios para nada, sino a Jehová o Hellí y esto quiere decir Padre y Creador.


Toca usted a Flammarion y éste ya debe saber lo que es Dios y lo que es el Creador, y Flammarion no es materialista ni anarquista: es espiritista por ciencia y conciencia y menos que nadie puede apoyar a la religión y sí a la ciencia; pero ese justamente abundará en razones y afirmaciones de que el hombre es, como espíritu, hijo del Creador; por lo que, con este, (que representa a todos los que afirman que el hombre es hijo de Dios) me evito de argumentar sobre ello, mas declaro, que no es el Creador, Dios, que significa Ídolo, ni pertenece, ni lo tiene ninguna religión; pero, sí está representado en el espiritismo, porque éste es la solidaridad de los Espíritus del Infinito.


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Muy bien dicho. "Todos los librepensadores hincan el hombro para acelerar la caída de las Religiones"; pero fíjense bien todos los hombres y todas las ciencias, que no es a ellos a quienes teme más y se los apropia en todo caso. No así con el espiritismo: sabe ciertamente que este anula a todas las religiones y las reduce al no ser, y si no acabó ya con ellas, es por culpa, no de las ciencias, sino de sus hombres y aun de los anarquistas; y, con franqueza; el espiritismo les hace cargos porque van con una mano contra la Religión y con la otra restañan la sangre de las heridas que le abren con la ciencia, negando el espiritismo, siéndolo todo, puesto que no se puede ser hombre sin espíritu. Ya sabéis "que no se puede servir a dos señores a la vez", ni sois capaces de cubrir dos cabezas con un sombrero.

Pensad, pensad lo que hacéis; pero entended bien, que el espiritualismo es el catolicismo disfrazado de cordero. No penséis tampoco que los fenómenos sean los que esencialmente confirmen el espiritismo, aunque sean una demostración es algo más serio, algo más elevado; es unir bajo la misma y única ley, la física y la metafísica; la materia y el espíritu, y su fin es, el establecimiento de la Comuna Universal, sin parcelas y sin fronteras, bajo la sola ley del Amor, lo que no pueden hacer todas las ciencias juntas, porque no es esa su misión.


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Todo ese largo párrafo ya está explicado atrás en la primera exposición. Literalmente, por la Biblia, tiene razón Montemayor, pero repetiré que no es la culpa de Moisés, si no de los que han formado la Biblia después de Moisés, y sobre todo, del conciliábulo donde nació la Iglesia Católica 325 años después de Jesús.


Si Moisés hubiera venido a escribir un tratado de astronomía, lo habría hecho bastante mejor que los astrónomos de hoy, aun sin los telescopios miopes, aunque sean tan potentes. Y, sin embargo, Moisés debió saber bastante para anunciar una tempestad, que sí la hubo; y estad seguros que si hubiera escrito astronomía, no habrían descolgado los católicos una estrella para guiar tres reyes que, seguramente y matemáticamente y geográficamente no han tenido reino, como no lo tiene tampoco el Papa, ni en la tierra ni en el cielo.


De más está decir (pero es justo poner puntos en los autos del proceso) que Jesús no nació en Belén, sino en Nazareth, y no fue el 24 de diciembre, y por lo tanto no hubo la degollina de los niños en Belén, pero sí la hay continuamente en los claustros; ni la huída a Egipto, ni la purificación y ni aun Jesús murió en la cruz, aunque fuera crucificado, ni hubo ascensión de Jesús, ni asunción de María, ni nada de lo que envuelve en dogma la Iglesia Católica.


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Desearía, señor Montemayor, que tocara otros puntos más originales para mejor acabar; pero esté seguro que no convencerá al señor Podestá, porque sólo hará eludir y negar: son así.

[1] Del latín “religere”, elegir. [2] Nada nace de la nada, nada puede volver a nada. [3] Copérnico murió no se sabe cómo, Galileo fue torturado y Colón murió repudiado.

 
 
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