Agosto 3 de 1917. Por la médium Mercedes
- EMEDELACU

- 1 sept
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Nota.- En esta sesión estaba el salón repleto, pero entre ellos, muchos malos curiosos; posesionada la médium, dijo:
Buenas noches, hermanos míos. Paz y amor.
Huelga hay por todas partes y a poco hay también huelga de médiums aquí. Sé que se les ha autorizado a faltar hoy, a fin de que no falten mañana al consejo de médiums; pero así y todo, cuando toman la fiesta, es porque les gusta: basta de charla y vamos al grano.
Tenía días pasados que decir, verdades que dolerían mucho; pero se designó a un hermanito sencillo, para decirlas sencillamente también. Pero hay algún hermanito, para quien fué directamente y no se dan por aludidos y habrá que tocarlos con la mano, para que no tengan excusa.
Yo digo, hermanitos... y ellos, en su interior, se ríen... y yo digo, sí hermanitos quieran que no quieran y permitidme que diga, ¡por desgracia!, y no es desamor. Sí, por desgracia, porque son hermanitos ignorantes por maldad y entended que sólo el ignorante ríe, como lo podéis ver cuando váis a una reunión y oís que uno toma un punto para estudiarlo y en la discusión, cuando el ignorante no puede rebatir porque su cacumen no le da más y antes de declararse razonablemente vencido para aprender lo que no sabe, se ríe despectivamente, cubriendo su ignorancia con la imbecilidad. Ya lo he dicho varias veces y lo vuelvo a repetir: la risa es del ignorante y del imbécil.
Pero voy a aclarar por si quizás se ríen porque no comprenden lo que es el espiritismo y quiero, en esta noche, dejarlo claro como la luz.
No creáis que el espiritismo sea esos papeluchos que se tiran y os dan por la calle, o los meten por debajo de vuestra puerta (porque todo lo vemos los que vigilamos), no creáis digo, que es el espiritismo, esos papeluchos, de “la única espiritista”, “el único espiritista”, “único consultorio espiritista”, ni esos charlatanes de mojigangas, ni esos centros o sociedades de autócratas y prejuiciados espiritualistas. No. Todo eso es lo que denigra, lo que infama, lo que calumnia, al espiritismo Luz y Verdad. Eso es lo que el detractor quiere haceros creer que es el espiritismo y os dicen que os adivinan, qué os dicen la buenaventura, que os dan el poder de vencer y... de conquistas a las mujeres... Pero tengan en cuenta hermanitos, que en esos sitios, ni aún de mí que soy media luz se dirá que tomo parte, si no es para destruirlos; y si dicen que acudo a su llamado, me calumnian como a todos los hermanos de luz; y sí entro, entramos para ir dándoles ya su merecido, preparando su cercana desaparición; esto es lo que hacemos los espíritus de luz y media luz.
No, hermanos míos; no creáis que allí os van a decir la verdad, ni que allí vaya ningún espíritu de luz. Los consejeros, tienen mucho que hacer en los trabajos de la ley y por esto nos encargan a nosotros ahora llegar a los hombres, porque estamos más cerca de vosotros; pero obedecemos sus órdenes y acuerdos, por lo que hablamos en autoridad y ellos nos confirman.
No. No están a disposición de esos que os dirán si mañana se os caerá un botón del saco, o la traición y deshonra que hacéis al amigo y a la joven. Ellos y por ellos nosotros, tienen algo de mayor interés común que hacer que la ley exige para el cumplimiento de cosas grandes, que se cumplen con matemática precisión en esta hora marcada en la ley. Y además, tienen, por su afinidad, por su amor y la justicia, millares de viudas y huérfanos y millones de heridos en los campos de batalla que los llaman y acuden en su auxilio, pues es urgente por su vida, o por recoger a sus espíritus, infundiéndoles nuevas ideas.
El espiritismo es lo más consolador y están con cada dolorido, además de los guías y protectores dirigidos por el consejero, (cuando no lo son ellos mismos) todos los afines y familiares; y en su ayuda, en millones de ocasiones, el herido no sufre el intenso dolor; la viuda se resigna y el huérfano se consuela en la esperanza. Y en todo momento están prontos para acudir a un llamado y llamadlos vosotros, pero con amor y veréis que acuden.
Pero será, cuando aprendáis a llamar: y sólo podréis llamar, cuando no sepáis reiros porque habréis dejado de ser imbéciles haciéndoos sabios o menos ignorantes de lo que es el espiritismo que es como se enseña en esta Escuela.
Pensad, que los que os han dejado: vuestros padres, vuestros hermanos y esposos, no se han perdido para siempre, si no que están cerca de vosotros y os oyen y sufren con vuestra risa insensata y les hacéis sufrir un infierno. No creáis que cayeron a ese infierno que os pintó la religión, porque no existe. Pero el infierno, lo lleva el espíritu en su conciencia y vosotros encendéis las más vivas llamas en vuestros afines, porque no hay más llamas de fuego que las del remordimiento de la conciencia. Eso; eso es lo que únicamente quema; la conciencia.
Sí; todos vuestros afines os rodean y sufren y gozan en vuestras obras y los más, os esperan en el espacio cuando ya han recibido luz y no sabéis qué alegría tienen si os reciben con luz ganada en este estudio de la verdad espiritismo que es la única luz y ya váis dispuestos a despertar del natural letargo, pronto y con luz.
Esto es el espiritismo. La luz, el progreso, la comprensión de la verdad, el conocimiento de la ciencia y más allá de la ciencia, hasta el infinito de la sabiduría.
Ya comprendéis con esto, que no se puede decir ni pensar, que los espíritus que esto comprenden y en ello trabajan, estarán dispuestos a acudir a esos centros de amalgama, ni a esos consultorios de explotación y superchería que aquí os descubrimos y os probamos con toda claridad.
Venid, meditad, pensad, que no es este lugar de risa, sino de serio estudio donde se os dice para que os ayudéis. “Amaos los unos a los otros”; y al saber que uno está necesitado, corred y llevadle el consuelo que tengáis, no por caridad sino por amor, por deber de hermanos, en la más amplia confianza de que cumplís con la ley divina.
Sí, hermanos. Ese es el espiritismo luz y verdad; estrecharos más y más en el amor mutuo por deber; y cuanto más os estrechéis, más fuertes estaréis y también se os dice, sed fuertes y contestad con cara alta y satisfecha y el corazón fruido de convicción, cuando algún ignorante os pregunta: ¿Sois espiritista?, contestad, soy espiritista, sí; del espiritismo progreso; del espiritismo sabiduría; del espiritismo luz y verdad. Ya veréis que baja la cabeza corrido y avergonzado, signo de ignorante; pero si es sabio, lo veréis que medita; lo veréis qué piensa; dadle a ese la dirección que no os desdeñará ante la convicción y fortaleza vuestra. Sí, soy espiritista, les diréis; de la Escuela donde la doctrina está en toda su pureza y se proclama la fraternidad hasta de sus enemigos: y si vais allí, (le diréis) veréis la fraternidad de los hermanos que a ella asisten con regularidad y la unión fraternal del consejo. Oiréis el sano consejo que se da; el consuelo del que participa el afligido y eso que veréis, será el consejo que recibiréis.
Con esto y estudiar cualquiera de los principios que allí oiréis y veréis, os convenceréis que es muy sublime y más grande que todo lo que habéis visto: más grande que todas esas sociedades y fratelanzas amalgamadas y espiritualistas.
Allí veréis, que no hay preferencia nunca por nadie, ni se le hace distinción personal a nadie y se fustiga y se aplaude con la misma justicia, sin mirar sexo y posición y nadie puede darse por aludido ni ofendido en la corrección, lo que os demostrará, que es la verdadera unión.
Sí, sed fuertes: declarar con la altura del convencido estas verdades; y como sabéis de quién es la risa... Cuando véis que uno se ríe... ya sabéis, es ignorante e imbécil.
Buenas noches. La paz sea con vosotros.
Mactheuix.
Libro: El espiritismo en su asiento
Autor: Joaquín Trincado
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