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Joaquín Trincado

Triste fin de la religión católica

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 4 ene
  • 2 Min. de lectura

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Con el alma sumida en el dolor; con el corazón partido por el desengaño; sintiendo en mi conciencia el baldón que se ha puesto a la humanidad; ante el Dios de Amor que mi alma ansía y presiente, acuso de prevaricadora de las doctrinas escritas y predicadas en todos los tiempos para la salvación y progreso del género humano, a la iglesia católica, apostólica y romana, denominado apócrifamente cristiana; la acuso asimismo del delito de usurpación y derechos civiles a los hombres y los estados; del delito de lesa humanidad en el rebajamiento de la dignidad humana; de fratricida y parricida y del delito sin igual de lesa deidad.

 

Por tanto, ante el Dios de Amor que me oye y busco su asiento, ante el mesías Jesús ultrajado a quien quiero salvar, ante sus padres que quiero ponerlos en la ley general que rige la humanidad de la que fueron sacados para explotar sus virtudes; ante todos los mártires del libre pensamiento; ante la humanidad entera, y en presencia de las almas que adoran a mi Dios; condeno a la iglesia católica bajo todas las formas y títulos y en ella a todas las que formaron la alianza y si más hay servidas por sacerdotes y dogmas, a la destrucción y al olvido para toda la eternidad, por la dignidad humana y para que se cumplida la voluntad de Dios tanto tiempo coartada y para anular el testamento del antagonista de Dios, Pío IX, que dice así: “Sostened la iglesia a costa de la sangre de toda la humanidad” y yo, en nombre de toda la humanidad, la condeno al no ser, porque para eso me anunciaste aunque con mentira, creyéndome el Anticristo temido.

 

Joaquín Trincado.

 

Buenos Aires a los 43 años de edad, el 28 de diciembre de 1909.


Libro: Buscando a dios y asiento del dios amor

Autor: Joaquín Trincado

 
 
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