Sentimientos religiosos
- EMEDELACU

- 16 oct 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 24 nov 2023

Estos obedecen y mejor dicho, nacen de tres causas substancialmente malas; por lo cual, todo sentimiento religioso, invóquese con el motivo que se quiera es malo, porque por el acto religioso, el hombre deja de serlo, puesto que siempre es por temor a algo no comprendido que, tampoco la religión lo explica por qué no puede.
Pero vamos a la parte científica que es lo más pequeño.
1ª. Causa.
Es de orden Cósmica; de orden físico; de orden moral y abstracto.
El sentimiento de orden cósmico es natural, desde que cada molécula del infinito cosmos, tiene inculcada en su ser, impresa diremos, la imagen sublime del pensamiento del Creador, del que procede. Ese pensamiento es cada molécula y es pura; pero en la conjunción forzosa de las moléculas heterogéneas, para la composición de los cuerpos por la que se ha de demostrar la vida en las formas, se hace difícil el mantenimiento de la pureza, ya que los sentimientos formados por los instintos tiende cada uno al cumplimiento de su ley, sin poder tener en cuenta la mayor debilidad de sus otros congregados y de aquí resulta un imposible por que la ley está latente y es ella la que se impone por el trabajo.
2ª. Causa.
Evolución sensible iniciada por el miedo el cual engendra veneraciones a lo temido.
Efectivamente; si yo temo a un hombre por cualquier causa, tengo respeto y lo obedezco y aun lo venero, por que temo a su castigo; lo hago desde luego por egoísmo, aunque prima verdaderamente el instinto de conservación.
Sin embargo, mi miedo, hace que aquel hombre sea para mí, un Dios benévolo o tirano, según qué mi respeto le agrade o le ofenda; pues puede darse el caso de que mi temido, fuera mayor su preponderancia presentándole la lucha.
Pero de todos modos mi temor, le da títulos de mayoría y me impone. Luego yo, no soy hombre, por que no soy libre.
Más como mi temor es contagioso y la supremacía que concedo con mi temor también se contagia, resulta que hay temerosos contagiados y supremáticos contagiados y contagiosos; naciendo de aquí la:
3ª. Causa.
Evolución Volitiva. Manifestada en cultos externos por piedad, que generalmente empieza por el culto a sus difuntos, lo cual demuestra un egoísmo hasta en lo divino, donde se fraguan la gracia y el perdón, de los dioses ideados por los supremáticos que impusieron estas tres inicuas virtudes. La fe ciega, la esperanza en lo imposible y la caridad, baldón que autorizó el acaparamiento que legalmente es un robo al productor.
Aquí hay el grado máximo de la maldad y de la ignorancia desde que, han de tener fe y esperanza en lo incognoscible, en lo abstracto, relegando sus derechos de libertad y usufructo, dando así asiento a la propiedad individual privada, que precisamente será amurallada por la caridad, ejercida por el supremático que nada produjo más que, el temor, el miedo por el terror del tirano y verdugo supremático, que lo será por su maldad y concupiscencia.
Un juicio histórico e imparcial del fruto de las religiones, confirmará estas verdades: por lo cual, nosotros decimos que: los sentimientos religiosos, como causa y como efecto, son siempre malos.
Libro: Filosofía Austera Racional
Autor: Joaquín Trincado
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