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Joaquín Trincado

Materia Objetiva; Conocimiento completo

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 18 oct 2023
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 26 oct 2023


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En cuanto a la materia objetiva que ha concurrido a formar la idea o conocimiento completo del objeto o sujeto materia de estudio, abarca en general los siguientes elementos que obligadamente pone en acción.

1°. Elementos Psíquicos: como estados de conciencia en forma de sensaciones, percepciones, emociones y voliciones, en cuyos elementos prima el deseo para que la voluntad entre en funciones; lo cual sólo puede ser en general después del juicio previo del espíritu.


2°. Físicos, o substancias recipientes de los estados de conciencia que después de la percepción experimenta el movimiento a causa de que terminó el juicio previo el espíritu, que experimenta y entrega el ejecútese a los órganos correspondientes que obran sobre el sujeto.

Aun cuando parezca y hayamos visto en las pasiones momentáneas que no hay juicio previo, sí lo hay de “sí o no hago”. Pero no hay proceso reflexivo de las consecuencias y es a causa de la falta de razón filosófica como hemos dicho allí, de lo que se desprende claro que la filosofía racional es el elemento único que nos puede dar la paz y tranquilidad, y es porque en su estudio se demoran las pasiones, se armonizan en el sujeto los elementos psíquicos y los físicos con orden y justicia.

En ningún caso (como se ha enseñado) pueden los elementos físicos ser atributos de los cuerpos que hayan de forman la conciencia. La conciencia está formada, pero los estímulos físicos lo que hacen es pedir el conocimiento de tales atributos y entonces y cuando el espíritu revuelve su archivo hasta encontrar en el alma a aquellos instintos que forman esa página de conciencia, puede juzgar por analogía y admite o desecha el resultado, según su estado de sentimiento, es decir, de progreso.

De este examen resulta que muchas veces admitamos parte y no el todo de la percepción o la completemos; porque durante ese proceso los instintos estimulantes se avivan o se callan, en cuanto la conciencia dictada por la razón expide, diremos, su decreto.


Libro: Filosofía Austera Racional, Cuarta Parte.

Autor: Joaquín Trincado

 
 
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