La Deducción
- EMEDELACU

- 23 oct 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 26 oct 2023

Los raciocinios deductivos son un punto esencial de los juicios filosóficos que ya hemos dicho que son mucho más complicados que los juicios científicos; estos son solo físicos; los otros son físico-metafísicos.
Los raciocinios deductivos son de tres clases:
1°. Categórico: cuya conclusión es simple pero ilimitada; ej.: todos los hombres son mortales, los Monarcas son hombres; luego los monarcas son mortales. El trabajo es ley obligatoria; luego todos los hombres, tienen la obligación de trabajar.
2°. Disyuntivas: que rematan en dos conclusiones alternativas y contradictorias. v.g: Todos los hombres son mortales, los antiguos semi-dioses eran inmortales; luego o no eran hombres o no han existido como semi-dioses. El trabajo es ley obligatoria; Luego si alguien no trabaja falta a la ley, o la ley no existe.
3°. Condicionales: Cuya conclusión se halla limitada por la proposición accesoria de una de las premisas; ej.: Si toda ley exige necesariamente una sanción, las leyes morales deben tenerla; dicha sanción suficiente no se verifica durante la vida terrenal; luego debe existir una vida futura, donde las leyes morales reciben la sanción.
La evidencia nos demuestra que, la forma simple y característica del raciocinio deductivo es la categórica que consta de tres proposiciones; dos premisas y la conclusión: pero que entonces le damos el nombre de silogismo.
La terminación de la tercera clase de raciocinios deductivos “luego debe existir una vida futura”, nos obliga a hacer una declaración previa, porque es un error de los más graves, hablar de una “vida futura”.
Trayendo al palenque el raciocinio deductivo, tenemos que decir: Así como es un error hablar de tiempos viendo que sólo hay un tiempo sin principio ni fin, porque sólo hay el instante presente, es lo mismo un error hablar de, “una vida futura” viendo que jamás la vida se interrumpe.
Schopenhauer, al hablar de esto hace la apología de la vida ininterrumpida, diciendo: “muere el perro y siguen viviendo los perros”. Muere el hombre y siguen viviendo los hombres; ahí está el perro y los hombres confirmándolo; luego existe la transformación en una vida ininterrumpida: lo que asegura que la muerte es una ficción porque las especies siguen viviendo”.
Esto no admite réplica, ni han replicado a Schopenhauer, y eso que, ignoraba los secretos del testamento de Abraham, donde asienta que, “Los mundos son infinitos: y el hombre ha de vivir en todos los que existen: pero la creación sigue y no se acaba”. Sabemos que, esta es una sentencia firme del Creador nuestro padre, dicha verbalmente por el Espíritu de Verdad y que así ahora como antes lo confirma el mismo, ante quien lo quiera oír en esta escuela; pero no queremos imponerla; queremos que cada hombre se convenza por sí mismo de que la vida es ininterrumpida; y al efecto, debe filosofar como Schopenhauer y verá que han muerto millones de generaciones de vegetales, y, sin embargo existen las mismas especies de vegetales; que han muerto millones de generaciones de animales y que existen las mismas especies; que pasan, mueren por millones los hombres y seguimos viviendo los hombres: que ficticiamente vemos pasar el tiempo y siempre sigue siendo el tiempo: Y vemos la vida igual en la tierra, los espacios y el universo, siempre en las mismas condiciones, lo que afirma que la vida es una e ininterrumpida. Luego es erróneo hablar de una vida futura, porque sería crear dos vidas, Pecado religioso y que cargamos en su débito con todas sus agravantes, a las religiones.
Por otra parte, el espíritu es el demostrador de la vida en formas vitalizadas y, por lo tanto, es el creador de las formas en mundos y hombres y es en éstos, donde ha de cumplir todas las leyes humanas, naturales, morales y divinas y será, siendo hombre. Luego la sanción de las leyes morales, será para nosotros hoy, en la tierra; más tarde en el mundo que ascienda la familia espiritual de este mundo. Y como sabemos que esta familia espiritual la componen dos billones de espíritus, una simple cuenta aritmética nos dará la absoluta necesidad de la reencarnación continuada de estos espíritus: lo que afirmará también con todas las razones filosóficas que, la vida, es Eterna y Continuada que es el programa perpetuo de estudios de esta escuela.
En efecto: los hombres en la tierra existen hace 45 millones de siglos.
La familia espiritual es 2 billones y la población media de la tierra, 1,500 millones.
Si damos prudentemente un promedio de vida a cada hombre de 33 años, tendremos que, en cada siglo, (100 años), han vivido en la tierra tres generaciones 3X1,500 igual a 4,500 millones de hombres.
En un millón de siglos, pues, habrán vivido 4,500 billones y en 45 millones de siglos, la severísima y abrumadora suma de 202.500.000.000.000.000.
Doscientos dos mil quinientos billones de hombres, que han tenido que vivir, no siendo la familia espiritual más que dos billones. ¿Cuántas veces ha tenido que reencarnar cada espíritu? pues es tan verdad, como la vida, como el espíritu, como el creador. La muerte no existe. Existe la transformación. La vida es eterna y continuada. Las leyes morales se sancionan en la tierra, por ley rigurosa.
Libro: Filosofía Austera Racional, Cuarta Parte.
Autor: Joaquín Trincado
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