La caridad no es virtud
- EMEDELACU

- 30 oct 2023
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La caridad, entendida limosna, hace temblar a dos; al que la da si tiene conciencia de que rebaja a un semejante y al que la recibe cuando sabe que se envilece.
Es, en general, el que tiene para dar, el que nada ha producido. ¿Por qué medio lo adquirió que no lo pudiera retener el que lo produjo? ¿Cómo se debe denominar al que almacena lo que otro ha producido haciéndole falta para sus menesteres perentorios y para su bienestar?
Más pase cuando el dador lo hace por deber, pero que aun así no puede ser virtud, desde que señala una diferencia social; porque en la sociedad, no puede haber ningún necesitado de medios de vida; y si los hay, es por culpa de la moral inmoral de la educación de diferencias de clases, de supremacías, por lo tanto; y son los supremáticos, los “holgazanes” los que invocan la caridad y los que la ejercen.
Pero cuando esa bandera denigrante es dogmatizada y vapuleada por una religión vergüenza de la humanidad, el efecto es semejante a la causa.
Todo cuanto le han adherido a la máscara caridad, de tolerancia, benevolencia, piedad, etc., etc., es el disfraz del “holgazán”, del parásito, del supremático, que, bajo la caridad, busca el comercio infame de los seres humanos abyectos por la ignorancia y el fanatismo religioso.
Todo el que ve virtud en la caridad, es porque no tiene virtud.
Libro: Filosofía Austera Racional
Autor: Joaquín Trincado
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