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Joaquín Trincado

Instrucciones generales para el provecho propio y el adelanto en el desarrollo

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 5 oct 2023
  • 17 Min. de lectura

Actualizado: 6 oct 2023



PRIMERA


Se puede operar con varios sonámbulos o médiums, a una misma vez.


Esto es muy importante, desde que podéis tener muchos instrumentos y recomendarle a cada uno, una función distinta en el mismo instante y en diferentes partes del mundo; pero, además, puedes dejar uno que sirva de vigía y te advierta de todo lo que suceda, como ficciones, peligros, supercherías, etc.


En estos cuadros, podéis atraer por la evocación, a tantos hombres, desdoblados, como instrumentos tengáis, para que se posesionen; y si se trata (por ejemplo) de un adelanto nacional, o de una conveniencia internacional, los podéis poner de acuerdo a los traídos en sus espíritus y mucho se adelanta, porque inspirarán a sus materias; y no creáis que esto no se ha hecho, pero obedeciendo órdenes de la Justicia Divina.


Otro caso fue con varios médiums (cinco) y fueron en justicia forzados a comunicarse, a la vez, cinco jefes de naciones diversas.


Otro de los muchos casos, fueron varios miembros de una familia que vivían vida de infierno y se justificaron unos y otros, viendo su error.


Pero, hay que confesar que, para estos trabajos, es necesario un aplomo muy grande y ser verdaderamente sabio y, sobre todo, tener una serenidad inalterable y estar bien cierto de una eficaz protección, capaz de contrarrestar toda influencia contraria.


Para estos casos, tratándose de sonámbulos, basta que el magnetizador ordene al magnetizado (cuando ya está́ bien educado en el grado cuarto a lo menos, antes no) lo siguiente: "Cuando te reúna en cadena con otro u otros hermanos, dormíos con la misma precisión y luz que si estuvieras solo y te pondrás a la orden y obediencia del maestro que presida”.


El despertar, no puede ser todos a la vez, porque unos habrán acabado su encargo antes que los otros y entonces debe de bastar la orden: "Despierta y acuérdate, o no te acuerdes, de tal, o cual cosa", según convenga a los secretos que se persigan; pero siempre debe dejárseles recordar lo halagüeño.


Tratándose de médiums de posesión, se acuerdan, en general, de las visiones que en el amor les regalan para demostrarles el amor, los comunicantes elevados: y las miserias humanas, si son espíritus de poca luz o encarnados que piden ayuda y protección.


SEGUNDA

Tú, discípulo amado, tienes derecho al provecho de tu poder para llenar las necesidades de la vida, con relación a tus ocupaciones y prole; pero es necio tener una letanía de quimeras como han recomendado los métodos de tantos maestros, como, por ejemplo: "El poder mío no puede ser vencido". Lo cual es sencillamente, negar la justicia de las cosas; desconocer, que cada hombre está en su grado y que no hay dos grados iguales y por añadidura, es un reto temerario.


Ese pobre, que se obsesiona a sí mismo con ese reto, se encuentra en cada instante con una lucha de un mayor, que lo tiene que vencer y humillar; en ese reto de orgullo, corre un calvario horrible y al fin cae destrozado y tiene que confesar su impotencia y es hombre perdido.


En cambio, hubiera dicho: "Tengo voluntad de vencerme a mí mismo" y hubiera triunfado por él y por toda la ayuda de los mayores, que acuden presurosos al que obra en justicia y humildad y se retiran del vano y del orgulloso.


No; las temeridades, jamás pueden triunfar; tu voluntad racional, como te enseño en la primera parte, esa sí, te hará triunfar de todo, porque en ti tienes (como cada hombre) los instintos[1] de todo cuanto existe en la Naturaleza donde vivimos. Vencer a esos, dominarlos en amor, es vencer todas las pasiones: y entendedme bien, que no digo que mates los instintos, sino que los domines y los hagas virtudes: He ahí́ el triunfo verdadero.


Si mataras las pasiones, matarías los instintos; y ¿cómo podríais ser hombre? ¡serás un ángel! te dirán los ignorantes. Los ángeles no existen, te digo yo, como te los pintan, ni los tiene la ley, ni los quiere, ni los necesita el Creador.

El Creador necesita y tiene y quiere, trabajadores de su viña Universal; y los trabajadores, tienen que entrarse, porque es ley, en los lodazales que atraviesan; y si haberlos pudiera, te prefiere el Padre, demonio en acción y progreso, que ángel inactivo y sin provecho.


Pero ni ángeles ni demonios existen, aunque existan espíritus y hombres de luz y de tinieblas; lo que te pide el Padre y lo que te pido yo en su nombre y por su ley es, que seas como hombre y como espíritu, un gran foco de luz que engendre calor, movimiento y fuerza, que demuestre vida.


Si caes, levántate; si te enfangas, límpiate con tu esfuerzo, con tu trabajo, confiésate a tí mismo, pero no pares: esa es la vida, ese es el triunfo. Menos causar daño a tus hermanos, todo te es lícito; y para obrar así́, necesitas ser sabio y no santo, porque en tu sabiduría, reside la santidad de tu Padre, único Santo, al que pedirás siempre justicia y recibirás, por añadidura, todo lo que necesitas, pero... ruega y trabaja.


Ahora, puedes aprender para encontrar con más facilidad el alivio a tus menesteres, las siguientes reglas, que te las doy, discípulo amado, porque aun el mundo es falaz y un poco tiempo, son necesarias.


TERCERA

La mirada y el aseo


Han llamado fascinación y alucinación, al poder de la mirada; estas dos palabras, son demasiado duras y de ellas huyen los hombres y mujeres, lo mismo que del mal traje y desaliño.


En nuestros discípulos, no puede haber estos principios dominadores, un tanto criminales, porque esclavizan al fascinado sin provecho para él y esto no es justicia.


El "Método Supremo", sólo os recomienda, que busquéis la amistad, por la mirada y el aseo atrayentes, inclinando a las personas a vuestro favor, sin perjuicio para ellos ni para otro; y luego, por el pedido mental, por la telepatía, haced que os ofrezcan lo que necesitáis, por trabajo, ocupación o servicios. Nunca de regalo.


Para el caso, estar siempre tranquilos y serenos; al visitar a una persona a quien necesitáis, procurad no presentaros con lujo, ni trajes ridículos.


El uso general, sea vuestra moda: pero ir limpios de vestidos y aseada la cara.


No vaciléis en la llamada y presentación, pero haceros recibir, (salvo casos imposibles) pero prometeréis volver y hacedlo en la hora que decís.


Recibido que seáis, es lo probable que no os deis las manos; pero presentáos con dignidad, la cara alta, sin orgullo ni dureza y la sonrisa en toda vuestra faz y cargar en vuestra vista las bondades que atesoráis, con la fuerza que poséis y no podrán menos que miraros a los ojos, momento que aprovechareis para mirar vosotros al tronco de la nariz, donde imprimiréis con fuerza el pedido que queréis hacer.


Exponed entonces vuestras pretensiones, mostrando tener conocimientos y voluntad para serle útil, pero sin jactancia: no oséis despreciar a otros y tendréis más de medio camino andado, en el que habéis de perseverar hasta conseguir lo que deseáis, salvo imposibilidades, porque donde no hay, no se puede sacar; pero procurad conservar la amistad empezada.


Es natural ahora, que al despediros os deis las manos: procura ser el último que suelte y al retirarla, desliza tus dedos por la palma, impregnándola de tus fluidos.


CUARTA

No hagáis declaración de pobreza


El mundo, aún es así́: todos huyen de la pobreza, considerada en la carencia de intereses materiales. Es sólo por instinto adquirido en la hipócrita educación, que ha sustituido por la maldad el aserto "tanto puedes cuanto quieres" por el de "tanto puedes cuanto tienes”.


Pues bien, como a nadie le interesa vuestra pobreza, no hagáis declaraciones de ella, sino en los casos de justicia, donde el ocultarla traería perjuicios irreparables, como ser, que uno confiara en vuestra protección material; y en el caso de enlace con la mujer en quien hayáis despertado su conveniencia de unión por vuestro aseo u otras circunstancias; aquí habéis de comprender que ha podido haber cálculo y no afinidad, ni espiritualidad y sólo desgracias tendríais.


Fuera de esos dos casos, a nadie descubras tu pobreza material; pero aun en esos dos casos, opondrás a tu pobreza, la riqueza de tus dotes, conocimientos y conformidad, que no los cambiaríais por todo el oro del mundo, ni por la mujer más coqueta y calculadora, por muy bellas formas exteriores que tenga.


Solo con esto, quedarás en el concepto de rico y lo eres en verdad, porque eres sabio y útil al progreso.


Tampoco dirás que eres rico, siendo pobre, pues la mentira es siempre descubierta y antes "Cae el mentiroso, que el cojo" y ten en cuenta que una mentira, es capaz de derribar tu reputación y fama.

QUINTA

Querer es poder


Esto es empírico, pero para cada uno en su grado; mas es erróneo, si con ello se afirma, que basta decir quiero, para poder y vencer.


Yo, en mi vida de hombre, dura misión y cargos espirituales, he sufrido más que todas las generaciones presentes de la tierra juntas y en mis obras, algo habéis de ver, pues ha sido forzoso dejar algo escrito; pero también es verdad, que en ley, hube de querer regenerar a todos los espíritus pertenecientes a esta familia terrena; y menos unos pocos, que por incurables, la ley los mandó a otro hospital, regenerados y escritos en el libro de la vida, los recibió el Padre.


Los desterrados a mundos inferiores (donde se curaran) en venganza, me han hecho todos los horrores que la maldad puede imaginar; pero yo estoy en la Justicia y la ley está en mí; y solo, entre dos billones y tres mil quinientos millones de seres espirituales, quise y pude juzgar y sentenciar (por orden es cierto de la ley invencible) y, hecho queda y confirmado y por ello, solidarizada esta familia con la cosmogonía universal, por lo que la tierra se renueva en su faz, para quitar todas las manchas y cuanto estorba a la verdad que ya reclama su puesto y ante los hechos, nadie negará.


Este caso, es único en cada mundo y el Padre confirma el cargo, a quien la ley señala y le da el derecho de las fuerzas universales en la ley de Justicia y, poco importa que los hombres nieguen o afirmen; los hechos son los mismos por negar como por afirmar y otra vez no se repetirá́. Pero había que querer y poder.


Pero hablando de las cosas individuales, siempre que queráis, podéis; ¿pero creéis que es tan fácil querer? ¡Oh, qué error más grande discípulo amado! Querer cuesta mucho; para querer, es necesario el todo a lo absoluto de tus fuerzas y que estén en ese querer, tus facultades, todos tus instintos y aun, que estén en concordancia, la mayoría de tus obras realizadas, no sólo de la presente existencia, sino las de toda tu historia, desde que te hiciste conciencia de hombre en este pobre mundo donde luchas. Ya ves, si será́ difícil querer, tan fácil como se dice.


Ahora sí, tratándose de las cosas de uno mismo y de un solo objeto, sí se puede querer algunas veces y esto, sólo un momento, que puede durar segundos nada más; pero habrás quedado como vaciado en tu cerebelo y esto te dará́ lecciones de las pocas veces que un hombre puede querer como hombre, en la verdad empírica del aserto: "Querer es poder”.


Pero, en cambio, la constancia, la perseverancia y la justicia en obrar, suple en el Psíquico, esta poquedad humana; esto es lo que han de tener mis discípulos: constancia, perseverancia y justicia.


Querer constante del bien, querer servir de ejemplo de virtud y conseguiréis siempre todo aquello que bien hayáis preparado y estudiado dentro de la justicia.


Pero nunca prometáis temerariamente una cosa dada; a lo más decir: hay más probabilidades de triunfo, que de fracaso.

SEXTA

Sugestión constante


Acostumbrarse a sugerir y así́ podéis conseguir: es la máxima que os doy.


Si con vuestro poder bien usado, queréis conseguir lo que el hombre ha de menester, antes de querer gozarlo, es preciso un tiempo de sugestión. Al efecto, si necesitáis un servicio de una persona, ante todo es preciso conocerla y muy conveniente hablarla frente a frente una vez; hay excusas mil para ello.


Entonces ya, vuestra influencia sugestiva sobre él con el pedido que necesitáis, debe ser constante; es decir, varias veces al día, en las horas que comprendáis que al hombre o persona no le ocupan sus obligaciones y no será́ difícil, (luego de algún tiempo) conseguir lo que le habréis de pedir.


La sugestión telepática (que así́ es esta de que tratamos) nadie puede negar sus buenos resultados; pero no es tan segura como la sugestión Magnética, para lo cual se encuentran en acción material, operante y operado.


La sugestión es de necesidad, en todos los casos imposibles de magnetizar a una persona, por cualquier circunstancia y debéis de aprovechar el sueño del recalcitrante, reconcentrándoos sobre él, sin despertarlo, ordenándole con imperio su curación, si es enfermo, y su corrección, si es un vicioso o delincuente; para lo cual, debéis hacerlo recibir vuestro aliento, vuestro calor dinámico y unas cuantas descargas de fluidos magnéticos (pero sin que despierte), y aun, ordenarle que despierte a tal hora y tome o haga tal cosa; y con la perseverancia en el ejercicio y luego con la sugestión telepática durante el día, conseguiréis al fin, que se rinda y lo magnetizaréis.


Dicho está, que, para esto, debéis de tener entrada en la casa de vuestro corrigendo; pero no es difícil conseguirlo de la familia que espera el bien, que os proponéis llevarle.


Podéis usar sin inconveniente y con conocimiento, algún soporífico que puedan darles sus deudos, al acostarse o en la comida en el vino, como ser: la adormidera, que no puede hacerle ningún daño, o lo más, hacerle dormir más y mejor, pues no debéis carecer de conocimientos naturales, que en muchos casos os ayudarán en la curación de las miserias humanas; porque tener sabido que, si podéis cortar la enfermedad y el vicio con el poder magnético, este no puede reponer la materia consumida, ni cicatrizar las llagas y lesiones, porque todo obedece a una ley, y la materia se cura con la materia. La medicina.


No esperéis ser remunerados por vuestros servicios, porque en general, la ingratitud suele ser el pago de nuestro amor; pero ya sabéis, que "el amor es sacrificio".

SÉPTIMA

Necesidad del amor de la carne


Este punto es de toda necesidad en los discípulos del "Método Supremo" porque el uso de la carne (o el amor carnal como lo llamáis) es también la suprema ley de la materia, por la que se perpetúa la especie humana. El celibato, es la negación de la ley y un crimen de lesa humanidad.


¿Qué sería un mundo sin hombres? ¿Y cómo habría hombres sino por la procreación, por la unión de los cuerpos de la mujer y del hombre? Toda otra argumentación con capa de virtud, es una blasfemia; es la negación de la ley y del autor de la ley, el Supremo Creador. Tal es lo que filosóficamente se deduce del examen del Celibato.


¿Tan mal ha organizado el Supremo Ser la vida y sus leyes, para que esa casta improductiva y espurea que llamáis sacerdotal en la religión católica, quiera enmendar la creación? - Para declarar la iglesia de los Santos, de las Cruzadas y de la Inquisición, que el celibato es una virtud y un sacramento, debió primero, haber descubierto el secreto de que nacieran los hombres sin madre y sin la unión de los cuerpos. ¿No lo han hecho?


Entonces, el secreto del celibato es la destrucción de la humanidad; y solo por esta razón esa religión, no puede vivir entre los que nacen de madre y sentenciada queda en la ley inflexible de justicia, y, cerca, muy cerca está la caída de "la Babilonia, la grande, la reina de las fornificaciones". Puede el hombre faltar a todas las leyes y si cumple la de la procreación, si engendró, es salvo.


Más puede cumplir todas las leyes y si falta a la de la procreación no se salva, porque solo ésta crea lazos de vida; es, pues, el celibato, contra el progreso y la armonía y solo para la procreación, se hacen los mundos.


No hay que confundir la castidad y la abstinencia que es virtud, con el celibato que es el crimen y lleva aparejados en sí mismo todos los crímenes; y por más, desequilibra la armonía de las generaciones.


Pero como todo esto está́ estudiado, argumentado y codificado, solo haré aquí exponer la conveniencia y la obligación de que nuestros discípulos, no estén solos; deben constituir su familia y procurarse numerosa prole.


En ese estado, el hombre es verdadero hombre y tiene ante sí abierto un gran libro en el estudio de cada uno de sus hijos y es realmente un preceptor con cátedra abierta, y un juez, a la vez que es un centro sol, cuyo satélite es la compañera: los hijos, son mundos de su sistema, que deben marchar armónicos e iluminados siempre por el sol; porque en su ausencia, el satélite o compañera, debe reflejar la luz que recibe en depósito del sol, su esposo, con quien fundió su alma, cuyos hijos, serán el resultado.


Aun cuando tenemos muchísimas afinidades en la tierra, la primera y mayor es la compañera, que para serlo, es porque debió llenar nuestro corazón y en ley la tomamos para formar ese sistema planetario, a la par que, para libramos de la intranquilidad, del celo y del acecho de esos "angelitos", ráfagas de amor, que se escapan en los pensamientos de muchas virtuosas bellas, que saben que su misión es ser madres y quieran que no, sueñan y atraen a su alrededor a esos espíritus que deben entrar en sus entrañas, para fabricarse sus cuerpos, ser hombres y en cumplimiento de la ley, dirigen los pensamientos de su futura madre, hacia aquel, que por afinidad puede ser su padre, o debe serlo, sin importar estado, ni posición.


Aquí, amado discípulo, hay un infinito abismo de sabiduría; pero no es de un método y la obra está́ hecha[2] en la que todo se dice y aclara, por lo que, aquí, solo diré (dispensadme amadísimas hermanitas). Sí, discípulo amado, seas hombre o mujer: las mujeres, son las viruelas de los hombres, por lo que es de necesidad tomar como vacuna, una, para librarse de las demás. Tomadla, pues, y cumplid el mayor precepto: "Creced y multiplicaos". ¿Fórmulas? ¿Sacramentos? La ley, solo dice amor. ¿Os amáis? He ahí́ el verdadero y único sacramento, por el que os bendice el Padre.


Pero sed jueces de vosotros mismos y os enseño a serlo, porque aprendéis á ser sabios; y en esa sabiduría, el mundo puede llegar a su meta.


Un hombre sin mujer, no tiene más que media vida y ésta enferma; porque, la materia en su ley, no entiende, no puede entender las virtudes en su maceración, coartándole sus funciones divinas que le son depositadas y mandado multiplicarse; y aun la naturaleza imprime a esas funciones, todo el goce y toda la atracción que tiene, para así atraer al hombre hacia la mujer, y a la mujer al hombre, a beber el néctar del amor sublime, del que nacen otros seres, continuadores de la Creación. ¿Cómo podrá ser esto falta contra alguna ley humana, si es mandato de ley divina?

Negarle al cuerpo (pobre instrumento del que el espíritu se sirve para crear la belleza, y elevar el progreso) del único goce que como pago a su trabajo le da la ley, es cometer un crimen y preparar muchos crímenes sin duda; por lo que, no se lo neguéis con injusticia, pero evitad, no cometáis el vicio, ni el abuso, porque sabéis, que los venenos matan, pero esos mismos venenos curan; todo es cuestión de sabiduría y mis discípulos, han de ser sabios.


Aun una lección suprema os quiero dar en este punto, al parecer intrincado y es más claro que la luz meridiana. ¿Creéis que algún ser puede entrar en el mundo por puerta falsa? Si alguien tuviera tal presunción, que presente un hombre no nacido de mujer y sin obra de varón; quien tal presuma, destruye al Creador, lo trata de loco, de comediante, de impostor, de injusto y, ese, no puede ser Padre, ni Juez, ni nada, sino una fantasía, una quimera, una traición. ¿Queréis un Padre así que haga gracias y dé perdones? Yo no lo conozco: si lo conociera, lo destruiría por irracional.


Cada ser, antes de encarnar, sufre un juicio; el mismo se hace el proceso y elige padres; pide a la ley de afinidad que le prepare todas las cosas de su causa, para que pueda producir el efecto, sin cuya ley, nada se produce; ved, cómo el creador no puede producir cosas irracionales, ni hacer gracias, ni dar perdones, porque es injusticia y no podría pedir que cumpliéramos sus leyes, porque El mismo quebraría y acabaría de ser el autor de la vida.


No, al mundo no puede entrar ningún ser por puerta falsa. Y si una mujer concibe en lo que llamamos estados de soltera, viuda, o con voto del celibato y se la señala con el dedo, es porque nuestras leyes y costumbres son antagónicas a la divina ley, a la cual se ciñen únicamente los espíritus, para ser hombres o mujeres y se ríen nuestros mismos espíritus de lo grotesco de las leyes que no se pueden cumplir.


Es la declaración de la ignorancia de los hombres, señalar a la madre sin marido y al hijo sin padre; ¿por qué́ no se señala al padre de aquel hijo abandonado, que bebió el néctar en la madre, fecundándola para olvidarla? Ese, ese, es uno de los que han hecho esas leyes; quizá sea un juez, un cura; pero en todo caso, es un hombre que no merece tal nombre; es un animal, que solo vive del cuerpo.


La mujer que concibe en tales circunstancias, cumplió la inflexible ley y es digna de respeto y acreedora a la ayuda de todos y al respeto de todas las madres; y los hijos (esos hijos que llamaré de la libertad) a los que llaman ilegítimos, ¡qué ignorancia! son tan hijos y más del padre común, como los nacidos en un hogar constituido; he dicho más, porque en los tiempos actuales, encarnar un espíritu así, es ser un héroe del progreso; es un valiente que viene a la dura batalla sin padrinos, sabiendo el sambenito que le pondrán; y acaso el que se lo ponga sea su mismo padre, que puede ser un figurón pero sin corazón.


Protegedlos, discípulos amados, a esos valientes; ayudad a sus madres y buscad todos los medios de que los reconozcan sus padres; por ahí empieza la civilización; para esto os regalo adelantándoos este punto, en el que tenéis ancho campo de acción.


El hombre con mujer, vive la vida de los dos y las de sus hijos; está tranquilo y sereno; no tiene tiempo de ser criminal; no tiene que cuidarse de si tiene camisa, o de si le falta cuello, ni perder el tiempo en hacerse el alimento y demás cosas necesarias a la vida; es reputado hombre, porque constituye número entero en la sociedad.


El hombre solo, es un quebrado, que solo en casos raros es empleado por la matemática social y constitucional. Así pues, os mando a todos los discípulos del "Método Supremo", que seáis números enteros, con lo cual vuestro poder y vuestra influencia serán mayores; reíros de los ascetas, de los ermitaños y de los célibes; porque si alguno (que no lo hay) domina la carne, mejor dicho, la anula, es su propio verdugo; es contra la ley y todo eso es causa del desequilibrio de la sociedad.


OCTAVA

La serenidad


Con esta instrucción daré por terminado este Método. Dejé a propósito esta instrucción para el último, a fin de deciros que, sin la serenidad nada conseguiréis para vosotros y menos para los demás.


La serenidad, es la verdadera potencia; es el secreto de todas las cosas y solo en ella estriba todo el éxito de la carrera de los hombres.


Mas no creáis que puede tener serenidad ningún ignorante, porque todo ignorante será injusto y no puede" Amar”.


Puédese ser científico de muchas cosas y no tener amor; éstos, en general, los conoceréis porque son luces de bengala, que solo brillan un momento en la oscuridad; es decir, entre los ignorantes, ante los que al fin caen vencidos, porque son sabios necios; son sabios por exámenes dogmáticos; no son sabios de la Universidad del Creador, ni saben ni pueden volar, a la cúspide de la montaña donde solo la verdad se encuentra; porque solo luz cabe en aquel estrado: de allí viene esta luz, que brilla en medio de la luz, porque es luz del espíritu; luz de la propia casa del Padre, Creador de los soles, cuyos soles son sombra, a la luz del espíritu, al que no pueden apagar, porque Él les da más luz.


A esa cátedra os dirijo, amados discípulos: de allí viene la fuerza, que da la serenidad que debéis tener para vuestra carrera y es el verdadero y único magnetismo; la atracción armónica única y universal, pero que no puede faltar a las leyes fatales derivadas de la suprema ley de Amor.


No he de dejar ningún error, ni cabo suelto; y como os remito a la cátedra del Universo, entended que no os remito a ciegas y os he enseñado a ascender por grados: es decir, que no podréis ascender, en tanto no sepáis lo que hay en vuestra naturaleza y mundo. Hago esta aclaración, porque en mis facultades, veo una impugnación de algunos de los que en el testamento de Abraham, se llaman "negros de hollín" y luego os los presentan como genios... y angelitos con alas... pero que ya de nada les sirven, porque como se atrevan a salir de su cáscara, un rayo de esta luz se las quemará y caerán deshechos; tomad, pues, bien esta lección y saber más: a nuestro padre de Amor, no debéis buscarlo en lo abstracto, en regiones insondables; no, lo tenéis cada uno sentado en vuestro corazón y solo se descubre al que sabe" Amar a su hermano". "Conociéndose, a sí mismo" y dejo los cabos atados.


La serenidad, es el verdadero filtro mágico y debe de llegar en vosotros hasta el grado supremo que denuncia la perfección relativa no inmutándoos por ningún hecho; pues no debe afectaros, ni la alegría, ni la tristeza, ni la vida, ni la muerte de la materia, porque esa afectación indica debilidad y demuestra ignorancia; pero no seáis duros de corazón, pues el sentimiento natural, es bien diferente a la afectación.


La serenidad es, la representación genuina de los rosa-cruces. Sus adeptos, ni aun su fundador Zoroastro (como hombre) no eran iniciados en los grandes secretos que hoy se os dan en este corto, pero "Supremo Método" que encierra en sus lecciones toda la sabiduría, porque mata todo prejuicio y tiene por marco el supremo Amor; por único y supremo credo, el espiritismo; y por único y supremo Maestro, el padre común y universal Creador, cuyo nombre, la cosmogonía toda pronuncia reverente y yo os lo doy: ELOÍ.

[1] Lea, para comprender ese punto "Creación del Alma humana" en la Filosofía Austera Racional” [2] Lea "Profilaxis de la vida", donde se explica algo ese abismo. Pero en el “Conócete a ti mismo”, desaparece el abismo.


Libro: El Magnetismo en su origen; Método supremo

Autor: Joaquín Trincado

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