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Joaquín Trincado

Efectos del magnetismo

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 5 oct 2023
  • 4 Min. de lectura


Los efectos del Magnetismo son; la regeneración de los hombres y el adelanto de los rezagados en el camino de la verdad suprema; pero la suprema verdad es, la Vida. Más la Vida es solo del Espíritu y, por lo tanto, esta verdad suprema es, El Espiritismo. Por esto el Espiritismo es desconocido y apenas nociones hay del Magnetismo; y es a cargo y culpa de los que viven de la muerte.


Este fantasma tétrico, manejado por manos ambiciosas y criminales, con su espanto y frio, puso trabas de hielo en los corazones y no han podido sentir el calor del amor; y sin el amor, las facultades del hombre se anestesiaron, se aterizaron, sin poder el Espíritu clarificar su Alma para elevarla a las regiones de mundos más luminosos, donde se aprende la vida en sus causas como hombre, a causa de la similitud de aquellos seres hermanos nuestros y ya maestros, que ya pasaron de las miserias de la Expiación, donde es forzoso conocer la naturaleza que nos da vida animal, que no ha podido el hombre de la tierra conocer, porque se le ha querido sostener el reinado de la muerte, con lo que todo debe acabar, (según los absurdos de los vividores de ese fantasma).


Existe la eterna transformación; pero la muerte, no ha existido ni existir puede; y hoy, rotas esas cadenas en las que son presos los que las fabricaron; derretidas las trabas de hielo, abiertos los caminos de la vida, (sin oír a los insensatos que sostienen que es necesario vivir solo la vida de la tierra y es porque ellos están identificados con su pensantez y sostienen su principio raquítico), ascender sin temor y vivir aquellas bellezas en el alma, por vuestro Espíritu, sin dejar por eso de disfrutar en verdad la vida humana de los hombres en la tierra, pero sin misticismo; todo a su natural, comprendiendo las leyes cada vez mejor y sosteniendo más intensa la vida de la tierra bien vivida, como hombres de razón. Este es el efecto que deben de tener los discípulos del "Método Supremo" en el uso del Magnetismo, cuyas causas de este efecto son, el sexto y séptimo grados, que luego habéis de comprender.


Hay otro efecto trascendental y muy factible, pero llevado también hasta hoy por mal camino y es hora de generalizarlo, para el mejor rendimiento de la agricultura: pero ya comprenderéis que no vais a estar dando pases magnéticos a la tierra, porque hasta para magnetizar al hombre lo suprimimos, en general, en el "Método Supremo".


Este efecto se realiza, sin que los hombres se den cuenta, por su ignorancia, la tierra, produce más o menos, según el agricultor o cultivadores, tengan y pongan en el trabajo más o menos fuerzas magnéticas positivas; es decir, buenas intenciones, voluntad recta, alegría, etc., etc., con lo cual se suprimen hasta las tempestades, las que por añadidura, un solo hombre Psíquico de poder desarrollado, las puede deshacer y hay ejemplos aunque raros; pero la ley es una y puede haber esos casos, siempre que existan hombres de ese grado de potencia y obren en la ley de Justicia.


Esto de poder mejorar la agricultura por el magnetismo, es acción colectiva y por la educación del dinamismo humano; pero cualquiera puede experimentarlo en una planta que tenga en su casa, o en el campo, que, dándole unas miradas de intención, junto con unas descargas de fluido cada día, las veréis progresar sobre otras de su misma especie y cultivo, que no reciban esa ayuda magnética y esta prueba os bastará.


El hecho de que los Faquires, hagan a la vista de los espectadores germinar una semilla y dar fruto en una hora o en menos tiempo, no es más que el efecto del magnetismo positivo, que es calor; y la razón científica de este hecho tan cacareado, incomprensible y de brujos, ( como dicen no tanto los ignorantes como los mal intencionados, que tienen interés para su vida de vampiros), la razón científica digo, es, que imprimen a la semilla, en el tiempo que señala, los grados de calor que necesita por las leyes ordinarias de la naturaleza y obran con conocimiento de causa.


El faquir (perdonad hijos de Zakiamuny, porque es hora de romper vuestro sello y lo rompo): El Faquir sabe que un poroto (alubia) por ejemplo, con tantos grados de calor, nace, se desarrolla y da frutos en 40 días.


Entonces toma una maceta (o en la tierra misma) la prepara y os dice que, "en una hora este poroto habrá dado fruto". Se reconcentra desde ese momento y empieza a emitir los grados de calor necesarios a la germinación y el espectador ve que, en 15 o 20 minutos, aquel poroto que el mismo tuvo en la mano, ha nacido; el Faquir, entonces, por lo general, riega la planta, y vuelve sobre de ella, emitiéndole el calor necesario por la fuerza magnética de sus ojos y por fin, en una hora, os entrega la planta con el fruto, la que, por vías normales de la naturaleza, habría tardado 40 días.


Ya veis si esto es digno de estudio y hay cosas placenteras para el que tiene afición al desarrollo y poco que hacer. Pero esto bastará para educar con cordura las juventudes, en las buenas intenciones que deben tener en el cultivo de la tierra.


Otro efecto muy natural es la lluvia; y de este secreto, se han aprovechado mucho las religiones, con las rogativas; y es porque, en la excitación de la necesidad común, todos sienten el mismo deseo, pero no lo concentran; y al presentarles una imagen, (que generalmente es el ídolo de aquel pueblo y que por la educación, todos tienen alguna familiaridad, porque desde niño se los inculcó el sacerdote), los excita más con sus pláticas y los recoge en oración en un solo pensamiento y miles de veces la lluvia se ha producido; aquí hay que decir sin esbozos, que ese efecto, es a causa del querer todos un mismo querer y han obrado unidos los dos polos; el negativo hombre y el positivo espíritu, solidarizándose los dos mundos, el espiritual y el material, porque esta es la ley de las armonías y entraron todos en la ley de la fuerza magnética positiva, que se puso en relación de equilibrio, con la fuerza negativa; pero aquí hay un punto de sabiduría, que quiero descubrir a mis discípulos.


Libro: El Magnetismo en su origen; Método supremo

Autor: Joaquín Trincado

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