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Joaquín Trincado

Doctrina materialista

  • Foto del escritor: EMEDELACU
    EMEDELACU
  • 16 oct 2023
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: 26 oct 2023


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La teoría materialista Moderna está fundada casi exclusivamente en los innumerables hechos que prueban la influencia de lo físico sobre lo moral; pero sobre todo en la correspondencia entre el cerebro y la inteligencia. Los hechos que se invocan son los siguientes:


1°. “Donde se observa un cerebro, se encuentra un ser pensante o cuando menos, inteligente en cierto grado”.


2°. “Donde falta un cerebro, falta igualmente la inteligencia”.


3°. “La inteligencia y el cerebro crecen y decrecen en la misma proporción; lo que afecta al cerebro, afecta la inteligencia al mismo tiempo”.


“Por lo tanto, cuando una circunstancia produce un efecto por su presencia, que lo suprime por su ausencia o lo modifica por sus cambios, puede considerarse como la verdadera causa de este efecto”.


“El cerebro reúne esas tres condiciones en su relación con el pensamiento; por lo tanto, es la causa del pensamiento”.


Quiere decir, que para los materialistas no existe el dualismo alma y cuerpo. El alma es una fórmula que expresa el conjunto de hechos del sentimiento, de la inteligencia y de la voluntad; el pensamiento no es sino una función orgánica semejante a las demás.


“Para hacerse una idea justa de las operaciones de las cuales resulta el pensamiento, dice Cabanis, es necesario considerar el cerebro como un órgano particular, destinado especialmente a producirlo de la misma manera que el estómago a efectuar la digestión por medio de las impresiones en la actividad del cerebro” (luego no es tal órgano destinado a producir el pensamiento, sino a proyectarlo).

Buchner dice, el pensamiento es el resultado de todas las fuerzas reunidas en el cerebro; esta resultante que no puede ser vista, no es, según la ciencia, más que el efecto de la electricidad nerviosa” (los nervios no son generadores; ¿de dónde, pues, procede esa electricidad?)


Los materialistas, pues, se fundan en la fisiología.


“Donde hay cerebro hay un ser pensante”, en las anfractuosidades del cerebro aumenta y disminuye y varía su composición química, según el individuo se encuentra en estado normal o atacado por la locura: el cretinismo proviene de una deformación del cerebro”.


Ya echamos de ver que todo esto no son más que rodeos, cobardía, egoísmo y supremacía; pues no queriendo reconocer al espíritu como único inteligente capaz de pensar y obrar (aunque se trate de irracionales que no tienen espíritu individual que el hombre tiene), es sencillamente la pasión del orgullo y la degeneración por cobardía, con la blasfemia de la negación de lo que no han comprobado nada bajo la lógica razón, lo que compone el materialismo sistemático y más dogmático que el mismo catolicismo.


El materialismo como ciencia, dentro de la ley mayor, la defiende y la sostiene el Espiritismo luz y verdad y declara que ningún estudio puede hacerse sobre la materia sin contar con el espíritu; ni sobre lo moral y espiritual sin utilizar la materia; y, por lo tanto, el materialismo, como ley física, lo ensalzamos a su puesto honorífico. Con la misma razón, al materialismo sistemático y dogmático con sus defensores sin conciencia, negadores, detractores y… animales (puesto que no quieren tener espíritu), les decimos sencillamente: mentís por maldad y a sabiendas, y sois responsables ante los hombres todos; pero, aunque no queráis, tenéis espíritu; aberrado sí, pero obráis por él, queráis que no y no puede ser que no seáis para siempre.


Y bien; ha argumentado la ciencia; han expuesto los materialistas y espiritualistas sus pretensiones sobre el alma humana. Pero ha dicho alguno: ¿qué es, y qué la compone y de dónde procede; y cómo se forma el alma humana? Nadie ha dicho una palabra: y ¿cómo quieren atribuirle funciones arbitrarias, sin saber cuáles son sus elementos físicos y metafísicos, en cuyos elementos puedan fundamentar sus cargos y deberes? Nos resta mucho que registrar y decir aun, tocando las doctrinas que sea necesario, por lo que cerraremos este párrafo diciendo que ni la ciencia ha dicho nada aún, ni el materialismo fundamenta nada ni podrá fundamentar jamás, sin aceptar el espíritu.


Debemos volver sobre el espiritualismo en forma de juicio y le damos el siguiente


Libro: Filosofía Austera Racional, Tercera Parte.

Autor: Joaquín Trincado

 
 
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