Acciones Humanas; La responsabilidad de la inmoralidad
- EMEDELACU

- 15 ago 2024
- 4 Min. de lectura

Si la moralidad es una ley de necesidad, la moral existe: Y si la moralidad no se practica, la inmoralidad ha sido enseñada por alguien, y ese alguien es el responsable.
Ahora bien: Estudiemos; primero, cuando el hombre viola los deberes morales, experimenta una emoción proporcional al desarrollo de su sentido moral: es el remordimiento. Además, la mala conducta en el orden individual puede perjudicar física, biológica o Psicológicamente.
Pero tales sanciones o garantías del cumplimiento de la ley moral no bastan para la sociedad que ha establecido castigos o sufrimientos futuros y capaces de obrar como motivos poderosos en la deliberación individual, para estorbar las determinaciones contrarias al sentido moral.
Así, pues, cuando a un hombre le es imputado un acto calificado de contrario a la conducta que debe observarse en el seno de la sociedad, el actor es pasible de pena; y en esta consecuencia social de la falta, consiste la llamada responsabilidad; la que supone, como se ve, la coexistencia del acto malo, con el discernimiento y la libertad del agente. Pero hay aquí un punto que los deterministas han eludido, y es la culpabilidad de la inmoralidad.
Donde nosotros decimos actor ellos han dicho autor y es la más grande inmoralidad filosófica y causa de todas las injusticias.
Es obvio, casi innecesario, sentar la definición diferencial entre actor y autor; pero en la balanza filosófica, nada hay innecesario ni pueril, y así actor es aquel que representa parodiando la obra enseñada del autor, por prédicas, libros, órdenes o escenas vivas o simbólicas, el cual, ante todo argumento, es el culpable de lo que el actor haga, diga o represente de la obra del autor.
Pues bien: aquí tratamos de la moral y de la inmoralidad. La moral existe como ley imperativa, perdurable en cada individuo e innata. Si el ambiente ahoga, o si la educación tuerce ese sentido moral la culpa será de aquel o aquellos, que son causa del ambiente que ahoga y de la educación que tuerce la moral innata de los individuos. Esto es riguroso por la vida presente y existencias anteriores, que no quisieron ver porque les asustó a los deterministas.
Ahora concluyamos: en prédicas, libros (con permiso de la autoridad y curia eclesiástica), bulas pastorales, encíclicas papales, reglas y reglamentos monásticos, artículos de fe, catecismos y dogmas y órdenes, de una y todas las religiones, se lee y se oye poco más o menos igual: “Nosotros fuimos encargados por Dios, de la moral de las almas y su salvación”.
Entonces, es moral el celibato religioso, opuesto al “Creced y multiplicaos”, ¿causa de la perpetuación de la especie humana?
¿Es moral la enclaustración por voluntad, por engaño o por fuerza, donde se exige renegar de la familia y declarar al mundo enemigo del alma, lo que a todas luces es una declaración de odio y de guerra?
¿Es moral la existencia de tantas jerarquías dignatarias en su seno, cuando la ley máxima hizo nacer a todos del mismo modo y mueren igualmente? ¿Es moral el confesionario, donde se entran en la conciencia de sus engañados, en la cual el Creador sólo una vez en toda la eternidad penetra en cada uno de sus hijos?
Es moral que cada religión diga: “Solo en mí hay salvación”, lo que equivale a la condenación de todos los otros individuos, ¿lo que es autorizar toda acción inmoral y criminal contra aquellos que no comulgan en su error?
¿Es moral que hagan escándalos y se maten unos a otros por prebendas, mujeres y dinero, siendo así que ellos debieron ser, según su confesión, directores de las almas?
¿Fueron actos de moral, el asesinato cometido por el primer emperador católico-cristiano Constantino, la destrucción del pueblo de Israel, las ocho guerras cruzadas, el insólito atropello y traición a Enrique IV de Alemania y su guerra religiosa de 30 años, ocho guerras religiosas sólo en Francia y la inquisición de España, para premiarla por descubrir un nuevo mundo de progreso?
¿Son actos de moral los contenidos en los grandes volúmenes de sentencias contra delitos de sacerdotes?
¿Son actos de moral los incendios de bibliotecas, los autos de fe de millones de libros del libre pensamiento, las terribles excomuniones y las prácticas insultantes de cultos e imposiciones provocativas hasta en política?
La fría filosofía dice que Todo eso es inmoral y la causa de toda inmoralidad. Luego es la religión de todos los matices, la culpable de la inmoralidad. Pero no excluye de responsabilidad al actor de la inmoralidad; porque aun en los tiempos del más grande terror religioso, hubo misioneros moralistas a quienes imitar.
La culpabilidad no tiene atenuante: he ahí la diferencia. La culpabilidad es, pues, de la religión; la responsabilidad, de los actores, ciegos, religiosos.
Es duro este juicio, pero es verdad filosófica que sólo podrá destruirla otra verdad. ¿Existe? Propónganla los que la conozcan y esta nuestra Escuela será con ellos.
Terminemos: los deterministas, sosteniendo que la libertad no existe porque el hombre obedece siempre a los motivos, consideran injustificada la responsabilidad.
Pero además de la intervención de las facultades intelectuales en el proceso volitivo, caracterizando el libre albedrío, este se revela elocuentemente en el llamado arrepentimiento. Si el hombre se lamenta de no haber obrado moralmente, es que tiene la conciencia de que habría podido obrar de otra manera si lo hubiese querido.
Lo que confirma lo sostenido por nosotros de que “La moral existe innata en cada individuo, pero que la educación y el ambiente la agobia, la tuerce o la conduce bien”.
En todas las religiones, en todos los códigos y en todas las lenguas, se encuentran palabras representativas del mérito y desmerecimiento, del bien y del mal, de la virtud y del vicio y de la recompensa y el castigo. Sí; palabras, palabras y palabras; pero, ¿obras? ¿Ejemplos? ¿Acaso la caridad? A esta… virtud no la hemos puesto en el catálogo de preguntas, porque aquellas pueden reputarse faltas leves y la caridad… en su capítulo, veremos lo que es.
Lea sobre todo eso, nuestro “Primer rayo de luz”, que acaba de ser excomulgado, porque Él contiene la VERDAD.
Sí, es injusta la “responsabilidad”, es decir, el castigo del responsable, cuando conjuntamente no es “culpable”: y más injusto, cuando es el culpable el que impone el castigo.
Libro: Filosofía Austera Racional Quinta Parte
Autor: Joaquín Trincado
%2014_30_25.png)


%2014_30_25.png)


